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5 decisiones financieras realmente malas y cómo evitarlas

Además, lo que puedes hacer para corregir errores y proteger tus activos.


spinner image Dedo de una persona sobre un botón que dice análisis que marca la respuesta baja y podría ir hasta extremo.
ISTOCK / GETTY IMAGES

Los consejos relacionados con la jubilación son tan numerosos como las facturas que nos llegan cada mes. Pero a pesar de la avalancha de recomendaciones para hacer crecer los ahorros, las personas siguen tomando pésimas decisiones financieras. Y esos errores, que abarcan desde ser víctimas de estafas que prometen hacerte rico rápidamente hasta usar un plan 401(k) de jubilación como si fuera un cajero automático, pueden con frecuencia sabotear un plan financiero, una cartera jubilatoria o un programa de reducción de deudas.

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En las finanzas, igual que en el tenis, los errores no forzados —aquellos de los que no puedes culpar a nadie, excepto a ti mismo— por lo general te hacen tropezar y perjudican tu salud financiera. En realidad, pueden marcar la diferencia entre disfrutar de una jubilación feliz y tener problemas económicos cuando dejes de trabajar. Esta es una lista breve de decisiones financieras terribles que deberías evitar y, si ya has cometido alguno de estos errores monetarios, algunas medidas específicas que puedes tomar para solucionarlos.

1. Usar fondos de un plan 401(k) para comprar una casa

La compra de una casa nueva o de una segunda vivienda por lo general requiere un pago inicial considerable. Pero saquear tu plan 401(k) o cuenta IRA para comprar la casa de tus sueños es algo que no debes hacer jamás. “Una de las cosas que más me preocupan es cuando las personas consideran retirar $100,000 o más de una cuenta de ahorros jubilatorios para comprar una propiedad”, dice Andrew Wood, un asesor de planificación jubilatoria en Daniel A. White & Associates.

Hay varias desventajas, explica, en recurrir a los ahorros jubilatorios para comprar una vivienda. Para comenzar, deberás pagar impuestos sobre el retiro grande que hagas para cubrir el pago inicial de la casa (lo cual también puede colocarte en una categoría de impuestos más alta). Si estás en la categoría tributaria del 24%, por ejemplo, ese pago inicial de $100,000 realmente te costará $131,579. Y el impacto financiero es aún mayor porque estás reduciendo el saldo de tu 401(k) o de tu cuenta IRA, lo que significa que tienes menos activos de inversión —como acciones o fondos mutuos— que pueden seguir creciendo y brindarte una fuente de ingresos cuando te jubiles.

“Considerar una cuenta jubilatoria como ‘dinero hallado’ al momento de comprar una casa o cuando surgen gastos imprevistos puede parecer una solución rápida, pero es una mala decisión financiera”, dice Greg McBride, analista financiero principal de Bankrate.com. Y la decisión es particularmente desaconsejable si retiras dinero antes de cumplir los 59 años y medio, porque no solo tendrás que pagar impuestos sobre la distribución, sino que también pagarás una multa del 10% por retiro anticipado, dice. Y recuerda: “Todo retiro de una cuenta jubilatoria con beneficio tributario es un revés financiero permanente”, dice McBride. “El dinero que retires, no se puede recuperar”.

La solución: ahorra para las compras grandes con depósitos directos regulares desde tu cheque de nómina a una cuenta de ahorros. "Deja el dinero de la jubilación para la jubilación”, dice McBride.

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Muchas personas se engañan a sí mismas al creer que su deuda está bajo control porque los saldos que tienen en varias tarjetas de crédito parecen ser manejables. La realidad es que, cuando se suman todos los saldos, están acumulando una deuda considerable, señala Rob Leiphart, vicepresidente de planificación financiera en RB Capital Management.

“Mientras que, por lo general, pagar un saldo de un par de miles de dólares en una tarjeta no es un gran problema, cuando tienes cinco o seis tarjetas con saldos de esa magnitud, sí es un problema”, dice. Sin embargo, si tienes una tarjeta con un saldo de $10,000 o $12,000 o incluso más, te darás cuenta antes de que tienes un problema de acumulación de deuda, explica. El baby boomer promedio —las personas nacidas entre 1946 y 1964— tiene una deuda de $6,043 en tarjetas de crédito, dividida entre casi cinco tarjetas.

Leiphart dice que distribuir la deuda entre varias tarjetas proporciona una falsa sensación de “seguridad emocional”, pero no resuelve el problema. Y no caigas en el error de aprovechar una de esas tentadoras tarjetas de crédito con 0% de APR para ahorrar en intereses, y luego no pagar el saldo completo antes del vencimiento de la oferta, agrega. A menudo, las personas que usan estas ofertas “están tratando simplemente de ganar tiempo ante la conclusión inevitable, que es su incapacidad de pagar la deuda”, dice Leiphart. El problema es que la tasa de interés se dispara cuando termina la oferta del 0%, y los pagos entonces son mucho más altos si continúa habiendo un saldo.

La solución: examina tu deuda de tarjetas de crédito en su totalidad. Y si la cantidad que debes está aumentando rápidamente, identifica la causa original del gasto excesivo y crea un sistema viable para cancelar la deuda.

