¡Felicidades, te jubilaste! ¿Y ahora qué?

Duerme hasta tan tarde como quieras. Después de levantarte a las 7 a.m. por 45 años, quizás esto ya no sea posible. Toma el tiempo que desees para quedarte en la cama a pensar. Te sugerimos reflexionar sobre esta pregunta: ¿aprovecharás al máximo los años que te quedan, o los desperdiciarás?

Disfruta de un desayuno en un café de moda. Entra en pánico cuando te des cuenta de que no tienes idea de lo que es un ristretto o affogato. Tambaléate hasta un banco del parque.

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No te sientes en el banco. Sin darte cuenta, estarás dándoles de comer a las palomas.

Recuérdate a ti mismo que ahora puedes hacer todo lo que siempre has querido hacer: aprender francés, ponerte en forma, aprovechar las ofertas de viaje de última hora.

Suprime el impulso de usar estas palabras en tus conversaciones: "nietos", "analfabeto informático", "solía ser", "colonoscopia".

Llama a un amigo que se jubiló hace unos años para almorzar juntos y conversar. Escucha su excusa para no poder ir: el último término de tu lista de palabras prohibidas.

Recuerda que hoy en día puedes ir al cine en la tarde.

Ten en mente que ahora es tu deber nunca ir al supermercado durante las horas pico. Cada vez que un jubilado hace eso, un hada que va al cine en la tarde muere.

Echa un vistazo a las ofertas de viaje. Dieciséis días en un barco de vapor por el río Yangtze; pasarás cinco de ellos echando carbón para tener una experiencia auténtica de no turista —¡tendrás derecho a presumir!—. Pero como tu pareja todavía trabaja, deberás pagar el excesivo cargo adicional por una habitación individual, lo que duplica el precio de la supuesta oferta. Y según TripAdvisor, algunos pasajeros nunca llegan a echar carbón.

No desquites tu enojo hacia las ofertas engañosas de viaje al ir a la nueva pastelería y pedir un pastel de chocolate y un café. Bueno, quizás solo esta vez.

No entres a Facebook para buscar al novio de la secundaria con el que debiste haberte casado. Eso se hace después de la medianoche.

Haz un viaje en auto al campo y regresa a la ciudad durante la hora pico, cuando todos se van. Cuando veas a las personas que van de camino a su casa, en tráfico y enojadas, salúdalas y sonríe mientras pasas zumbando a 60 millas por hora. ¿No es grandiosa la jubilación?