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Fort Worth mejora la calidad de vida de sus habitantes

La ciudad tiene la meta de crear mejores espacios para peatones e incentivar una vida saludable.

Grupo de ciclistas circulan por una carretera

Ryan Young

La alcaldesa Betsy Price manejando bicicleta con la comunidad de Fort Worth.

In English | A la alcaldesa Bestsy Price le gusta ir en bicicleta a su trabajo en la Municipalidad de Fort Worth. Pero esta señora de 70 años decidió andar en bicicleta no solamente para conservar el medioambiente o mantenerse en forma. Hace tres años, en una entrevista con la revista Bicycling, Price dijo que sus recorridos diarios en bicicleta la ayudan a tomarle el pulso a su ciudad. “Cuando alguien con un cuerpo como el mío usa spandex, la gente le dice casi cualquier cosa”, dijo. Además, “andar en bicicleta me permite hablar con personas que por lo general no participan, y veo nuestros caminos y parques desde otro punto de vista mientras voy pedaleando”.  

Un vistazo a Fort Worth

  • Población: 898,919
  • Población de 50 años o más:  25.1 por ciento
  • Precio medio de la vivienda:  $189,300
  • Ingreso promedio por hogar:  $58,448
  • Tasa de desempleo:  3.7 por ciento

La alcaldesa se ha enterado de las preocupaciones de los adultos mayores, y se enorgullece de que AARP haya nombrado a su comunidad del norte de Texas como una Comunidad Amigable con los Adultos Mayores. Más del 9% de la población es mayor de 65 años y se espera que esa cifra llegue al 30% para el 2030. “Estamos cambiando la calidad de vida. Nos complace mucho cómo va todo”.  

Un ejemplo del renacimiento es un plan por parte de la ciudad y una organización sin fines de lucro local de revitalizar Near Southside, una sección antigua de la ciudad, para evitar que los residentes se muden a los suburbios. Seis hospitales cercanos expandieron sus servicios en el vecindario de uso mixto, y la ciudad se comprometió a implementar planes urbanos concebidos para peatones.  

“Intentamos crear una comunidad donde las personas puedan caminar y donde deseen vivir”, afirma Mike Brennan, presidente de Near Southside Inc., la organización sin fines de lucro que participa en el plan de urbanización. Decenas de edificios antiguos han sido renovados y convertidos en estructuras modernas al tiempo que se preserva su encanto histórico. Según un informe del 2016 de Brookings Institution, los restaurantes y las tiendas en Magnolia Avenue de este vecindario “compiten con muchas calles principales en ciudades grandes de todo el país”.

Vista de un tráiler convertido en tienda de plantas de cultivo

DUSTIN COHEN

Grow Plant Shop en Magnolia Avenue en Fort Worth.

Por otra parte, la ciudad implementó un programa de “zonas azules” con el objetivo de crear estilos de vida más saludables —con sistemas para estacionar bicicletas a fin de promover el ciclismo, máquinas expendedoras en las que por lo menos la mitad de los productos son “saludables” y ayuda para iniciar jardines comunitarios—. Anne VanBeber, profesora en Texas Christian University y dietista licenciada, dice que los supermercados de las zonas azules ayudan a los compradores de mayor edad a seleccionar comida local saludable.

Fort Worth ha creado una aplicación para que designen a las empresas con la categoría de adecuadas a las personas mayores. Los requisitos incluyen pasillos y espacios por los que puedan pasar sillas de ruedas y andadores; rampas o ascensores; productos que los clientes alcancen fácilmente y personal capacitado para relacionarse con compradores mayores en persona y por teléfono. Hasta ahora, más de 25 negocios y organizaciones han recibido la designación.

Una de esas tardes, Monta Scaggs, de más de 70 años y en silla de ruedas motorizada, visitó el mundialmente conocido Kimbell Art Museum, que recibió recientemente la designación de adaptada a las personas mayores. Fort Worth es su ciudad natal, por lo que ella aplaude los esfuerzos de hacerla más adepta a los adultos de mayor edad. "Muchos visitantes necesitan ayuda", dice, "y es más fácil acceder a todo".


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Un grupo de ganado de cuernos largos -longhorn- cruza una carretera

stevecoleimages/Getty

Ganado cruza unas vías férreas.

Hace diez años, después de jubilarse de un trabajo, Gerald Zenick, de 73 años, abrió un negocio de acondicionamiento físico móvil, Working with Weights. Tiene un contrato con la ciudad para llevar su gimnasio portátil de pesas libres a centros comunitarios y de demencia. Entrena a personas de "55 a 95 años" y se centra en el "acondicionamiento funcional" —mejorar la postura, el equilibrio y la fuerza central corporal— en sesiones de 45 minutos, con un descanso de un minuto "completamente de pie". Dice que los clientes han notado una mejora en la densidad ósea y una disminución de la presión arterial.

Cheri Morgan, de 63 años, fundó su negocio de dulces, Wildtoad Toffee, hace 6 años. A menudo trabaja con emprendedores mucho más jóvenes y ha visto que la comunidad empresarial es amigable con los adultos mayores. “Nunca me he sentido incómoda y por lo general estoy con personas más jóvenes”, menciona. “No dicen, ‘Ah, es vieja, ni te tomes la molestia’. Aquí, los adultos mayores tienen oportunidad de ser más viejos”.

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