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7 preguntas que no debes hacer en una entrevista de trabajo

Expresar estas inquietudes puede dejar una mala impresión.

Gente de negocios sentada nerviosa con las manos cruzadas

FOTO: ISTOCKPHOTO

Es importante hacer preguntas durante una entrevista de trabajo, pero es preferible reservarse algunas para cuando le ofrezcan, efectivamente, el puesto.

In English | Asistir a una entrevista de trabajo es una experiencia inquietante. Incluso aquellas personas seguras de sí mismas se sienten vulnerables. Esto se debe a que, cuando uno está siendo evaluado, cada detalle cuenta.

Si bien uno está decididamente enfocado para dar la mejor impresión y formular preguntas inteligentes e incluso duras, es muy fácil decir algo que termine dejándote fuera de competencia. Si de tus labios sale una pregunta embarazosa, hasta la más tranquila y promisoria de las entrevistas puede irse a pique. Aquí encontrarás algunos ejemplos de preguntas que deberás evitar hacer en una entrevista.

1. ¿Le preocupa mi edad?

Cuando te encuentras en una entrevista laboral y tu edad supera los 50 años, uno tiene la dolorosa certeza de que los prejuicios o la discriminación vinculados con la edad están bien instalados y vigentes en muchos lugares de trabajo. Existe esa percepción subyacente de que el gerente de contrataciones está viendo cuánto tiempo útil le queda en vez de su futuro potencial. Otra posibilidad es que esta persona no esté del todo segura de que tengas la energía necesaria para mantener el ritmo que conlleva el puesto.

Dicho esto, incluso cuando creas que la edad puede ser un problema, no hagas preguntas directas sobre el tema, aconseja Nancy Collamer, orientadora vocacional y autora de Second-Act Careers. Por diversas razones, algunas de las cuales están relacionadas con la legislación contra la discriminación por edad, tocar el tema de la edad podría ahuyentar a un potencial empleador.

“En su lugar, haz una pregunta más general”, sugiere, como: “ˋ¿Tiene alguna duda sobre mi capacidad y mis antecedentes que necesite que le aclare?ˊ

2. ¿Estaré bajo el mando de alguien más joven que yo?

Los empleadores suelen temer que los empleados de mayor edad no se vayan a sentir a gusto recibiendo órdenes de alguien más joven y, afrontémoslo, existe una alta probabilidad de que termines teniendo un jefe más joven que tú. Esta pregunta inmediatamente transmitirá la impresión de que no estás dispuesto a tolerarlo, afirma Elizabeth Craig, estratega en búsqueda laboral de ELCglobal.com. En cambio, cuando estés más cerca de recibir una oferta laboral o al momento de recibirla, pide conocer a su potencial jefe y al equipo de personas con quien trabajarás. “Esto te dará la información que buscas de una manera positiva”, afirma.

Trata de mantenerte abierto a la posibilidad de trabajar para alguien más joven y de coexistir con él o ella, y pon de manifiesto las exitosas maneras en que lo has conseguido en el pasado. Si te preguntan cómo te sentirías por tener un jefe más joven, comenta que ya has tenido una excelente experiencia con un jefe de menos edad. Por ejemplo, puede ser que hayas orientado a alguien más joven en técnicas de venta efectivas y, a tu vez, haber sido guiado por esa persona en áreas nuevas para ti.

3. ¿Puede contarme algo acerca de los beneficios que ofrece su empresa?

Esta es una auténtica pregunta para quien busca trabajo, pero contente. “Es muy temprano para hablar de eso”, sostiene Hannah Morgan, estratega de desarrollo profesional de CareerSherpa.net. “Muchas veces, el gerente de contrataciones no tiene claro ese tema o ni siquiera cuenta con la trayectoria y la experiencia suficientes para poder informártelo. Al hacer esta pregunta, estás poniendo la carreta por delante del caballo”.

Por supuesto que te interesa saber cuánto es la contribución de la empresa al seguro de salud y cuántos días de vacaciones te concederán. “Por ejemplo, en el caso de una persona promedio en busca de empleo y cuya edad supera los 50 años, el período de vacaciones resulta ser un asunto muy importante”, comenta Morgan. Se encuentran en una etapa de la vida en la que quizá hayan tenido cuatro semanas de vacaciones en el pasado, y el pensar que dispondrán de menos tiempo es un factor de preocupación, dice. Además, lo que tengas que pagar de tu bolsillo por el seguro de salud es algo que preocupa cada vez más a medida que envejeces. Quizá también quieras saber cuán rápido podría acceder a un plan 401(k) y a las contribuciones equivalentes o paralelas de tu empleador.

