Vida Sana
Un cambio en el modo en que la Administración del Seguro Social (SSA) determina los beneficios de la Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI) podría aumentar los pagos mensuales de cientos de miles de personas mayores y discapacitadas económicamente vulnerables.
Los partidarios de reformar la SSI, que ayuda a las personas con ingresos bajos mayores de 65 años, ciegas o discapacitadas, afirman que el cambio también podría reducir significativamente las cargas burocráticas tanto para los beneficiarios como para el personal de la SSA.
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La nueva norma modifica el tratamiento que el Seguro Social le da al sustento y manutención no en efectivo (in-kind support and maintenance, ISM). Tal como se define actualmente, el ISM son los gastos de alimentación o alojamiento que alguien que no es el cónyuge con el que vives cubre total o parcialmente. La SSA lo considera una forma de ingresos, y los ingresos son un factor clave para determinar si se reúnen los requisitos y los niveles de pago de la SSI.
Esas normas están en vigor desde que el Congreso estableció el programa SSI en 1972 y lo puso bajo la responsabilidad del Seguro Social. Perocomenzando el 30 de septiembre, la SSA omitirá los alimentos del cálculo no en efectivo y, por consiguiente, de su definición como ingresos.
“Una parte vital de nuestra misión es ayudar a las personas a acceder a beneficios cruciales, incluido el SSI”, dijo el comisionado de la SSA, Martin O'Malley, en una declaración del 27 de marzo. “Simplificar nuestras políticas es una solución de sentido común que reduce la carga para el público y el personal de las agencias y ayuda a promover la equidad al eliminar las barreras para acceder a los pagos”.
El cambio en la regla podría significar mayores pagos para algunas de las casi 800,000 personas cuyo beneficio de la Seguridad de Ingreso Suplementario se reduce hasta en un tercio porque reciben ayuda de amigos o familiares para pagar sus necesidades básicas. Agregará aproximadamente 26,000 personas que no calificarían bajo las antiguas reglas ISM a las listas de SSI hasta 2033, según la versión final de la regla (en inglés), publicada el 27 de marzo en el Registro Federal.
Además, simplificaría un elemento especialmente oneroso de la administración de la SSI, que obliga a los trabajadores del Seguro Social a dedicar tiempo y recursos a investigar los detalles de las condiciones de vida de millones de beneficiarios actuales y potenciales.
“Si tenemos en cuenta que el beneficio [SSI] en sí está por debajo del nivel de pobreza, aplicarle una reducción de un tercio a causa del ISM es un perjuicio para los beneficiarios”, afirma Jack Smalligan, investigador principal de políticas del Income and Benefits Policy Center del Urban Institute. “Y también es muy costoso para la SSA administrar esto”.
La SSA proyecta que la nueva regla aumentará los desembolsos para los beneficios de SSI en $1.6 mil millones y reducirá los costos administrativos de la agencia en $26 millones hasta 2033.