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11 formas de actualizar tu vestuario y tu clóset

Prepara tu vestimenta para la primavera y el verano con estos consejos que puedes poner en práctica tú misma.


spinner image Mujer mirando su armario.
GUERILLA/GETTY IMAGES

Ya que nos estamos refugiando en casa quién sabe hasta cuando, ¿por qué no usar este tiempo para renovar nuestro vestuario? Todos nos sentimos un poco estresados, pero en vez de hacer compras por internet descontroladamente, mantengamos nuestras tarjetas de crédito libres de gastos extra, siempre que sea posible. Incluso si no has agarrado un hilo y aguja desde el octavo grado en la clase de economía doméstica, estos trucos fáciles que puedes hacer tú misma avivarán tu ropa y zapatos rutinarios para darles un nuevo comienzo.

1. Decide qué harás primero

Empieza con ropa y accesorios de clima cálido por ahora y deja las prendas invernales, botas, tacones, zapatos elegantes y ropa de trabajo tipo sastre para el futuro. Divide las reparaciones en pilas: desgarros y hoyos, dobladillos y botones, sucio y con manchas, zapatos y joyas de fantasía. No intentes hacerlo todo al mismo tiempo ni elegir al azar. Enfócate en una tarea específica al día. Después felicítate cuando lo logres.

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2. Acepta que hacerlo ‘bien’ es suficiente

No eres Coco Chanel. Es más, ni siquiera eres Martha Stewart (ni un reparador de calzado, tintorero o estilista de moda). A menos que tengas tu propia máquina de coser y seas experta en este tipo de cosas, baja tus estándares. Toma en cuenta que la cinta doble cara o cinta adhesiva funciona increíblemente bien si no tienes la paciencia o el material para enmendar rápidamente esos dobladillos colgantes. También está bien intercambiar otros artículos esenciales domésticos por materiales reales en este apuro.

3. Enmienda con confianza

Si puedes pasar el hilo por una aguja —y tienes una— ya estás lista, solo asegúrate de voltear de adentro hacia afuera lo que estás arreglando antes de empezar, une las dos puntas del hilo y haz un nudo al final. Un pespunte básico es más resistente que una puntada corrida. (Esto significa que la aguja entra a la tela y detrás de la primera puntada para reforzarla). Una puntada sencilla —la aguja pasa por arriba y alrededor para unir dos bordes con lazos por encima— es mejor para costuras, agujeros y desgarros. Si no tienes un estuche con varios colores de hilo a la mano (¡incluso mis propias reservas de estuches de costura de habitaciones de hotel se han desaparecido!), no te compliques y usa un hilo negro para las prendas oscuras y de colores vivos, y uno blanco para las prendas blancas y claras.

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spinner image Manos de una mujer colocando un botón a una chaqueta.
ATLI MAR HAFSTEINSSON/CULTURA/GETTY IMAGES

4. Arregla inmediatamente los botones medio sueltos y cose los que faltan

Naturalmente es más fácil volver a sujetar un botón que tratar de encontrar un sustituto. De cualquier forma, asegúrate de reforzar cualquier botón que vayas a coser con este truco. Termina por pasar la aguja hacia abajo a través del botón y envuelve el hilo cinco veces alrededor del lado inferior para formar un tallo o cuello. Después pasa la aguja hacia abajo por la tela y asegura el botón desde el lado interior de la prenda con unas cuantas puntadas finales. Así durará. Sustituye un botón predominante que falte con uno de un lugar menos visible; por ejemplo, transfiere el botón inferior de una blusa a un lugar a mitad del pecho. ¿No tienes hilo y tienes un botón flojo? Coloca un poco de esmalte de uñas transparente por encima del botón y del hilo para evitar temporalmente que se caiga, o sujétalo con un alfiler de gancho desde el interior.

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5. Recorta los jeans para darles un toque moderno

¿Los jeans se arrastran en el piso? Considera cortar los jeans largos hasta el tobillo. El dobladillo deshilachado es genialmente moderno, ¡así que no se necesita coser el dobladillo! Coloca los jeans sobre una superficie plana, usa cualquier borde recto que tengas a la mano para marcar el largo que desees con un bolígrafo, después corta. Lávalos en la lavadora y sécalos parcialmente, recorta las hebras largas y desaliñadas para lograr un borde deshilachado parejo.

6. Zurce tus calcetines y leggings y arregla los enganchones de un suéter

Esta tarea a la antigua mantendrá útiles tus prendas básicas y cotidianas por meses. Voltea de adentro hacia afuera los leggings y calcetines de tenis y estira el agujero sobre una pelota de tenis, una manzana o una naranja antes de usar un sobrehilado para unir los bordes con una costura pareja. ¿Perfecto? No, ¿pero usable? Claro que sí. Para hacer que los hilos jalados de un cárdigan y suéter de tejido ligero sean menos visibles, prueba jalar suavemente el enganchón por debajo usando dedos en ambos lados del enganchón para estirar la tela hacia afuera. Haz lo mismo arriba y abajo con un ligero movimiento de tirón. Después voltea la prenda de adentro hacia afuera y usa una aguja para agarrar el hilo suelto con cuidado y jalarlo por el agujero.

