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Roberto Clemente: más allá del béisbol

El famoso jardinero derecho sentía pasión por su familia, por ayudar a los demás y por su herencia puertorriqueña.


spinner image Roberto Clemente con su uniforme de los Piratas de Pittsburgh posa para una foto alrededor de 1968.
LOUIS REQUENA/MLB VIA GETTY IMAGES

Roberto Clemente fue un extraordinario jugador de béisbol, pero fue su pasión por ayudar a los desfavorecidos y marginados, junto con su amor por la familia y por su herencia por lo que más se le recuerda hoy.

La primera superestrella hispana de las Grandes Ligas, falleció en la víspera del Año Nuevo de 1972 en camino a ayudar a las víctimas de un terremoto de Nicaragua. Clemente, de 38 años, exreservista del Cuerpo de Infantería de la Marina de Estados Unidos, era muy conocido por su compasión y sus obras de caridad. Estaba transportando suministros cuando el avión en el que viajaban él y otras tres personas se estrelló en el océano frente a su Puerto Rico natal.  

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“La compasión de mi padre por los demás era innata. Era lo que lo definía como ser humano”, dice su hijo, Roberto Clemente Jr. “Era empático desde niño. En sexto grado, organizó una colecta para arreglar una cerca en la escuela”.

Al jardinero derecho de los Piratas de Pittsburgh se le idolatraba en el campo de béisbol, especialmente en Puerto Rico, que seguía siendo su hogar y el de su esposa y sus tres hijos. Su carrera de 18 temporadas, exaltada después de su muerte al Salón de la Fama, produjo docenas de récords. Fue el primer jugador hispano en ser galardonado como el Jugador más Valioso (MVP) de la Liga Nacional (1966) y el MVP de la Serie Mundial (1971). A Clemente se le conocía como “El Grande”.

“Los números hablan por sí mismos”, dice Clemente Jr. “El impacto que uno tiene en el equipo no siempre se refleja en el marcador. Usaba su influencia para acercarse y conectar con los jugadores hispanos. Se aseguró de que estos entendieran que tenían que acercarse a los jugadores más jóvenes que llegaban a la liga. Les hablaba de la importancia de ayudarse mutuamente. Las probabilidades estaban en contra de estos jugadores más jóvenes y él lo sabía”.

Ampliar las oportunidades económicas de las minorías y luchar por la justicia social y contra los prejuicios fue uno de los principales objetivos de la vida de Clemente. Un encuentro con el Dr. Martin Luther King inspiró aún más sus objetivos humanitarios. “Cada vez que tienes la oportunidad de marcar la diferencia en este mundo y no lo haces, pierdes el tiempo en la Tierra”, dijo Clemente.

spinner image Roberto Clemente bateando para los Piratas en un juego de Grandes Ligas en 1970.
Focus on Sport/Getty Images

Clemente, uno de los jugadores de béisbol más completos de todos los tiempos, tuvo un promedio de bateo de .317 en su carrera y ganó 12 Guantes de Oro por su destreza defensiva. Fue 15 veces All Star, dos veces campeón de la Serie Mundial y el MVP de la Liga Nacional en 1966. Pasó a ser parte del Salón de la Fama en 1973.

spinner image Roberto Clemente con su esposa, Vera, el día de su boda el 14 de noviembre de 1964.
The Clemente Photo Archives

La boda de Clemente con su novia Vera Zabala se celebró el 14 de noviembre de 1964. Se casaron en la iglesia San Fernando en Carolina, Puerto Rico. Se conocieron menos de un año antes, cuando Clemente se encargó de “tropezarse” con ella en una farmacia. La pareja procedía de la misma ciudad de Carolina. Vera falleció el 16 de noviembre del 2019 a los 78 años.

spinner image Tras conectar su hit 3,000, el árbitro, Doug Harvey, le entrega la pelota a Roberto Clemente.
Bettmann/Getty Images

Tres meses antes de su trágica muerte en 1972, Clemente se convirtió en el undécimo jugador en la historia de las Grandes Ligas en lograr al menos 3,000 batazos a lo largo de su carrera durante la temporada regular. Terminó con exactamente 3,000. Bateó más de .300 en 13 temporadas. Lideró la Liga Nacional cuatro veces con el promedio más alto de bateo. Sorprendentemente, su promedio de bateo fue de .330 desde que tenía 30 años hasta su última temporada, a los 37.

spinner image Roberto Clemente realiza una atrapada en el jardín derecho durante un juego contra los Mets de Nueva York en 1970.
AP Photo

Las habilidades defensivas de Clemente como jardinero derecho, incluido su poderoso brazo derecho, eran excepcionales. Ningún jugador en la historia de las Grandes Ligas eliminó del jardín a más corredores de bases que él. Su récord de 266 sigue vigente hoy en día.

spinner image Roberto Clemente con su esposa y tres hijos en el Shea Stadium de Nueva York.
Jack Kanthal/AP Photo

Clemente disfruta de un momento especial con su esposa Vera y sus tres hijos en el estadio Shea de Nueva York, donde se le rindió homenaje en la “Noche de Roberto Clemente”, el 24 de septiembre de 1971. De izquierda a derecha, sus hijos: Roberto Jr., Luis Roberto y Enrique Roberto.

spinner image Roberto Clemente en Three Rivers Stadium en Pittsburgh con un grupo de jóvenes de Puerto Rico con uniformes de béisbol.
Bettmann/Getty Images

Conocido por su empatía y su espíritu compasivo, Clemente amaba a los niños. Muchas veces se desvivía por ayudarlos, especialmente a los más desfavorecidos. Clemente encabezó el concepto de una “ciudad” deportiva en su ciudad natal para que las familias realizaran actividades físicas y pasaran tiempo de calidad. Organizó muchos cursos de béisbol gratuitos. En sus viajes, visitaba hospitales y daba autógrafos a niños enfermos.

spinner image oberto Clemente con su esposa, su hijo pequeño y un trofeo de una liga de béisbol puertorriqueña.
The Clemente Photo Archives

Clemente posa con su hijo Roberto Jr., Vera y un trofeo de una liga de béisbol puertorriqueña en reconocimiento a sus logros en el deporte. Clemente estaba muy orgulloso de su herencia puertorriqueña. Se convirtió en el primer hispano que habló en español en una transmisión televisiva en vivo cuando les dio las gracias a sus padres después del último partido de la Serie Mundial de 1972.

spinner image Dos funcionarios inspeccionan los restos del avión que que transportaba a Roberto Clemente y otras cuatro personas que se estrelló en el Océano Atlántico frente a las costas de Puerto Rico.
Gary Williams/AP Photo

Un grupo de militares inspecciona los restos del avión en el que viajaba Clemente cuando se estrelló en el Océano Atlántico la víspera de Año Nuevo de 1972.  Embarcado en una misión humanitaria, Clemente y otras tres personas perecieron en Puerto Rico cuando su avión de carga DC-7 sobrecargado explotó a 200 pies de altura después del despegue. Solo se recuperó el cuerpo del piloto. Clemente iba a llevar ayuda a los supervivientes del terremoto de Nicaragua, incluida una prótesis de pierna que pensaba entregar a un niño, dice Roberto Clemente Jr. La repentina muerte de la venerada superestrella del béisbol conmocionó al mundo.

Jon Saraceno es un colaborador que cubre deportes, cultura y otros temas. Escribió durante 30 años para USA Today y trabajó para múltiples medios de comunicación.

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