Vida Sana
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- Repórtalo en el mapa de rastreo de estafas (en inglés), de AARP
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Cuando un cónyuge, padre, hermano o amigo cercano muere, es natural querer contar la historia de ese individuo, compartir en un obituario lo que hacía especial a ese ser querido e intercambiar recuerdos en redes sociales. Pero al celebrar la vida de un ser querido y lamentar su muerte, ten cuidado con lo que compartes, ya que los estafadores también prestan atención.
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Las estafas de obituario, también conocidos como estafas de duelo, por lo general comienzan con información tomada de avisos de muerte en periódicos o publicados en internet. Los criminales recolectan datos que a menudo se incluyen en los obituarios —como la fecha de nacimiento de la persona fallecida, dónde vivía y trabajaba y los nombres de sus familiares— para empezar a crear un perfil para el robo de identidad.
Con tan solo algunos datos clave, los delincuentes pueden encontrar y comprar datos personales de una persona fallecida en la red oscura, incluyendo la dirección domiciliaria y el número de Seguro Social. Usan esa información para crear cuentas financieras o acceder a ellas, solicitar préstamos, obtener atención médica o presentar declaraciones de impuestos falsas (y reclamar reembolsos fraudulentos) bajo el nombre de la persona fallecida. A este tipo de robo de identidad se le llama “ghosting” (conversión en fantasma).
O utilizan lo que saben sobre una muerte reciente para hacerse pasar por otra persona e intentar estafar al cónyuge sobreviviente u otro familiar. Criminales que se hacen pasar por funcionarios gubernamentales, cobradores de deudas o agentes de seguro intentan obtener más datos personales sobre la persona fallecida o solicitan el pago de una factura que supuestamente no se ha pagado, un beneficio no reclamado o una póliza vencida.
Algunas estafas de duelo son más complejas, y pueden ser muy personalizadas. Los estafadores de obituario fingen ser amigos o familiares olvidados de la persona fallecida y se comunican con el cónyuge sobreviviente inesperadamente para expresar sus condolencias y hablar de recuerdos. Estas muestras de compasión fingida pueden convertirse en estafas románticas o estafas mediante las que se intenta robarles a los beneficiarios el dinero que heredaron.
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