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Cómo evitar errores al apoyar a tu familia en tiempos difíciles

Consejos para atender las carencias emocionales de seres queridos por la pandemia y otros problemas.

Ilustración de una persona que intenta equilibrar las necesidades de toda una familia

Mike Reddy

In English | Se necesitan entre ocho y doce años de estudio intensivo, capacitación y certificación para convertirse en un psicólogo clínico. Es probable que no cuentes con nada de eso. Sin embargo, muchos nos encontramos desempeñando la función de terapeuta familiar desde marzo, ofreciendo consuelo, apoyo y consejos a quienes enfrentan el efecto físico y emocional de todo lo que está sucediendo. Como probablemente hayas comprobado, tal vez no siempre has sido capaz de decir lo más acertado. Y después de casi ocho meses de hacerlo, es posible que te estés cansando de atender las carencias psicológicas de los demás. 

“Sentir compasión constante realmente causa fatiga”, señala Elissa Kozlov, miembro del cuerpo docente del Rutgers Institute for Health, Health Care Policy and Aging Research. “Nadie se beneficia si comienzas a sentir resentimiento o agotamiento por ser el apoyo emocional de todos”. Aquí hay algunos errores comunes que cometemos al actuar como terapeuta familiar, y otras opciones para brindar un apoyo más eficaz.

1.º error: hablar demasiado

Este es el error más común al ofrecer apoyo, indica Keith Humphreys, profesor de Psiquiatría y Ciencias Conductuales en Stanford University. “Las personas necesitan que las escuchen y sentirse escuchadas, no que les digan lo que deberían sentir ni que les aconsejen directamente cómo resolver sus problemas”.

Qué hacer: hablar menos y escuchar más

Puedes lograr mucho si simplemente permites que las personas hablen, explica Humphreys. Asiente con la cabeza, míralas a los ojos, coloca la mano en su hombro. Repite lo que dijeron para que sepan que las escuchaste bien. A veces ellas son las que inician el diálogo, y dicen: “este momento me resulta difícil. Extraño ver amigos y familiares y eso me hace sentir triste y solitario”. Estas palabras te pueden dar permiso para hablar y compartir ese mismo aspecto doloroso de tu propia experiencia.

2.º error: adoptar una actitud resolutiva

Ilustración de una mano presionando el botón de repetición de un despertador

Mike Reddy

Una labor extra para los cuidadores

A veces, el aspecto más importante del cuidado es el lado emocional, dice el profesor de psiquiatría Keith Humphreys. “Hay tantos problemas de salud (dolor, enfermedades graves y más) que empeoran con la mala salud mental”, dice. “A veces, lo mejor que se puede hacer es ofrecer seguridad y atención a alguien para aliviar la ansiedad y la depresión. Y eso les ayudará a manejar lo físico”.

Cuando alguien acude a ti porque está sufriendo, es lógico que quieras ayudar. Sin embargo, muchos ofrecemos demasiadas opiniones. Cuando actuamos de esa manera, lo que estamos diciendo sin querer es “no te sientas así, haz algo para cambiarlo”, indica Kozlov. Humphreys añade: “recuerdo muchas veces como terapeuta que una mujer planteaba un problema que le preocupaba y su esposo, su padre o su hijo comenzaban a ofrecer sugerencias para resolverlo, cuando todo lo que la mujer deseaba era que la escucharan”.

Qué hacer: pide permiso para trabajar juntos

Por lo general, las personas ya saben lo que deberían hacer para resolver un problema. Si alguien está enfrentando la soledad, recomendarle que pase más tiempo con amigos, por ejemplo, no demuestra demasiada comprensión y puede incluso acentuar el problema. Es más conveniente pedir permiso para encontrar soluciones más significativas, indica Kozlov: “¿quieres que te ayude a pensar en maneras de mejorar la situación o solo necesitas alguien en quién apoyarte en este momento?”. Bonnie J. Kin, directora del programa de maestría en Gerontología Aplicada en Brenau University en Gainesville, Georgia, señala que, a veces, recomienda conductas que mejoran el bienestar físico y emocional, incluso si la persona no parece estar motivada para actuar. La clave es ofrecer dos opciones. Las personas responden mejor cuando se les presentan opciones en lugar de una única solución.


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3.º error: hablar por teléfono

Cuando haces una pregunta por teléfono y la persona no responde, no puedes darte cuenta de lo que sucede, explica Humphreys. ¿Le cuesta encontrar las palabras? ¿Tiene lágrimas en los ojos? ¿O simplemente está mirando televisión?

Qué hacer: reúnanse en persona si es posible, o por lo menos hablen por videollamada

Cuando pueden verse, pueden leer las señales no verbales del otro. Esa persona también puede ver la preocupación en tu rostro y sentir tu interés en conversar. Si no puedes programar una videollamada o hablar con alguien en persona, intenta conseguir la ayuda de otra persona que tenga una relación cercana con tu ser querido, como un buen amigo o un profesional del centro de vida asistida. Explícale la situación y ve si puede ofrecer apoyo emocional en persona.

4.º error: intentar llenar el silencio

El silencio resulta incómodo, y eso te puede hacer responder demasiado rápido.

Qué hacer: crea un espacio de reflexión

Escuchar no es lo mismo que tener una actitud pasiva, explica Humphreys. Ponte en la situación de la persona, muestra empatía con sus sentimientos. Dile: “parece que estás muy triste. Te entiendo; esto asusta”. También puedes reformular sus mismas palabras: “te levantas por la mañana y no sientes esperanza, sientes que no va a suceder nada. Te entiendo”. Aunque parezca extraño, eso realmente no les molesta a las personas, explica Humphreys. “Llenar el silencio con sus propias palabras es una intervención eficaz porque demuestras que te preocupa y escuchaste lo que dijo”.

Imagen de una mujer que cuida de una familiar mayor mientras pasan tiempo hablando

Mike Reddy

5.º error: juzgar su realidad

Decir cosas como “no deberías sentirte así”, “ánimo, podría ser peor” o “mira el lado positivo” los niega como persona, indica Kin, de Brenau University.

Qué hacer: acepta su realidad

Acepta la validez de su realidad aunque no sea la tuya. “Sus sentimientos son sus sentimientos, y tienen derecho a tenerlos por más sombríos e irreales que te parezcan”, indica Kin.

La depresión y la ansiedad son bastante normales durante estos tiempos de pandemia debido a la “carencia de interacción”, añade. Simplemente escuchar y luego responder con “estoy de acuerdo, son tiempos muy duros, y no veo la hora de poder salir otra vez”, les hará saber que muestras empatía con sus sentimientos”.

Cuándo acudir a un profesional

A veces un ser querido puede necesitar más apoyo del que puedes ofrecerle. Estas son señales que indican que tal vez debas consultar a un profesional de salud mental.

  • Alteración del sueño (estar diez horas acostado y aun así sentir cansancio, o despertar a las 4 a.m. y no poder volver a dormir)
  • Falta de energía o motivación
  • Inapetencia
  • Abandono del cuidado personal (no lavarse los dientes o bañarse)
  • Llanto frecuente
  • Aislamiento o falta de participación cuando hay oportunidades sociales
  • Numerosas conversaciones sobre la muerte o el dolor, o comentarios preocupantes sobre autolesionarse

Pero tampoco olvides que en última instancia, es la persona quien debe decidir buscar ayuda. “No tiene mucho sentido preocuparse y adquirir mucha información sobre tratamientos si la persona no piensa acudir”, indica Humphreys, de Stanford. “Debes aceptar que no puedes obligarla. Ella tiene que decidir si va a buscar ayuda o no”.