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Los abuelos vacunados se regocijan y planean abrazos y reuniones

Muchos verán a sus nietos por primera vez en un año: “mi corazón será un millón de veces más grande”.

Tina y David Gould con sus dos nietos

Kyle Gould

Tina y David Gould se vacunaron y están planeando pasar pronto un tiempo con sus nietos.

In English | Tina Gould no ve la hora de poder abrazar a sus cinco nietos, una proximidad que no ha tenido desde la llegada de la COVID-19 a principios del 2020. A su nieto más joven solo lo vio por un rato, y fue mientras llevaba puesta una mascarilla.

Pero ahora que las nuevas pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) permiten visitas de los que se han vacunado completamente a sus familiares sin vacunar que corren bajo riesgo (en espacios cerrados y solamente con miembros de un mismo hogar), Gould puede reencontrarse con sus nietos.

“Estoy muy emocionada”, dice Gould, quien tiene 64 años y divide su tiempo entre Columbia, Connecticut y Palm Harbor, Florida. “Siento como si me hubieran robado un año”.


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“Estoy muy emocionada”, dice Gould, quien tiene 64 años y divide su tiempo entre Columbia, Connecticut y Palm Harbor, Florida. “Siento como si me hubieran robado un año”.

Muchas cosas pueden cambiar en un período de 12 meses, en especial porque sus cinco nietos son menores de 5 años. En los últimos meses, una de sus nietas ha parecido más tímida durante las videollamadas. Por eso, ella no se “abalanzará” sobre la niña cuando por fin puedan volver a abrazarse.

“Puede que sea solo mi imaginación”, comenta Gould, “pero me interesa ver si podemos reestablecer rápido un vínculo”.

Cuando piensa en volver a acariciar de nuevo a todos sus nietos, agrega: “Ay, Dios mío, Dios mío, ¡mi corazón será un millón de veces más grande!”.

Ann y Bob Hughes junto a sus nietos

Ellen Murphy

Después de una separación de un año, Bob y Ann Hughes se preguntan si sus nietos disfrutarán de las mismas actividades.

“¿Habrá cambios?”

Bob Hughes, quien tiene 73 años y vive en Penfield, Nueva York, se está preparando para un tipo de cambio diferente cuando sus cuatro nietos, de entre 11 y 14 años, pasen la noche en su casa este fin de semana, por primera vez desde antes de la pandemia.

Durante una típica reunión de pijamas, él y su esposa, Ann, jugaban juegos de mesa con los niños antes de compartir una cena que conocían como “pollo en pizza”, ver una película y comer helados. A la mañana siguiente, siempre compartían panqueques, tocino y ensalada de frutas.

“Esa era nuestra rutina, pero ahora ya ha pasado todo un año”, dice Hughes. “De pronto ya eso no les gusta”.

La separación de un año ha sido difícil para los abuelos, quienes recibieron su segunda dosis de la vacuna a fines de febrero. Ellos cuidaron a sus nietos adolescentes cuando eran bebés y después estuvieron con ellos después de la escuela mientras sus padres estaban en el trabajo.

“FaceTime es bueno, pero nos hace mucha falta poder abrazarlos y que nos visiten”, señala Hughes.

Se pregunta si el sábado por la noche tendrá que hacer sus rondas como antes para asegurarse de que los niños, de dos familias distintas, duerman aunque sea un poco.

“¿Habrá cambios en lo que les interesa hacer? ¿O añorarán lo de antes y querrán que sea como siempre?”, pregunta. “De cualquier manera, será interesante y divertido. Mantendré la mente abierta”.

En la foto aparecen los 3 nietos de Penney Jones

Kimberly McCruter

Nuevas pautas de los CDC hacen que la abuela Penney Jones (no aparece en la foto) se sienta más cómoda visitando a sus nietos (de izquierda a derecha) Alexis, Drew y Alysse.

Pasar juntos ratos agradables

Los abuelos no solo echan mucho de menos a los pequeñines. Penney Jones, de 70 años, por lo general ve a sus tres nietos —de 30, 29 y 22 años— entre tres y cuatro veces al año. Ella vive en Mansfield, Ohio, y ellos en Atlanta. Pero la última vez que estuvieron juntos fue durante la Navidad del 2019.

Con las vacaciones de primavera que se aproximan en abril y ella que se siente “recelosa de salir de casa”, había estado titubeando sobre si “arriesgarse” y viajar en avión para visitarlos durante un fin de semana prolongado.

Ahora que se vacunó, Jones decidió viajar. Las nuevas pautas de los CDC la hacen sentir aún más cómoda sobre pasar tiempo con sus nietos sin usar mascarillas.

“No quiero ir de compras ni nada”, dice. “Solo quiero sentarme a hablar con ellos y pasar ratos agradables. Ha sido difícil. Ellos han sido una gran parte de mi vida”.

Wendy y Bill Moore con sus nietos en la playa

Julie Hodgson

Wendy y Bill Moore verán pronto a sus nietos después de casi dos años.

Sentirse optimista pero con prudencia

Wendy Moore no ha visto a tres de sus nietos, quienes viven en Hood River, Oregón —a 2,800 millas de su hogar en Fripp Island, Carolina del Sur— desde junio del 2019.

“Ha sido malísimo”, dice Moore, de 71 años. Durante las visitas por video que ella y su esposo, Bill, han tenido con los más jóvenes, de 9, 7 y 6 años, ha habido lágrimas, cuenta Moore. “Se echaron a llorar y dijeron: ‘Nos hacen mucha falta. Solo queremos que nos abracen’”.

Ahora que están completamente vacunados, los Moore están planeando un viaje de 10 días a Oregón, que incluirá pescar juntos en el segundo hogar de la familia en el río Deschutes.

Si bien está entusiasmada, Wendy Moore se siente “prudentemente optimista” sobre reconectarse, debido a la variante del virus que se descubrió en Oregón la semana pasada. Dado que ella y Bill todavía podrían portar el virus, le preguntó a su hijo si se sentía cómodo si todos se quedaban en la misma casa. Él dijo que sí.

Sin embargo, Moore no puede evitar pensar en su madre, quien sobrevivió a la gripe española cuando tenía 5 años, pero solo después de haber estado enferma de gravedad durante tres semanas, incluidos 10 días en coma. Eso afectó los pulmones de su madre por el resto de su vida y a la larga ella murió a causa de una neumonía.

“Por eso, lo respeto”, afirma sobre el virus de la COVID-19.

Al mismo tiempo, está encantada de volver a ver a sus nietos, un momento que espera con ansias.

“Solo queremos tocarlos”, dice.

Robin L. Flanigan es una redactora que colabora con artículos sobre salud mental, educación y temas de interés humano para varias publicaciones nacionales. Trabajó como reportera para diversos periódicos y sus escritos también se publicaron en People, USA Today y Education Week. Es autora del libro infantil M is for Mindful.