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‘My Cousin Rachel’: Mujer, misterio y amenaza

Una sofisticada Rachel Weisz se enfrenta a un ingenuo Sam Claflin.

DIRECTOR: Roger Michell
GUION: Roger Michell (adaptado de la novela homónima de Daphne du Maurier) 
ELENCO:
Rachel Weisz, Sam Claflin, Pierfrancesco Favino, Iain Glen y Holliday Grainger
DURACIÓN: 106 minutos 

Que el personaje titular de My Cousin Rachel no aparezca sino veinte minutos después de empezada la película es el primer indicio de quién se trata, y a través de quién veremos a Rachel. Ubicada en el siglo XIX, pero basada en una novela escrita en 1951 por la inglesa Daphne Du Maurier, el punto de vista es moderno. De ahí que se permita la ambigüedad y un velado cuestionamiento sobre la interpretación masculina del eterno femenino. Al igual que en Rebecca (otra de las novelas de du Maurier llevada al cine), la mujer en My Cousin Rachel existe sobre todo como una sombra en la afiebrada mente del narrador. Pero si la insegura heroína de Rebecca se dejaba intimidar por el recuerdo de la bella y sofisticada muerta, aquí el protagonista pretende destruir a Rachel, símbolo de lo que para él es un misterio amenazante: la mujer.

El joven Philip Ashley (Sam Claflin), huérfano desde bebé, quedó bajo el tierno cuidado de su primo mayor, Ambrose. Philip rememora la entrañable relación que siempre tuvo con Ambrose, a quien considera, más que un padre, un amigo y protector. Los primos han vivido siempre en la mansión de la familia Ashley en la remota costa de Cornwall. El aislamiento no es solo geográfico sino emocional. Ambrose nunca se casó, por lo que en el hogar las únicas hembras con las que los primos tienen contacto son las perras entre los varios canes que poseen. La armonía de este universo masculino se rompe cuando Ambrose, quien tiene alrededor de 50 años, enferma y los médicos le recomiendan que busque un clima más cálido. Ambrose decide viajar a Florencia y con enorme tristeza los primos se separan por primera vez en la vida. Las cartas no tardan en llegar y del quebranto inicial, Ambrose va dando paso a un recuento más optimista de su estancia en Italia.

Rachel Weisz  en una escena de la pelícual My Cousin Rachel

FOX SEARCHLIGHT PICTURES / Album/ Newscom

Rachel Weisz en una escena de la película 'My Cousin Rachel'

Después de unos meses llega una misiva donde Ambrose le confiesa a Philip que ha conocido y se ha enamorado de una mujer que es prima lejana de ambos. Al poco tiempo llega la carta anunciando que Rachel, viuda del conde Sangaletti, ha contraído segundas nupcias con Ambrose. Philip, quien está a punto de cumplir veinticinco años, recibe la noticia desconcertado. El círculo perfecto de amor que tenía con Ambrose acaba de romperse. Su instintiva aversión a la intrusa se vuelve abierta sospecha cuando meses después recibe unas cartas de Ambrose en las que con letra temblorosa le dice que ha vuelto a enfermar y le teme a su esposa. Philip decide irse a Florencia a rescatar a Ambrose después de que recibe una escueta carta que dice: “Rachel, mi tormento, al fin ha logrado su propósito”.

Al llegar a Florencia un sirviente le informa a Philip que su primo murió de unas “fiebres” y que la señora Rachel se ha ido. Desolado, Philip busca al abogado de Rachel, quien le informa que Philip le dejó toda su herencia a él y ni un centavo a la viuda. Sin embargo, el italiano le informa que Rachel planea regresar a Inglaterra y visitar la casa ancestral de su familia. Convencido de que tratará de quitarle lo que es suyo y de que es la responsable de la muerte de Ambrose, Philip la espera determinado a vengarse.

La ingenuidad y falta de mundo de Philip se hacen patentes desde el momento en él que espera el encuentro con la intrusa. Seguro de que Rachel querrá cenar con él a su llegada, planea el primer insulto, ausentándose. Al llegar tarde a la casa, el mayordomo le informa que más bien Rachel pidió que la disculpara por no esperarlo, pero estaba muy cansada. Furioso, Philip sube a buscarla. Hasta aquí, Rachel ha sido solo una proyección de los miedos e inseguridades de  Philip. Rachel es mitad italiana, por lo que la misoginia esta mezclada con la desconfianza hacia lo “exótico” en una cultura tan insular como la del siglo XIX en Inglaterra.

Cuando al fin ve por primera vez a Rachel (Weisz en toda su belleza y majestad), Philip queda como lo que es, un joven inexperto y provinciano. Rachel lo recibe con aplomo, ignorando por completo sus velados insultos. Parte esencial de la novela es la creación de una atmósfera de suspenso en la que Rachel permaneciera siempre como un enigma indescifrable; que su encanto pareciera calculado, y su casual seducción de Philip, un plan siniestro. Rachel puede ser la que nutre y cuida, o la envenenadora de refinados modales que da a Philip tés que prepara con extrañas hierbas. La Rachel de Michell es de una sola pieza y eso le resta mucho a la película.

Paradójicamente, la primera versión de My Cousin Rachel llevada al cine en 1952 (estelarizada por Richard Burton y Olivia de Havilland) manejaba mejor la ambigüedad. La posibilidad de que Rachel fuera una oportunista se presentaba casi con el mismo peso de que pudiera ser totalmente inocente. En la de Michell, Rachel es unidimensional. Weisz, dieciséis años mayor que Claflin, parece mucho más joven. Y la actuación de Claflin, plagada de gestos exagerados, está lejos de la neurosis obsesiva que proyectaba Burton y que le valió una nominación al Óscar.

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