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Un jardín zen en casa

Crea el tuyo y permite que su energía y vitalidad florezcan.


spinner image Jardin Zen
Para definir el sitio del jardín zen, más importante que el tamaño es la tranquilidad del espacio.
Harpur Garden Library/Corbis

Si te pidieran describir las sensaciones que tienes después de un día de playa, una caminata por las montañas o una visita al jardín botánico, seguramente todas serían positivas: logras desconectarte de tus asuntos diarios, relajarte y recargar tu energía. En cualquiera de estos casos, tu percepción de bienestar tiene una explicación: el contacto con la naturaleza.

Estudios en psicología ambiental han demostrado que los escenarios naturales tienen efectos positivos sobre el bienestar físico y mental de las personas. En un estudio publicado por la Association for Psychological Science (asociación para la ciencia psicológica, en inglés), expertos en el tema revelan que los ambientes naturales ofrecen un patrón más coherente y estético que los ambientes urbanos. De ahí, la sensación de descanso que tú percibes luego de pasar tiempo en un espacio natural.

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spinner image Jardín zen con rocas, musgo y árboles.
El jardín zen —según un experto— es el arte que recrea la esencia de un paisaje natural, y éste tiene beneficios emocionales.
John S Lander/Getty Images

Aún en períodos relativamente cortos, el contacto con la naturaleza trae beneficios físicos y  emocionales notables, como por ejemplo: la relajación y reducción del estrés, disminución de la fatiga mental y aumento en la claridad mental, recuperación más rápida luego de una cirugía y una mayor sensación de bienestar, tal como lo demuestra este estudio de la Comisión Europea.

La buena noticia es que dentro de tu vivienda tú puede tener una representación de ese mundo natural que te beneficiaría de la misma forma que un paisaje real, y aprovecharlo para la meditación y el aumento de tu vitalidad: el jardín zen.

“El jardín zen es un arte que recrea la esencia de un paisaje natural y puede tener un efecto tan similar como al de estar en el lugar mismo. Con imaginación y el manejo de técnicas de estética, este jardín puede evocar lugares maravillosos capaces de ponernos en estado de felicidad”, comenta David Slawson, uno de los diseñadores de jardines japoneses públicos y privados más prestigiosos de Estados Unidos.

spinner image Jardín Zen con rocas en la esquina del patio de una casa.
Un jardín zen con paredes de bambú, con piedras y plantas puede ubicarse en un rincón del patio.
Modesto Bee/Getty Images

¿Por qué un jardín zen?

Según el budismo zen, si tú interrumpieras frecuentemente la agitación diaria, te desconectaras de tus asuntos particulares y dedicaras unos minutos a la meditación, podría aumentar en ti los niveles de tranquilidad y vitalidad. Un jardín zen te permite esta experiencia.

“Decidí hacer un jardín zen en la parte trasera de mi casa, luego de la sensación de tranquilidad que me provocó visitar uno en la ciudad”, afirma Gustavo Valencia, un colombiano de 47 años que construyó un jardín en su vivienda en Queens, Nueva York. “Usualmente voy a mover la gravilla o a revisar las plantas una vez a la semana, y en otras ocasiones simplemente voy a contemplarlo cuando me siento muy estresado o sin saber qué decisión tomar frente a alguna situación. Esto siempre me ayuda, siento que mi mente se transporta a otro lugar lejano a mi realidad y puedo ver las cosas con otra perspectiva”.

Aunque al principió a nadie de la familia de Valencia le pareció sensato tener un jardín zen en casa, él demostró que la idea no era complicada si se tiene en cuenta los beneficios que este lugar representa para la salud.

Según el argentino Eduardo Bonvissuto, biólogo y experto en jardines, “dedicar un tiempo para la meditación en estos lugares tiene grandes beneficios: por un lado permite disminuir el ritmo cardíaco y aumentar la respiración profunda, lo que hace que el cuerpo baje su estado de estrés dado en las grandes ciudades o por acumulación de preocupaciones; posibilita la conexión mente-cuerpo, la cual usualmente es interrumpida por la repetición de las actividades cotidianas y además es recomendable para personas que han tenido ataques cardíacos, enfermos de cáncer o con desequilibrios mentales”.

spinner image Jardin zen en un entorno urbano, en el patio de una casa.
Ejemplo de un espacio moderno y tranquilo creado al estilo de jardín zen en una zona urbana.
Vince Compagnone/Getty Images

Si nunca habías considerado tener uno de estos jardines en casa, vale la pena que analices la opción, pues —como recomienda el diseñador Slawson— los espacios más aptos son hogares, restaurantes y los vestíbulos de hoteles, por ser allí donde la gente busca mayores niveles de tranquilidad.

