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¿Pagas las cuentas de tus hijos adultos? Cómo dejar de hacerlo; por tu bien y el de ellos

Puedes apretar la cartera sin afectar la relación.


spinner image Mujer mayor viendo a su hijo chequeando facturas y deudas sobre una mesa en la cocina.
E+/ GETTY IMAGES

Ese podría ser el motivo por el que casi la mitad (45%) de los padres de hijos adultos los ayudaron económicamente durante la pandemia, según una encuesta de CreditCards.com. Pero ayudar a tus hijos económicamente puede ser perjudicial para ti. Esa misma encuesta reveló que el 79% de quienes ayudaron a sus hijos adultos lo hicieron con dinero que de otra forma hubieran usado para sus propios gastos diarios.

“Muchas veces, los padres tienen buenas intenciones —querer ayudar a sus hijos adultos— porque quieren evitar que sufran algunas de las mismas penas por las que ellos pasaron a esa misma edad”, dice Ed Coambs, terapeuta financiero en Charlotte, Carolina del Norte.

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Sin embargo, algunos padres podrían tener sentimientos encontrados en cuanto a apoyar a sus hijos adultos. Más de la mitad de los adultos en Estados Unidos (el 55%) dice que los padres hacen demasiado por sus hijos adultos, según un estudio de Pew Research en el 2019. Para los padres que sienten la carga emocional o económica de pagar las cuentas de sus hijos o nietos adultos, el camino hacia el cambio puede ser difícil, particularmente si están decididos a preservar la paz en la familia. A continuación explicamos cómo hacer que el camino sea un poco más fácil, para ti y tus hijos.

Llega a la raíz del por qué dar

Es importante asegurarse de que el acto de dar venga de un lugar saludable, dice Denise Kautzer, terapeuta financiera con sede en St. Paul, Minnesota. Una clara señal de que no lo es: usas dinero que necesitas para lograr tus propias metas financieras importantes. Por ejemplo, si estás dando dinero que tenías planeado usar para saldar deudas de tarjeta de crédito, o ahora tal vez tengas que demorar tu jubilación, entonces lo más probable es que no tengas dinero de sobra.

Siempre es una buena idea “retroceder un poco y asegurar que sientas que es constructivo y mutuamente beneficioso”, dice Meredith Stoddard, vicepresidenta de planificación de acontecimientos de la vida en Fidelity Investments. Dar un poco puede estar bien si tus finanzas están en orden y sientes que tienes una dinámica saludable con tus hijos, dice ella. “El problema viene cuando empiezas a tener esa sensación instintiva de ‘Realmente no quería hacer esto’ o ‘Uy, en verdad no tengo muchos ahorros, pero creo que puedo encontrar una forma de hacer que funcione’”.

Trata de no juzgar tus motivaciones como “buenas” o “malas”, advierte Coambs. En vez de eso, intenta comprender de dónde viene el comportamiento. Si sientes en tu corazón que no puedes darte el lujo de dar, probablemente no puedes.

Además, podrías estar retrasando el crecimiento financiero de tus hijos o nietos adultos cuando constantemente los ayudas con el dinero. “Parte de tu trabajo como padre de familia es hacer que tus hijos lleguen al punto en que sean económicamente independientes”, dice Kautzer. Si siempre los rescatas, tal vez no actúen de forma responsable en cuanto a administrar sus finanzas ellos mismos.

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Si aportas cantidades considerables de dinero a tus hijos o nietos adultos, es una buena idea hacer un cálculo rápido en una calculadora de planificación para la jubilación, dice Stoddard. Al hacerlo, quizás te des cuenta de que lamentablemente no tienes mucho dinero y necesitas hacer que ahorrar sea una prioridad. Por otro lado, quizás te des cuenta de que estás en mejor forma de lo que pensabas y que, si así lo decides, puedes permitirte ofrecer más, dice ella. De cualquier forma, es mejor saber antes de dar.