7. Ayuda a tus capuchas y pantalones deportivos

Las cremalleras pegajosas o atoradas y los cordones que se escaparon al lavarlos solo necesitan algo de cariño y paciencia. Ata un alfiler con gancho a un extremo del cordón y empieza a pasarlo por la vía en la cintura o la capucha. El alfiler con gancho brinda una guía más suave que el cordón mismo. Trabaja lentamente, centímetro a centímetro y cuando el alfiler con gancho salga completamente, quítalo y haz un nudo extragrande para evitar que esto se repita. Frota los dientes de una cremallera con vaselina para ayudar a restaurar el deslizamiento.

8. Revive los zapatos veraniegos del año pasado

Las suelas y los tacones gastados van más allá de nuestras habilidades, y ¿quién tiene cera para zapatos por ahí tirada? Aun así, podemos reavivar rápidamente nuestras sandalias, zapatos planos y tenis. Primero, limpia cualquier capa de polvo y suciedad de la calle con un trapo suave. ¿Manchas de agua de la playa o por caminar en la lluvia? Unta las manchas en cuero y tenis blancos sucios con una proporción de 1:1 de agua y vinagre blanco en una bolita de algodón y deja secar. Quita la suciedad de las sandalias o tenis de cuero con una mezcla espumosa de agua y jabón de mano o jabón líquido para lavar vajillas, y elimina los rayones en cuero patentado con vaselina en un hisopo. Lustra los zapatos de cuero secos y opacos con un poco de humectante, crema para el cuerpo o acondicionador de cabello para restaurar el brillo y una textura suave. Rocía el interior de los zapatos y tenis apestosos con bicarbonato (o arena para gatos) y déjalos toda la noche. En la mañana, retira el residuo. ¡Y listo!

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9. Da tratamiento a la ropa antes de lavarla

No somos exactamente descuidados, pero mientras estamos en el sillón comiendo pizza o tomando una copa de vino, pueden ocurrir manchas. Si no tienes una varita quitamanchas, toallita de limpieza o preenjuague de enzimas a la mano, estos consejos retro de prelavado que puedes hacer tú misma funcionan muy bien. Unta las manchas de grasa (como de pizza, mantequilla, aderezo o maquillaje) con una toallita de papel seca (¡sin agua!) e inmediatamente aplica talco para bebés, almidón de maíz, sal o hasta edulcorante artificial para absorber el aceite, o prueba una mezcla espumosa de detergente líquido para lavar platos con el fin de evitar que la mancha se penetre. Seca el vino tinto o la salsa de tomate con un trapo o servilleta blanca, o incluso una rebanada de pan (verás que el rojo se levanta), después rocía con sal, azúcar o talco, limpia con un cepillo y repite. Después de cada uno de estos tratamientos, lava la ropa como de costumbre con agua fría. ¿No te queda blanqueador o suavizante de ropa? Añadir una taza de vinagre blanco al ciclo de lavado puede abrillantar y suavizar telas, y neutralizar olores de comida y sudor.

spinner image Manos lavando ropa en un lavamanos.
MARIAKRAY/ISTOCK/GETTY IMAGES PLUS/GETTY IMAGES

10. Lava a mano las prendas que normalmente llevas a la lavandería

Lavar a mano la seda, lino, lana, cachemira y algunas mezclas sintéticas etiquetadas como para lavar a mano tomará tiempo porque necesitas secarlas al aire, pero si no es ahora, ¿cuándo? Lava una prenda a la vez, manteniendo separada la ropa blanca, clara, de colores vivos y oscura. Llena el lavabo con agua fría y un poco de detergente suave o champú y muévela hasta que quede espumosa. Mete un hisopo en el agua y en un lugar pequeño y no muy visible en la prenda, prueba para ver si se destiñe. ¿No se transfiere el color? Puedes continuar. Deja que tu prenda se remoje por 20 minutos. Escurre, vuelve a llenar con agua fría y mete de nuevo la prenda hasta que desaparezca el agua espumosa. Coloca la prenda sobre una toalla y enróllala para presionar ligeramente el agua en exceso (¡sin apretar ni exprimir!). Después desenróllala y transfiérela a una toalla seca para volver a darle forma. No la cuelgues para secarla. Si encuentras agujeros en tus suéteres, guárdalos en bolsas de plástico selladas hasta que puedas lavarlos. Limpia a profundidad y pasa la aspiradora (esto elimina la larva y los huevos) en tu armario lo antes posible.

11. Limpia tus joyas de fantasía

Las joyas reales llaman la atención, pero las de imitación casi nunca. Esas cuentas, adornos y piezas de oro o plata de fantasía que recolectamos, colgamos y amontonamos para dar un toque de color y alegría pueden tornarse pegajosas, opacas y sucias. Separa los anillos, pulseras, collares y aretes en grupos. Usa un cepillo de dientes viejo o un hisopo sumergido en vinagre blanco o algo de agua espumosa (una gota de champú o jabón para manos funciona bien) y pásalo ligeramente sobre cada pieza antes de enjuagar con otro hisopo sumergido en agua fría. Asegúrate de secarlos una vez más para evitar que el exceso de humedad afloje piedras, cordones o eslabones.

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