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Crea tu jardín

Si te decides a tener tu propio jardín zen en casa, bien sea que tú mismo te dediques al diseño y construcción o que acudas a un experto, ten en cuenta estas recomendaciones:

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1. Define el sitio de tu jardín. Más importante que el tamaño, es la tranquilidad del espacio en el que lo ubiques y el tiempo que destinarás a su cuidado. Por ello, si no cuentas con un lugar muy amplio o quieres empezar despacio con este arte, puedes optar por un jardín miniatura para ubicar dentro de tu casa, encima de una mesa o escritorio, el sólo hecho de rastrillar la gravilla puede ayudarte a lograr un estado de relajación.

2. En un almacén de artículos para jardinería consigue los elementos necesarios de acuerdo al tamaño de tu jardín:

  • Gravilla blanca (representa el mar)
  • Arena
  • Rocas (representan islas)
  • Plantas (preferiblemente orientales como el bambú o de alguna clase que resista los cambios estacionarios)
  • Madera

3. Si deseas combinar con plantas, las plantas típicas en un jardín zen son: Bambú, Azalea, Arce japonés rojo, Abeto de cornea (para los elementos más verticales), Cerezo ornamental japonés, Magnolia. Y otras especies, dependiendo de si tu jardín está en un clima cálido o frío, puedes plantar Acacia verde, Árbol de fuego, Higuera Africana, Adelfa Amarilla y Melaleuca en climas cálidos, y Madreselva, Viña ornamental y Hortensia trepadora en climas fríos.

4. Usa la madera para delimitar el espacio de tu jardín.

spinner image Matera con un arreglo de madera y musgo.
Usa madera para definir tu jardín zen, como esta pequeña matera con musgo en el centro de tu patio.
Krzysztof Baranowski/Getty Images

Posibilidades para organizar

Los elementos son innumerables, pues cada jardín refleja el gusto de su creador. Sin embargo, algunas recomendaciones básicas son:

1. Si se trata de un jardín miniatura, ubica piedras pequeñas sobre la gravilla cuidadosamente rastrillada.

2. Para un espacio amplio, sigue los siguientes pasos:

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  • Busca la presencia de un árbol o planta de buen tamaño que  enmarque todo el jardín.
  • Distribuye la gravilla uniformemente. Rastrillarla es un excelente ejercicio para meditar que puedes repetir cada vez que lo requieras.
  • Ubica la roca o el grupo de ellas al fondo del escenario de tal forma que se destaquen.
  • Sitúa las plantas detrás de las rocas.

3. Aísla el jardín de lo que lo rodea, bien sea con plantas o una cerca de madera, para así no mezclarlo con tus espacios cotidianos.

spinner image Jardín zen hecho con rocas en el rincón exterior de una casa.
Las rocas y piedras son características de los jardines zen.
John S Lander/Getty Images

4. Ten en cuenta usar un número impar de rocas y plantas para lograr asimetría en la composición, tal como es la naturaleza.

5. Crea alguna forma de transición entre el jardín y la residencia y el paisaje que lo rodea: “puede ser un gran ventanal que dé la sensación de estar enmarcando el jardín, un camino de piedra que conduzca al lugar o plantas que lo rodeen. Es importante un buen efecto escénico”, aconseja Slawson.

6. Recuerda que menos es más. No emplees objetos adicionales, pues la fluidez y simplicidad son aspectos esenciales de estos espacios.

7. El experto habla de precios que pueden ir desde $1.000 (o incluso menos) por algo sencillo como una sola roca cavada, hasta $25.000 o más, por algunos que incluyen fuentes y paisajes que recrean un bosque o montañas artificiales.

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