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'Saint Laurent', moda y decadencia

La tormentosa vida del exitoso diseñador de modas llega al cine.

DIRECTOR: Bertrand Bonello
GUIÓN: Bertrand Bonello & Thomas Bidegain
ELENCO: Gaspard Ulliel (Yves Saint Laurent), Jérémie Renier (Pierre Bergé), Léa Seydoux (Loulou de la Falaise), Marie Dominique Sanda     (Lucienne Saint Laurent) y Helmut Berger (Yves Saint Laurent en 1989)
DURACIÓN: 150 minutos

El diseñador Yves Saint Laurent fue un hombre que vertió su genio de artista en un receptáculo –la moda– que por su misma naturaleza, no trasciende. Es indudable que en la moda se pueden crear piezas de inigualable belleza, pero siendo un medio tan efímero y constreñido, su valor se agota en sí mismo. El personaje de Yves Saint Laurent representa a la perfección la lucha estéril de invertir la sensibilidad del artista en una transacción donde la lógica es contraria justamente a todo lo que el arte, como misión, debe redimir.

En la película Saint Laurent, marcada por limitaciones similares a las de la persona que la inspira, el diseñador es inocente de la crueldad del negocio, que deja en manos de su socio y amante, pero el mal que sin querer crea a su alrededor, se revierte contra sí mismo.    

El argumento de Saint Laurent  sigue la vida del brillante diseñador francés —un excelentemente caracterizado Gaspard Ulliel— desde su infancia en Argelia hasta su muerte en Paris en 2008. Yves era desde pequeño un ser frágil, solitario e introvertido, quien vivía atormentado por su homosexualidad.  Saint Laurent provenía de una familia adinerada y creció en tiempos de la colonia en el país africano en una villa frente al Mediterráneo.

Su vocación estaba clara desde que diseñaba vestidos de papel para las muñecas de sus dos hermanas menores. A los 18 años se mudó a Paris, donde se inscribió en la más prestigiada academia de alta costura de Francia (el alemán Karl Lagerfeld era un condiscípulo). Luego que sus dibujos ganaran en varios concursos nacionales e internacionales, empezó a diseñar para la casa Christian Dior. Después de la sorpresiva muerte de Dior en 1957, Yves se encontró a los 21 años como el director de la multinacional.

Gaspard Ulliel en una escena de la película Saint Laurent

Cortesía Sony Pictures Classics

Gaspard Ulliel en una escena de la película 'Saint Laurent'.

En 1960, Yves fue conscripto por el ejército francés para pelear en la guerra de independencia de Argelia. Saint Laurent no estaba diseñado para la vida militar y después de 20 días de entrenamiento sufrió un colapso nervioso y tuvo que ser internado en una clínica mental. El verdadero drama en la vida de Yves comienza en este hospital donde al parecer recibió tratamientos de electroshock y fuertes sedativos. Saint Laurent diría que sus problemas de depresiones y adicción a las drogas comenzaron ahí. La casa Dior no lo quiso recibir después de lo ocurrido, por lo que Yves, a instancias de su amante, Pierre Berger, quien si tenía mente para los  negocios, demandó a la firma por violación de contrato. Al ganar, fundaron su propia marca de diseño de modas que hasta hoy sigue en manos de Berger.  

Berger es el otro gran protagonista en la historia de Saint Laurent; no sólo salvó a Yves de la ruina económica, sino que lo amó profundamente y le dio la poca estabilidad emocional que Yves pudo tener luego de caer en las garras de la fama. Protegido desde su infancia por su familia y luego por Berger, Yves se nos presenta como un hombre aislado de la realidad y susceptible a las trampas del hedonismo imperante en el mundo de la moda y la fama. La película sigue su descenso en una espiral de drogas, alcohol y sexo que era la tónica su medio y de la época. Los años 70 y 80 fueron los de mayor éxito profesional, pero también los de mayor perdición y vicio.  

La película retrata a la perfección el ambiente decadente en el que se movía Yves,  rodeado de belleza externa en los diseños y las modelos que los vestían, pero de un gran vacío espiritual. La falla de Saint Laurent  es que no pudo retratar con la misma maestría el mundo interior de su protagonista. Tal vez esto se deba a que no había nada tan intrincado o colorido por dentro. Protegido, primero, por el éxito temprano, y después por Berger, parece que Yves  nunca alcanzó el crecimiento emocional muchos experimentan simplemente por enfrentarse con la brutalidad de la existencia. Si nos quedamos con la versión de la película Saint Laurent, Yves fue un perene infante, quien solo vio la vida a través de una gaza de texturas y colores vivos. 

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