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Un verdadero baile de ingredientes al fuego

Prepare una paella de pollo y chorizo.

Siempre que hablamos de paella nos viene a la mente la imagen del arroz desbordado de pescados y mariscos, rebosante de sabor y elegancia. Meses atrás, exploramos una paella vegetariana que bautizamos como “paella de la tierra” pues casi todos sus ingredientes eran vegetales u hortalizas. En nuestro plato de hoy, seguiremos las mismas técnicas de cocción del arroz, pero agregaremos dos nuevos ingredientes, pollo y chorizo.

Vea tmabién: Paella de mariscos

Comenzamos con el chorizo, que picaremos en trozos pequeños porque de aquí lo que más nos interesa es el sabor. Al sofreír el chorizo, nos cercioramos de que suelte la mayor cantidad de grasa sin quemarse, por supuesto. Lo sacamos luego y colocamos el pollo en ese mismo aceite para que absorba el sabor y adquiera más intensidad. No olvidemos que en una cazuela de arroz, el pollo solo no se destaca. Es cierto que el arroz con pollo no lleva otros ingredientes de carne y es también un plato muy rico, pero en el caso de la paella, buscamos que el gusto sea un poco más fuerte, más intenso que en el arroz con pollo. De ahí, la presencia del chorizo en este plato.

El plato irá adquiriendo admiradores a medida que entramos en el próximo paso, cuando los demás ingredientes, aquellos encargados de la sazón y el equilibrio, se mezclan entre sí en un baño de aceite de oliva. Es ahí cuando los olores empiezan a conquistar a todos los presentes. El chorizo y el ajo, la cebolla que absorbe lo ahumado del aceite, el romero que entra para refrescar el ambiente, los tomates y pimientos que buscan aligerar los sabores fuertes, todos en un baile al fuego que durará unos 5 minutos. No se olvide de ir revolviendo para que no se peguen ni se quemen.

Cuando se ha mezclado todo y cocinado en su tiempo, traemos el arroz a esta fiesta. Lo añadimos y lo dejamos que se compenetre con cada uno de los sabores. Es una cuestión de tiempo, de revolver poco a poco y de tener el fuego de mediano a bajo. Cuando el arroz ya se está secando, le sugiero a nivel personal, que le añada un chorrito de vino blanco seco. Verá como se despiertan todos los ingredientes presentes en la cazuela, como una fiesta que se reanima. Lo revuelve un par de veces más, deja que se evapore el vino y entonces le añadirá el caldo y los trozos de pollo.

Recuerde que la clave de estos platos con arroz es el fuego bajo y terminarlo en el horno para que no se pegue el arroz en el fondo. Antes de llevarlo al horno le agregará unas arvejas congeladas. Con el calor se cocinarán al estado perfecto. Unos 10 minutos a 350 grados y ya estará listo para servir. Acompáñelo con una copita de vino de su preferencia.