Pero no lo preguntes todavía. En su lugar, Morgan sugiere averiguar sobre el tema contactándote con los empleados que estén trabajando en ese lugar, quienes te podrán contar sus propias experiencias. Los beneficios pueden variar de un departamento a otro o en función de la antigüedad en el trabajo, pero esa información te dará una idea de qué esperar. Reserva esta pregunta para el momento en que te encuentres negociando la oferta.

Collamer afirma que quizás podrías obtener información sobre los beneficios adoptando otra estrategia. “Está muy bien formular preguntas como: ‘Cuénteme qué es lo que más disfruta de trabajar aquí’, lo que podría darte la información que necesitas sobre los beneficios, pero mantén la entrevista inicial orientada hacia preguntas relacionadas estrictamente con cuestiones laborales, y reserva las preguntas sobre los beneficios para charlas posteriores”.

4. ¿Qué tipo de capacitación me brindarán?

Muchos empleadores quieren empleados que se las arreglen solos desde el comienzo; no desean tener que dedicarle mucho tiempo a la instrucción de un nuevo empleado. “Según mi experiencia, hay una tendencia entre los empleados de más de 50 años a querer contar con un programa de capacitación muy estructurado. Desean que se los conduzca a lo largo de todo el proceso, paso a paso, hasta el final”, explica Morgan. Esto, a los ojos de algunos gerentes de contrataciones, puede constituir un auténtico desacierto. “Ellos piensan: ‘¡Oh, caramba, no contamos ni con los recursos ni con el tiempo para poner a alguien en sintonía!’”, agrega.

En su lugar, pregunta a la persona que te está entrevistando cómo se ponen a tono los nuevos empleados y cómo se familiarizan con las tareas que les competen.

5. ¿Puedo trabajar a distancia? ¿Hay flexibilidad en el horario?

Esto también puede encender una luz roja. Aunque sepas que la empresa ofrece esta opción, no preguntes acerca de ello en la entrevista inicial. “Esta clase de pregunta puede dar la impresión de que te interesa estar ausente de la oficina todo el tiempo que puedas”, explica el gerente de contrataciones Darnell Clarke, del Clarke Group, y autor de Employmentology. “No es apropiado hacer esta pregunta en la primera entrevista”.

Cuando, en una etapa tan temprana ya demuestras interés por trabajar a distancia, ello podría indicar que eres excesivamente independiente y que no te agrada trabajar bajo supervisión directa, o que tienes otras demandas que podrían distraer la atención que deberías prestarle al trabajo.

Más aun, corres el riesgo de indicarle a tu potencial empleador que no estás realmente comprometido con el trabajo, afirma Morgan. Él o ella quieren que te sientas encantado por la oportunidad que te brindarán, y deseoso de realizar el trayecto y el esfuerzo necesarios para estar en la oficina todos los días. Los que muestran buena disposición para el trabajo en equipo suelen resultar más atractivos que los trabajadores solitarios, sin importar cuán dedicada y disciplinada sea su ética laboral.

“La pregunta no es tan mala, pero espera hasta haber recibido una oferta y averigüa por tu cuenta si otros empleados trabajan con esta modalidad y cómo les resulta”, agrega.

6. ¿En cuánto tiempo podré acceder a un ascenso?

Esta es una de las preguntas más comunes que los postulantes hacen y que deben evitar, afirma Clarke. “Es inapropiada, mayormente porque da a entender que ya consigeguiste el trabajo”.

No está mal mostrarse ansioso por progresar, pero no quieres desperdiciar el empleo que tienes delante. Esta pregunta da la sensación de que lo que más te interesa es ser ascendido o encontrar algo mejor, explica Collamer. “Mejor sería preguntar sobre las posibilidades en cuanto a la trayectoria y el crecimiento profesionales, en lugar de formular una pregunta específica sobre ascensos”.

7. ¿Puedo traer mi perro al trabajo?

Seguramente habrá lugares donde acepten que los empleados lleven sus mascotas; sin embargo, probablemente no valga la pena sacar este tema, a menos que veas perros deambulando por los pasillos.

“Muchas personas mayores de 50 años que buscan empleo tienen una mascota leal como mejor amigo y compañero, y sacan a relucirlo en las entrevistas”, dice Craig, riéndose. “¿Preguntarías si puedes llevar a tu cónyuge o a tu mejor amigo al trabajo? Esta pregunta entra dentro de la misma categoría”.

Kerry Hannon, experta de AARP en trabajo, se especializa en segundas carreras y es autora galardonada. Su último libro es Great Jobs for Everyone 50+: Finding Work That Keeps You Happy and Healthy … and Pays the Bills (Excelentes empleos para todas las personas de 50 años o más: Cómo encontrar un trabajo que lo mantenga contento y saludable... y capaz de pagar las cuentas).