Aborda la conversación con cuidado

Prepararte para una conversación con tus hijos o nietos adultos sobre el apoyo económico que proporcionas puede ser un desafío. Mientras que una parte de ti pudiera saber que es hora de que ellos se valgan por sí mismos económicamente, otra parte de ti pudiera sentirse culpable por terminar el apoyo económico. Una forma de prepararte emocionalmente: identifica los motivos por los que vas a hacer el cambio y acepta que son válidos, sugiere Kautzer.

Necesitas incluir a tu cónyuge en la conversación. Algunas parejas podrían no estar de acuerdo sobre cuánto apoyo económico es suficiente para los hijos mayores. En ese caso, las dos partes podrían tener diferentes valores y creencias, y si no las pueden resolver juntos, quizás necesiten buscar ayuda profesional, ya sea de un consejero de parejas o un planificador financiero, dice Kautzer.

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Otras cosas que debes tomar en cuenta

Anticipa que la conversación será difícil. “Si esto ha estado pasando por mucho tiempo y era un patrón bien establecido, cuando te dispongas a cambiarlo puede ser una conversación estresante”, dice Kautzer.

Prepárate con anticipación. Piensa en lo que quieres decir antes de que lo digas, dice Kautzer. Tal vez digas que estás dispuesto a ofrecer apoyo, pero solo hasta cierto grado. De ser así, prepárate para establecer esos parámetros, sugiere Stoddard.

Explica tus propias necesidades. Si estás menos preparado para la jubilación debido a la ayuda que les has dado a tus hijos, quizás ellos terminen cuidándote dentro de unos años. “Es bueno y generoso atender tus propias necesidades, porque la realidad es que, si no lo haces, entonces estás haciendo que tu situación sea problema de ellos en el futuro”, dice Stoddard. Asegúrate de que ellos comprendan eso.

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Dales tiempo a tus hijos. Es un poco injusto sorprender a tus hijos adultos y decirles que la ayuda económica de la que han estado dependiendo terminará mañana, dice Kautzer. En vez de eso, para darles un poco de tiempo para que se preparen, reduce el apoyo gradualmente, o avísales que las cosas van a cambiar y dales una idea del plazo en que pronosticas que parará la ayuda monetaria.

No los culpes. Incluso si el hijo adulto es quien ha estado pidiendo o exigiendo el apoyo económico, la situación se ha desarrollado con el tiempo y es un proceso recíproco, dice Coambs. En vez de eso, concéntrate en tus sentimientos. Por ejemplo, dice Coambs, “Puedes hablar con el familiar adulto y decir: ‘Me siento un poco incómodo con la forma en que esto está funcionando ahora para nosotros financieramente. Me gustaría poder hablar contigo sobre el tema’”.

Haz que sea una conversación continua. No todo tiene que decidirse en una sola sesión. Tal vez hablen sobre el tema y dejen que todos se tomen un tiempo para pensarlo antes de volver a reunirse para determinar una resolución, dice Stoddard.

Acepta dejarlos ir

Solo porque terminas la ayuda económica, no significa que no puedes ayudar de algún otro modo. “¿Puedes ayudar de una forma que no sea monetaria?”, dice Kautzer. Por ejemplo, tal vez puedas ayudar a buscar un trabajo que pague más dinero o intercambiar ideas entre ustedes para encontrar otras soluciones.

También considera que siempre tienes la opción de tomar una decisión diferente si tu hijo se enfrenta a una verdadera emergencia, como perder el empleo o enfermarse, y quieres ayudar, dice Kautzer. “Puedes decir: ‘Durante este período de tiempo o durante los siguientes tres meses te ayudaremos’”.

Los padres de hijos adultos deben retroceder en algún momento y permitir que sus hijos aprendan sus propias lecciones y se recuperen de sus propios errores financieros. “Confía en que tus hijos estarán bien”, dice Stoddard, “y que pueden salir adelante por sí mismos”.

Tamara E. Holmes es una autora y editora que vive en Washington D.C. Lleva más de dos décadas escribiendo artículos sobre dinero, emprendimiento y carreras laborales. Su trabajo se ha publicado en distintos medios, como USA Today, Working Mother y Essence.

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