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‘Una vida’ es un acertado experimento

Ednita Nazario explora colaboraciones y sonidos en su 23º disco.

Retrato de la cantante boricua Ednita Nazario a sus 62 años

Cortesía de Sony Music Latin

Retrato de Ednita Nazario a los 62 años.

Después de 23 discos de estudio y una carrera prodigiosa que abarca décadas repletas de éxitos radiales, Ednita Nazario no tiene mucho por demostrar. Su marca personal —las baladas grandilocuentes con las que se luce ampliamente el poderío de su voz— hacen delirar a sus admiradores mientras que probablemente irriten a los melómanos que no compartan el gusto por un pop latino de sentimientos tan arrebatados. Dicho esto, su nueva producción, titulada Una vida (Sony Music Latin), es una colección elegante y ecléctica que ofrece mucho para disfrutar.

Como muchos lanzamientos recientes de alto perfil en este género tan competitivo del pop latino, Una vida incluye una extensa cantidad de colaboraciones con otros artistas de igual o menor fama que Ednita. Las que permiten que surja un cierto contraste, o sonoridades inesperadas, son las mejores. En el caso opuesto, el dueto con el baladista argentino Axel en “Sólo una vez” es predecible, además de incluir ciertos pasos en falso como el comienzo de su letra: “Yo tengo los labios que nunca mordiste”.

Retrato de la cantante boricua Ednita Nazario a sus 62 años

Omar Cruz

Retrato de Ednita Nazario, quien viene a las 62 años con nuevo libro y disco.

 El tema de las líricas descontroladas es también un problema en “Ser tu amigo”, pero la presencia del salsero puertorriqueño Gilberto Santa Rosa salva la situación con creces. Su sofisticación natural genera una simpática armonía con la voz de Ednita. Además, el tema tiene la astucia de fusionar su comienzo de pop latino convencional con un ritmo tropical suave y ecos de salsa romántica, creando un balance de lo más agradable.

Por otro lado, “Loca”, una colaboración la veterana cantante cubana Albita, es un tema de corte netamente salsero, perfecto para la pista de baile y dueño de una recia autenticidad caribeña.  Es, quizás, el mejor tema del disco. Su arreglo nos retrae a las fastuosas producciones salsosas de la compañía RMM durante la década de los 90, y a la voz de Ednita le sienta muy bien una aguerrida sección de vientos y los típicos coros de voces nasales. Al final del tema la cantante le hace honor a sus raíces boricuas, soneando con el desparpajo de una diva afrocaribeña.

A los 62 años, Ednita se atreve a incursionar en formatos juveniles. Mientras que algunas de las canciones tienen elementos de reggaetón que se acoplan con naturalidad al atlas musical del disco, “A Little Love”, colaboración con el DJ dominicano Happy Colors, es una suntuosa incursión al ritmo del Moombathon. Cantada en inglés, no desentona con el resto del material.