Un cambio propuesto en el modo en que la Administración del Seguro Social (SSA) determina los beneficios de la Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI) podría aumentar los pagos mensuales de cientos de miles de personas mayores y discapacitadas económicamente vulnerables.
Los partidarios de reformar la SSI, que ayuda a las personas con ingresos bajos mayores de 65 años, ciegas o discapacitadas, afirman que el cambio también podría reducir significativamente las cargas burocráticas tanto para los beneficiarios como para el personal de la SSA.

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La nueva norma modificaría el tratamiento que el Seguro Social le da al sustento y manutención no en efectivo (in-kind support and maintenance, ISM). Tal como se define actualmente, el ISM son los gastos de alimentación o alojamiento que alguien que no es el cónyuge con el que vives cubre total o parcialmente. La SSA lo considera una forma de ingresos, y los ingresos son un factor clave para determinar si se reúnen los requisitos y los niveles de pago de la SSI.
Esas normas están en vigor desde que el Congreso estableció el programa SSI en 1972 y lo puso bajo la responsabilidad del Seguro Social. Pero ahora la SSA propone omitir los alimentos del cálculo no en efectivo y, por consiguiente, de su definición como ingresos.

Eso podría significar mayores pagos para algunas de las casi 800,000 personas cuyo beneficio de la Seguridad de Ingreso Suplementario se reduce hasta en un tercio porque reciben ayuda de amigos o familiares para pagar sus necesidades básicas. Además, simplificaría un elemento especialmente oneroso de la administración de la SSI, que obliga a los trabajadores del Seguro Social a dedicar tiempo y recursos a investigar las condiciones de vida de millones de beneficiarios actuales y potenciales.
“Si tenemos en cuenta que el beneficio [SSI] en sí está por debajo del nivel de pobreza, aplicarle una reducción de un tercio a causa del ISM es un perjuicio para los beneficiarios”, afirma Jack Smalligan, investigador principal de políticas del Income and Benefits Policy Center del Urban Institute. “Y también es muy costoso para la SSA administrar esto”.
El 15 de febrero se publicó en el Registro Federal un resumen detallado del cambio de reglamentación (en inglés) y el público puede hacer comentarios sobre la propuesta hasta el 17 de abril. Después, la SSA evaluará los comentarios y, si decide seguir adelante con el cambio, publicará una reglamentación definitiva donde se fijará la fecha de implementación.
Los ingresos reducen beneficios
El objetivo de la SSI es proporcionar un nivel básico de ayuda económica a las personas con muy bajos ingresos y pocos bienes, de edad avanzada o discapacitadas. En el 2023, el pago federal máximo de la SSI será de $914 al mes para un individuo, aproximadamente un 25% por debajo del umbral federal de pobreza, y de $1,371 para una pareja casada en la que ambos cónyuges tengan derecho al programa.