Sé una tigresa

Si crees que no tienes que prestarle atención a lo que llevas debajo de tu ropa, entonces tú no has salido con un joven de veintitantos años desde que eras veinteañera. El estilo al natural de nuestra juventud, cuando dejábamos todo suelto, ya pasó hace mucho tiempo. Los hombres de hoy día esperan que las mujeres lleven prendas exóticas, como sostenes que realzan la figura, ligueros, y (¡ay!) tangas. Ellos también esperan que tú tengas una depilación profesional: axilas, piernas, y hasta lugares que raras veces ven la luz del día. A propósito, no te sorprendas si tu jovencito también se afeita de manera similar (exceptuando el rostro, tal vez). Y de ninguna manera te asustes si notas que tiene un corazón diseñado con los vellos del pecho.

3. Busca a la niña traviesa en tu interior

¿Recuerdas a aquellas niñas malas de los bailes de secundaria, que usaban demasiado maquillaje y se besaban apasionadamente en público con los chicos? Pues, ellas son tu nuevo ejemplo a emular. Olvídate de actuar indiferente o de que tienes que seguir “las reglas” para conseguir a un hombre. Si estás vistiendo ropas de puma, y estás al acecho en la guarida del puma, ¡entonces acepta lo que haces allí y quién eres! ¿De mal gusto? Probablemente. Pero, recuerda; todo esto es hipotético; ¿verdad?

4. Reprime los consejos

Sólo porque es tan joven que pudiera ser tu hijo no quiere decir que tú tienes que actuar como si fueras su madre. Resiste el impulso de escuchar sus problemas con demasiada compasión, de advertirle que debe dejar de fumar o de beber demasiado. Tampoco le des consejos de cómo impulsar su carrera profesional o cómo mejorar en la universidad (Uy), y mucho menos de darle instrucciones demasiado explícitas sobre asuntos románticos. Y, no importa lo que haga, no se te ocurra decirle que limpie su habitación.

5. Una sola palabra para ti: ¡Chévere!

Los hombres más jóvenes tendrán menos grasa corporal, más energía y un mayor aprecio por las mujeres fuertes que sus homólogos de más edad, pero son igual que los hombres mayores en un aspecto: les encanta la atención. Lo único que ha cambiado es la respuesta requerida por ti. En vez de decir "Eres tan inteligente" o "Qué interesante", tu sólo tendrás que memorizar una palabra: ¡Chévere!

Practiquemos:

Hombre joven: "Estoy en mi tercer año de leyes". Tú: ¡Chévere!

Hombre joven: "Me divierto con mi patineta y mi perro, Spike". Tú: ¡Chévere!

Hombre joven: "Vamos a quitarnos la ropa". Tú: ¡Ea, cuidado! Quiero decir; ¡Chévere!

6. No hagas el amor

Depende de qué tan lejos quieras llevar este asunto, puedes tener sexo con tu joven pareja; es decir, si tienes suerte. Pero eso es sexo, y así es como él lo va a llamar —o de alguna manera más ordinaria— y tú también debes hacerlo. Así que llamarlo "hacer el amor", o "acostarse con" no sólo es anticuado, sino que pudiera significar que te estás engañando a ti misma con la "relación".

Algo de lo que no te debes engañar, ni en tus sueños: Asegúrate de que él utiliza un condón (enlace en inglés). Las enfermedades de transmisión sexual están en ascenso, en particular entre las personas de edad madura que creen que ya no necesitan protección. No hay nada hipotético sobre eso.

7. Ya conoces el significado de "para toda la vida"

Bueno, ni siquiera Demi y Ashton vivieron felices para siempre. La relación tigresa y cachorro puede ser magnífica para el ego, o por diversión y aventura, pero a ti no se te ocurriría llevar a este joven a conocer a tus padres, o (¡ni lo pienses!), a tus hijos. A nuestra edad, ya conocemos el significado de "para toda la vida". Desprovistas de ilusiones, honestas sobre nuestras intenciones, ahora somos libres para amar al hombre con quien estamos, y quizás mañana a su compañero de apartamento.

Y si todos estos consejos sobre tu aventura puma potencial te hacen desear acomodar con el mismo hombre mayorcito de siempre, o con una bolsa de chocolates y una película de Jake Gyllenhaal, entonces podrás consolarte pensando en lo mucho que ahorrarás en lencería.