Vida Sana
Uno de los mitos más antiguos sobre el Seguro Social es que los pagos de los beneficios no están sujetos al impuesto federal sobre la renta. Esto fue cierto desde la creación del programa en la década de 1930 hasta que el Congreso reformó su financiación en la década de 1980, pero desde hace 40 años, algunos beneficiarios tuvieron que pagar impuestos sobre una parte de los ingresos del Seguro Social.
Tus ingresos determinarán si eres uno de ellos. Si el Seguro Social es tu única fuente de ingresos, es poco probable que recibas suficiente dinero como para que tus beneficios estén sujetos a impuestos. Si tienes otras fuentes de ingresos, como un trabajo o los retiros de una cuenta de jubilación, es posible que debas pagar impuestos sobre una parte de tus beneficios.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Aquí encontrarás seis datos sobre la tributación de beneficios que los beneficiarios actuales y futuros del Seguro Social deben conocer.
1. Los ingresos cuentan, la edad no
Contrario a lo que se suele pensar erróneamente, los impuestos del Seguro Social no se dejan de pagar al llegar a cierta edad. Lo que determina si debes pagar o no impuestos federales sobre los beneficios son tus ingresos, y únicamente tus ingresos.
Para efectuar esa determinación, el IRS suma tus ingresos brutos ajustados, los ingresos por intereses exentos de impuestos y la mitad de los beneficios del Seguro Social del año. Si esta cifra —a veces denominada ingresos “combinados” o “provisionales”— supera los $25,000 para un contribuyente individual o $32,000 para un matrimonio, una parte de los beneficios estará sujeta a impuestos.
Esos límites mínimos no han cambiado desde que se estableció la tributación de los beneficios. Al aumentar los ingresos en las décadas posteriores, también aumentó el porcentaje de beneficiarios del Seguro Social que deben pagar impuestos sobre sus beneficios: de menos del 10% en 1984 a cerca de la mitad en años recientes, según datos de la Administración del Seguro Social (SSA).
2. No tendrás que pagar impuestos por la totalidad de tus beneficios
De acuerdo con una reforma de la financiación del Seguro Social que aprobó el Congreso y firmó el presidente Ronald Reagan en 1983, se podían gravar hasta el 50% de los beneficios si los ingresos combinados del beneficiario superaban los límites mencionados anteriormente. La legislación presupuestaria que promulgó el presidente Bill Clinton una década después agregó un segundo límite de ingresos más elevado y estableció la tributación de hasta el 85% de los beneficios que lo superaran.