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3. Empezar a planificar para la jubilación cuando te jubilas

Karen Altfest, vicepresidenta ejecutiva de Altfest Personal Wealth Management, tiembla cuando recuerda una reunión que tuvo con una persona recién jubilada. “El hombre dijo: ‘¿Me podría ayudar a ver si mi cartera me durará toda la jubilación?’ Le pregunté cuándo pensaba jubilarse y respondió que se había jubilado el mes anterior”. En la mente de Altfest, la pregunta la debería haber hecho años, sino décadas, antes.

Es una situación difícil, dice, cuando las personas no comienzan a planear sus “años dorados” hasta la víspera de su jubilación. “Estas personas pierden el factor tiempo en la planificación de sus objetivos, lo que significa que el asesor está limitado por las decisiones que el cliente ha tomado hasta la fecha (que podrían ser difíciles de revertir) y por los activos que tiene en este momento”.

Eso no significa que no se pueda armar a última hora un plan que incluya aspectos como técnicas de planificación patrimonial y estrategias tributarias, agrega Altfest. Ella examinó la cartera y los activos de su cliente, habló con él sobre su tolerancia al riesgo y sus objetivos financieros y comparó el costo de seguir en su vivienda actual con el costo de mudarse a una residencia más pequeña. “Lo que no pude hacer fue decirle cómo ahorrar más y planificar mejor para una jubilación que estaba a años de distancia”, dice.

La solución: Altfest enfatiza que idear un plan en los años que preceden a la jubilación es una mejor estrategia. “Si el cliente me hubiera llamado unos años antes, podría haberle presentado una variedad de formas en las que pudo haberse preparado para su futuro y el futuro de su familia”, dice Altfest.

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4. Perseguir la última tendencia en inversiones

Ya se trate de acciones de memes como GameStop (valores que se vuelven virales en línea), criptomonedas como el bitcóin o compañías de "cheques en blanco" —llamadas empresas de adquisición con propósito especial (SPAC)—, la inversión en tendencias novedosas puede ser peligrosa para la salud financiera, dice Jan Blakeley Holman, directora de educación de asesores en Thornburg Investment Management.

Holman tampoco es gran fanática del bitcóin, la moneda digital tan volátil que ha enriquecido a muchas personas, pero también ha endeudado a muchas otras con pérdidas devastadoras debido a sus tremendas caídas después de alcanzar valores máximos récord.

“Es difícil ignorar todo el alboroto sobre el bitcóin”, dice Holman. Está en las noticias, en las conversaciones en el campo de golf o durante la cena, incluso en los comerciales del Super Bowl, observa. Solo hay un problema: “Aún no está claro”, dice Holman, “si las criptomonedas son inversiones duraderas”. Por ahora, dice, el bitcóin parece muy especulativo. Y si bien todos quieren hacerse ricos en forma rápida, Holman sugiere una dosis de humildad: “La historia está plagada de relatos de modas de inversión que se convierten en burbujas especulativas. Desde bulbos de tulipanes hasta la obsesión de los dot.com, todas las burbujas explotan y, con el tiempo, caen de nuevo a la tierra”.

La solución: limítate a las inversiones establecidas, como las acciones, los bonos y los bienes inmuebles, y diversifica tus inversiones para no jugarte todo a una sola carta. Y si quieres invertir en bitcóin, asegúrate de que sea una parte muy pequeña de tu cartera total y usa dinero que puedas darte el lujo de perder.

5. Permitir que las emociones dicten la gestión de tu cartera

El impacto emocional de las inversiones puede ser costoso. Podrías, por ejemplo, verte envuelto en la euforia de un mercado en alza e invertir todo tu capital en acciones cuando la cotización es alta. O, inversamente, permitir que el miedo y el pánico te hagan salir del mercado y vendes a bajo precio, cuando el mercado ya se desplomó. “Esa montaña rusa emocional es responsable de más pérdidas de riquezas que cualquier otro factor individual”, dice Neel Shah, un planificador financiero certificado y abogado especializado en planificación patrimonial en Shah Total Planning.

Ignorar principios financieros que han sido comprobados a través del tiempo, como comprar cuando el precio está bajo, vender cuando el precio está alto y mantener el rumbo cuando cae el mercado, es una receta para el fracaso en las inversiones, agrega Thorne Perkin, presidente de Papamarkou Wellner Asset Management. “Paradójicamente, el mercado de valores es el único comercio en el que las personas huyen cuando ven precios descontados, cuando todo está en oferta”, dice. “Si bien mantener el rumbo puede ser difícil cuando los mercados financieros se ponen a prueba, la historia ha demostrado que los inversionistas estables son recompensados. Un buen consejo para los inversionistas es ser pacientes y concentrarse en una estrategia de inversión no reactiva y a largo plazo. Roma no se construyó en un día”.

La solución: mantén un enfoque disciplinado y revisa regularmente tu tolerancia al riesgo para asegurar que estás cumpliendo tus objetivos, explica Shah. Si piensas que eres propenso a comprar o vender motivado por el pánico, busca un profesional financiero que te guíe.

Adam Shell es un periodista independiente; su carrera incluye trabajos como reportero especializado en mercados financieros en USA Today e Investor’s Business Daily, y contribuciones como editor adjunto y escritor en la revista Personal Finance, de Kiplinger. 

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