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Decorar para las fiestas puede levantarte el ánimo

Para contrarrestar los efectos de la COVID-19, la gente se esmera al máximo en la decoración navideña.

Hombre sujeta un muñeco de nieve mientras sonríe

Cortesía de Paul Jeromack

Paul Jeromack decora con entusiasmo para las fiestas.

In English | A Paul Jeromack le encanta la Navidad. Así que, cuando se aisló a principios de marzo y pasó una primavera muy larga y solitaria, Jeromack se dio cuenta de lo que tenía que hacer, es decir, adornar con luces navideñas. 

Cadenas de luces iluminan las ventanas de su comedor, luces parpadeantes con reflectores en forma de estrella emiten un resplandor en su dormitorio, y figuras plásticas luminosas de Santa Claus decoran su apartamento. Casi todos los días desempaca más adornos brillantes.

Jeromack, de 60 años, comerciante de arte de la ciudad de Nueva York, no fue el único en tomar la decisión de poner decoraciones festivas temprano este año. Muchas personas están tratando de combatir las noticias sobre la pandemia, la crisis económica y la revuelta política al decorar el interior y el exterior del hogar con cadenas de luces coloridas, calabazas, guirnaldas y coronas. 

“Todos buscamos un sentido de conexión con otras personas después de sentir los efectos de los cierres y el aislamiento”, dice Suzanne Degges-White, presidenta de Consejería y Educación Superior en Northern Illinois University. “Decorar para las fiestas —usualmente encender luces en el oscuro invierno—, es algo muy necesario este año”.


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Las decoraciones hacen sonreír a la gente

Jeromack encontró un poco de alegría cuando se preparó para la Navidad en marzo. Por otro lado, Nancy McDowall-Dunford, de 52 años, recurrió a algo mucho más espeluznante: un laboratorio de científico loco, junto con demonios y fantasmas.

En abril, cuando Windsor, Ontario, estaba en medio de sus propios cierres, McDowall-Dunford y su esposo, Todd Dunford, tuvieron una conversación sobre Halloween.

Por muchos años, la pareja había transformado su hogar en una casa de terror, con un laberinto embrujado y todo tipo de elementos escalofriantes para asustar al público.

Durante la pandemia, no sabían si podrían seguir adelante con esos planes. Pero después de hablar con su esposo, McDowall-Dunford decidió decorar con entusiasmo —por su propia salud mental y la de las personas en su comunidad—.

“Necesitas algo que esperar con ansias, algo que te haga feliz, que te haga sonreír y sentirte emocionado”, dice. “¡Es muy importante!”.

Una casa decorada como cementerio para Halloween

Cortesía de Nancy McDowall-Dunford

Nancy McDowall-Dunford empezó a decorar su hogar para Halloween en agosto.

A principios de agosto, la pareja puso decoraciones de Halloween. En Halloween, McDowall-Dunford se sentó afuera con una mascarilla para asegurarse de que los visitantes cumplieran con las reglas de distanciamiento social.

La pareja incluso creó nuevos letreros para la casa embrujada. “Tenemos uno que dice ‘Mask It or Casket’ (mascarilla o ataúd) y otro que dice ‘Six Feet Apart or Six Feet Under’ (seis pies de distancia o seis pies bajo tierra)”, comenta.

Dos semanas antes del Día de Acción de Gracias, Jamie Hickey, de 50 años, decidió aprovechar el clima cálido inusual de Filadelfia para decorar toda su casa —por dentro y por fuera— con cosas como un trineo con renos inflable, Frosty el muñeco de nieve y Mickey Mouse vestido de duende en su patio delantero. Aunque la decisión fue parcialmente motivada por no querer poner luces en temperaturas de 30 grados, también deseaba encontrar una manera de alegrar a sus hijos.  

“Hay un rumor de que van a regresar a la escuela virtual a tiempo completo y estaban tristes, así que supe que las decoraciones navideñas les levantaría los ánimos”, explica. “Tampoco pierdes nada al darles a tus vecinos una razón para reír en estos tiempos inciertos”.

Beneficios psicológicos que alegran los días

La decisión de McDowall-Dunford de continuar con sus tradiciones de Halloween a pesar de la pandemia, y los arreglos de Navidad de Jeromack y Hickey, pueden tener beneficios psicológicos.

“[Decorar] es compartir un ritual y fomentar un sentido de comunión y comunidad”, dice Degges-White, quien ha escrito sobre las decoraciones festivas en Psychology Today.

Aunque, sin duda, las fiestas serán diferentes este año, tomarse el tiempo para poner adornos brillantes, preparar la mesa con manteles festivos o finalmente comprar ese cascanueces de gran tamaño para la sala puede ayudar a las personas a sentirse más conectadas.  

Cualquiera que haya sido el fundamento psicológico que motivó a Jeromack a poner decoraciones navideñas en marzo, él está contento de haberlo hecho. “Definitivamente me dio un impulso”, expresa. “Lo que sea que las personas puedan hacer para iluminar estos días oscuros es maravilloso”.

Él tiene planes de poner un árbol de Navidad muy, muy pronto.