Vida Sana

Minoristas: presten atención al fraude de tarjetas de regalo
Después de que John perdió los $35,000 en tarjetas de regalo a manos de delincuentes, esto es lo que dijeron los minoristas que le vendieron las tarjetas:
1. Best Buy
A fin de evitar las estafas, en el 2018 el gigante de la electrónica redujo el valor máximo de sus tarjetas de regalo individuales de $2,000 a $500.
También redujo el máximo que un cliente puede comprar en un día de $6,000 a $2,000.
Con respecto al caso de John, la representante Boua Xiong dijo: “Lamentamos mucho ver que sucedan estafas como esta, y por eso hemos tomado medidas para advertir a nuestros clientes sobre ellas”.
La cadena publica letreros en las tiendas, capacita a los empleados y el año pasado lanzó un anuncio de servicio público (en inglés) con AARP y la National Association of Attorneys General.
“Para prevenir estas terribles estafas es necesario que todos tengamos conciencia de ellas”, dijo Xiong. “Los clientes nunca les deben dar el número de la tarjeta de regalo ni el PIN a desconocidos, porque una vez que lo hacen desaparece su dinero, como en este caso”.
Agregó que las estafas están “en constante evolución”, y que si alguien solicita el pago con una tarjeta de regalo “es fraude”.
2. Lowe's
No ofreció comentarios.
3. Sephora
La Comisión Federal de Comercio alertó a los consumidores sobre las estafas con tarjetas de regalo que han estado “aumentando su frecuencia, en particular en todo el comercio minorista”, dijo un representante de la cadena de cosméticos.
“Sephora recomienda que todos nuestros clientes se comuniquen con su institución financiera, que presenten una denuncia con la policía y también con la FTC (en inglés) si creen que han sido víctimas de una estafa”, señaló.
También se pueden presentar denuncias ante la FTC por teléfono al 877-382-4357.
4. Target
“Tenemos conocimiento de la frecuencia de estafas como estas”, dijo la representante Danielle Schumann.
Target adopta un “método integral de varias fases para prevenir el robo y el fraude, que incluye colaborar con la policía local, usar tecnología y capacitar a los miembros de nuestro equipo”.
Sus herramientas incluyen letreros en las tiendas y consejos en línea (en inglés).
5. Walmart/Sam's Club
El megaminorista advierte a los clientes con letreros en las tiendas, folletos, videos y consejos en internet.
Capacita a los empleados para que detecten posibles fraudes (en inglés) y colabora con grupos de defensa de derechos “para aumentar el conocimiento de la explotación financiera de las personas mayores”, dijo el representante Casey Staheli.
Señaló que “Lo más importante son los cambios continuos en la tecnología que tienen el propósito de reducir la exposición de los clientes a las estafas. Continuamos poniendo en práctica medidas para ayudar a protegernos contra diversas estafas de fraude al consumidor”.
Cuando las tiendas se abarrotaron de clientes por las fiestas el mes pasado, John, un hombre de 75 años de Arkansas, gastó $35,000 en tarjetas de regalo en tres días. El profesional jubilado compró las tarjetas en seis tiendas: Lowe's, Walmart, Sephora, Best Buy, Sam's Club y Target, donde compró 70 tarjetas de regalo con un valor de $500 cada una.
“Miré a mi esposa y le dije: ‘Lo siento, cariño. Creo que nos han engañado’”.

Y perdió hasta el último centavo.

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Los estafadores que organizaron la avalancha de gastos de John del 10 al 12 de diciembre le dijeron una serie de mentiras y lo mantuvieron en el teléfono celular para darle instrucciones y decirle lo que tenía que hacer y decir a cada paso. En algunos casos rechazaron sus tarjetas de crédito, y la presión arterial se le disparó por las nubes.
“Estoy seguro de que si los estafadores hubieran estado hablando con alguien con problemas cardíacos, habría muerto”, dice John. “Fue muy estresante”.
John habló con AARP para evitar que otros cayeran presa de un esquema que según las autoridades con frecuencia no se denuncia y que está aumentando. Nos relató su experiencia con la condición de que no se publicaran su apellido ni su dirección.
Día 1: una alerta, una alarma y una sarta de mentiras
La mañana del 10 de diciembre, John estaba averiguando sobre un restaurante de carnes y mariscos en internet para llevar a su esposa, con quien llevaba casado 53 años. La pareja había recibido una tarjeta de regalo —una ironía que no pasó desapercibida— y era el último día para usarla.
Una alerta emergente, supuestamente de Microsoft, le advirtió que su computadora había sido pirateada. Al mismo tiempo, sonó una alarma que no se silenciaba.
“En lugar de apagar la computadora”, dice John, llamó al número de teléfono que aparecía en la ventana emergente de la pantalla. El hombre que respondió, que supuestamente era de Microsoft, le dijo a John que su correo electrónico había sido pirateado y que su tarjeta Visa de JPMorgan Chase & Co. se había visto comprometida.
“Obviamente entré en pánico”, recuerda John, quien cumplió con el pedido del estafador y le dio el número de teléfono que aparecía al reverso de su tarjeta de Chase.
El estafador entonces hizo una llamada entre tres personas, supuestamente para pedir ayuda a Chase. Efectivamente, en el identificador de llamadas de John apareció el número de teléfono de Chase. Durante esta llamada, otro estafador dijo que la tarjeta se había usado para hacer una donación de $8,000 a un orfanato de Corea del Sur y un gasto de $7,000 en Dubai.
Ambos estafadores tenían acentos del sur de Asia, y John supone que eran de India.
Le dijeron a John que había una manera de evitar que se procesaran los cargos y de proteger la tarjeta para que no se siguiera usando de forma indebida. Para lograrlo debía hacer gastos con la tarjeta hasta llegar a su límite de $25,000 con la compra de tarjetas de regalo por ese valor.
“Pensé que era una forma muy rara de hacerlo”, dice John, un veterano del ejército que trabajó en inteligencia militar en Vietnam. Pero los delincuentes fueron convincentes y parecían de fiar, ya que estaban al tanto de las compras recientes que John y su esposa habían hecho con las tarjetas de crédito y los números de Seguro Social de ambos.
Los malos actores le prometieron que pronto recibiría otra tarjeta de crédito. Luego le advirtieron que los gastos que se hicieron en el extranjero podrían ser obra de un estafador del mismo Chase. Le dijeron a John que por ese motivo, si el emisor de la tarjeta cuestionaba alguna de sus compras, no debía revelar que estaba comprando tarjetas de regalo sino decir que estaba comprando “regalos de Navidad”.
El primer lugar que visitó John fue Sephora, el minorista de cosméticos, donde compró 10 tarjetas de regalo de un valor de $500 cada una. Le dijo a la vendedora que estaba comprando regalos de Navidad “para las damas de mi familia”. Ella “ni pestañeó”, recuerda, por la compra de $5,000.
John compró más tarjetas de regalo después de visitar Sephora, y condujo de tienda en tienda hasta tarde en la noche. Pero incluso cuando el fatídico día finalmente llegó a su fin, la pesadilla de John estaba lejos de terminar. Uno de los estafadores le aconsejó que “Descanse. Comenzaremos de nuevo por la mañana”.
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