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El Senado deja por ahora a un lado el proyecto de ley de salud

La última versión hubiera recortado bastante la cobertura de millones de adultos mayores.

Vista del Capitolio de EE.UU. en Washington DC

AARP

Buenas noticias: rechazan el proyecto de ley Graham-Cassidy.

In English | Los autores del último proyecto de ley diseñado para derogar la Ley del Cuidado de la Salud a Bajo Precio (ACA) anunciaron —recientemente— que el Senado no votará por esa legislación. Con esto, reconocieron que no tenían los votos para aprobar el proyecto.

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La decisión de no someter a votación el proyecto de ley Graham-Cassidy se tomó después de que varios republicanos del Senado dijeron que se opondrían y de que la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), una agencia gubernamental sin afiliación política, dijo que este proyecto dejaría a millones de personas en Estados Unidos sin seguro de salud a precios razonables. Sin embargo, los líderes del Senado no excluyeron la posibilidad de volver a considerar un proyecto de ley de salud durante esta sesión legislativa.

“No tenemos los votos”, dijo el senador republicano Bill Cassidy de Luisiana, uno de los proponentes del proyecto de ley, después de que los senadores de su partido se reunieran para almorzar en el Capitolio. 

“No hemos renunciado a cambiar el sistema estadounidense del cuidado de la salud; no lo haremos esta semana”, agregó Mitch McConnell, líder de la mayoría del Senado. “Pero eso todavía está por venir”.

El anuncio se realizó un día después de que la CBO dijo que este último intento de derogar la ACA haría que millones de personas en el país pierdan su seguro o tengan cobertura médica muy limitada.

El senador republicano Lindsey Graham de Carolina del Sur, el otro proponente del proyecto de ley, insistió en que Cassidy y él seguirían en esta lucha. “Regresaremos a esto después de los impuestos”, dijo Graham, haciendo referencia al próximo asunto en la lista de prioridades de la mayoría republicana —la reforma tributaria—. Graham dijo que van a “tener un mejor proceso y difundirlo al público”.

AARP se opuso firmemente al proyecto de ley Graham-Cassidy y llevó a cabo una intensa campaña para instar a los senadores a votar en contra del proyecto, pidiéndoles a sus 38 millones de socios que se comunicaran con sus legisladores.

“La decisión de los líderes del Senado de no someter el proyecto de ley Graham-Cassidy a votación demuestra que las voces de las personas en Estados Unidos son muy poderosas”, dijo Nancy LeaMond, vicepresidenta ejecutiva de AARP. “En lugar de este perjudicial proyecto de ley, instamos firmemente al Congreso a encontrar soluciones bipartidistas para los problemas de nuestro sistema del cuidado de la salud. Los adultos mayores en el país y sus familias necesitan un cuidado de salud asequible y confiable”.

El análisis realizado por la CBO del proyecto Graham-Cassidy concluyó que reduciría la financiación de Medicaid en $1 billón durante los próximos 10 años y que además recortaría los créditos tributarios que ayudan a las personas a pagar la cobertura del seguro de salud privado.

“El número de personas con un seguro de salud completo que cubra los incidentes médicos de alto costo disminuiría en millones”, según la CBO. El análisis enumera tres razones principales:

  • Las inscripciones en Medicaid serían “considerablemente menores debido a grandes reducciones en los fondos federales”.
  • Las inscripciones para la cobertura individual en el mercado privado de seguros “serían considerablemente menores” debido a que los subsidios que reciben las personas de ingresos bajos y medios para ayudarlas a pagar por el seguro se reducirían de manera drástica.
  • Menos personas comprarían un seguro de salud “porque las multas por no tener seguro se eliminarían”. La ley actual exige que la mayoría de las personas en el país tengan seguro de salud. 

El proyecto Graham-Cassidy además cambiaría fundamentalmente el sistema actual del cuidado de la salud al permitirles a los estados que decidan cómo reglamentar Medicaid y los mercados de seguros de salud individuales. Ese cambio permitiría que los estados dejen que se les cobren a los consumidores mayores tarifas mucho más altas por la cobertura (lo que AARP llama un “impuesto por edad”) y que se les exijan primas mayores a las personas con enfermedades preexistentes, según la CBO. Además, como mencionó la CBO, los estados podrían decidir cuáles beneficios médicos esenciales deben brindar las aseguradoras, lo cual amenazaría servicios vitales como la atención de emergencia, los medicamentos recetados y los cuidados preventivos.