10 discos trascendentales cumplen 50 años

Santana: ‘Santana’

En agosto de 1969, días después de haberse confirmado como gran revelación en el festival de Woodstock, el grupo Santana lanzó su debut discográfico, cristalizando el sonido que definiría al rock latino en Estados Unidos durante las siguientes décadas. Apoyado en el virtuosismo de Carlos Santana y su guitarra, el LP incluye temas memorables como “Evil Ways” y “Soul Sacrifice”. Aunque un año después, Abraxas aumentaría la apuesta con “Oye Como Va” y “Black Magic Woman”, la fusión de ritmos afrocaribeños con rock surge en este primer disco. Mágico e inolvidable.

José José: ‘Cuidado’

El primer LP de José José es probablemente el mejor de su carrera. Antes de grabarlo, el cantante había ganado experiencia tocando el contrabajo con un trío de jazz en la capital mexicana. Generando un nexo con esos primeros pasos musicales, la estética de Cuidado está claramente influenciada por el jazz y la bossa nova. Temas como “Agua con sal”, “Sin ella” y “Una mañana” —un Latin jazz del compositor Clare Fischer— evocan un clima de ensueños, la nostalgia y melancolía que definen a la balada clásica.

Roberto Carlos: ‘Roberto Carlos’

Además del debut de José José, 1969 vio la aparición de otro clásico de la balada latinoamericana: el décimo LP de Roberto Carlos, que además es el disco más variado de su carrera. El brasileño estaba dejando atrás los sonidos juveniles del movimiento inspirado por Los Beatles, la jovem guarda. Los 12 temas de esta producción presentan a Roberto en el mejor momento de su expresividad como cantante, con melodías maravillosas y orquestaciones de detalles sutiles. Hay momentos de funk y soul brasileño, valses y blues, baladas y la inocencia soleada del pop de los años 60.

Willie Colón & Héctor Lavoe: ‘Cosa nuestra’

Desde el coro efervescente de “Che Che Colé” —basado en una canción infantil africana— hasta el frenesí bailable de “Juana Peña”, pasando por una melodramática portada con imágenes de una supuesta mafia neoyorquina, Cosa Nuestra es la primera gran obra maestra de los salseros Willie Colón y Héctor Lavoe. Los trombones encienden momentos de majestuosa solemnidad en “Ausencia”, mientras que Lavoe suena jocoso y desaforado en “Te conozco”. Testimonio del momento preciso cuando la salsa se transforma en un género revitalizado por la irreverencia de la juventud.

La Lupe: ‘La Lupe es la reina’

La inimitable diva cubana La Lupe es otra artista que editó su mejor LP en 1969. En este caso, el concepto de dividir el disco en dos lados completamente distintos —fogosos boleros orquestales en el lado A y material bailable en el lado B— es acertado. El repertorio es majestuoso, desde el desgarrador “Puro teatro” del maestro costumbrista Tite Curet Alonso hasta la ternura de “A la orilla del mar”, popularizada en los años 50 por Pedro Infante. 

Julio Iglesias: ‘Yo canto’

Hay algo de cuento de hadas en el primer disco de Julio Iglesias. Primero, la inocencia en la voz de un joven que no todavía no era un ícono de la canción internacional. Un detalle significativo: Julio compuso casi todo el repertorio, con melodías cautivantes y letras de ambiciones existencialistas. El tema de apertura, “La vida sigue igual”, inspiraría una película autobiográfica dramatizando el viaje de Julio, desde futbolista herido en un accidente de auto a cantante internacional. Un comienzo auspicioso.

Joan Manuel Serrat: ‘Dedicado a Antonio Machado, poeta’

Dos años antes de cambiar el curso de la música hispanoamericana con Mediterráneo, el joven cantautor catalán Joan Manuel Serrat lanzó su primera gran obra: un homenaje musical al poeta Antonio Machado. La producción del material es épica, sin perder las sutilezas instrumentales y la pureza vocal que hicieron famoso a Serrat. Empezando con el éxito descomunal que fue “Cantares” (“Caminante, no hay camino, se hace el camino al andar…”) para concluir con el colorido orquestal de “Parábola”, este quinto LP de Serrat —su segundo en español— es toda una declaración de principios.

Celia Cruz & Tito Puente: ‘Quimbo Quimbumbia’

Hasta el final de su vida, la reina de la salsa se lamentaba de que los discos que grabó con Tito Puente para la compañía Tico nunca recibieron la promoción o el éxito que se merecían. Afortunadamente, estos LPs pueden ser descubiertos ahora que las décadas les otorgaron un sonido atemporal. Quimbo Quimbumbia es explosivo y exuberante, con fusiones exóticas (el soul de “Aquarius/Let The Sun Shine In”) y hasta un tema de Palito Ortega (“Corazón contento”). La voz de La Reina, en todo su esplendor.

Gal Costa: ‘Gal Costa’

Todavía activa a los 73, Gal Costa es una de las cantantes más polifacéticas de la música brasileña. Luego de editar dos LPs en colaboración, presentó su debut solista en 1969, un disco rebelde y contestatario, influenciado por el movimiento de la tropicália que fusionaba las raíces musicales de Brasil con el rock, la psicodelia y un toque de disonancia. Interpretando dúos con Caetano Veloso y Gilberto Gil, Gal muestra las polaridades de su personalidad artística: tierna, melancólica, aguda, con temas en portugués e inglés. “Que Pena” —lamento de un romance malogrado— es uno de los momentos más conmovedores de su cancionero.

Almendra: ‘Almendra’

Otro ejemplo contundente de 1969 como uno de los años más trascendentales de la música latina: el nacimiento del rock en español como movimiento poético por excelencia con el debut de Almendra, la banda del cantante y guitarrista argentino Luis Alberto Spinetta. Mientras que las influencias iniciales vienen de la mano de Los Beatles y Bob Dylan, temas como “Muchacha ojos de papel”, “Fermín” y “Plegaria para un niño dormido” tienen un vuelo y una riqueza melódica que sacuden el alma cinco décadas después. Spinetta falleció en el 2012, con solo 62 años. Este primer disco queda como testamento de su genio.

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