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7 excelentes atajos hacia la felicidad

Consejos expertos para darle más brillo a la vida después de los 50 años.


spinner image Una mujer abraza a su perro
WUNDERVISUALS/E+/GETTY IMAGES

¿Qué nos hace feliz? Quizás nos sorprenda que los expertos dicen que, al menos en parte, es envejecer. De hecho, docenas de estudios en los últimos 15 años sugieren que nuestro cociente de felicidad curvea hacia arriba después de los 50 años aproximadamente. Por ejemplo, un estudio del 2016 realizado por el Center on Healthy Aging (Centro de Envejecimiento Sano) en University of California en San Diego (en inglés), reveló que a medida que las personas envejecen, reportan mayores niveles de satisfacción, felicidad y bienestar en general y menores niveles de ansiedad, depresión y estrés. Investigaciones del Stanford Center on Longevity encontraron que la edad se correlaciona con lo que se llama el “efecto de positividad”, por el cual las personas mayores sienten menos emociones negativas y recuerdan el pasado con más satisfacción y menos tristeza o remordimiento.

Es bueno saber que las tendencias generales están a nuestro favor. Aun así, incluso la persona más feliz entre nosotros necesita un empujoncito de vez en cuando. Y aunque probablemente sepas cuál es la recomendación principal para el bienestar en general —dormir bien por la noche, una alimentación balanceada, ejercicio, integración social—, a veces necesitamos atar los cabos para enfocarnos específicamente en el estado de ánimo y la actitud.

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Para conseguir ayuda, consultamos a expertos en el campo de la felicidad y les pedimos sus mejores atajos hacia los buenos sentimientos y la satisfacción.

1. Empieza tu día con algo positivo

Este consejo de la psicóloga Mary Pipher, autora de Women Rowing North: Navigating Life's Currents and Flourishing as We Age, combina un poco de planeación con un ligero cambio en tu mentalidad. Al disfrutar tu taza de café, o mientras te recuestas en la cama cada mañana, pregúntate: “¿Qué quiero incluir en este día para que sea bueno?”. Según relata Pipher, aprender a hacer esto de manera rutinaria cambió su vida diaria y le ayudó a dar prioridad a la diversión.  “Mucha gente hace una lista de pendientes para sus quehaceres. Si programamos muchas cosas y andamos de prisa, todo se convierte en un quehacer más. Pero puedes sentarte un minuto y preguntarte ‘¿qué tengo ganas de hacer realmente en este momento?'”. A partir de ahí, dice ella, el truco es aprovechar el tiempo para hacer lo que quieres; idealmente, lo más pronto posible. Si puedes llamar a esa amiga o hacer un poco de jardinería antes de que el resto de tus compromisos regulares intervengan, mucho mejor.

2. Ve la luz de la mañana

Gretchen Rubin, autora del exitoso libro The Happiness Project, dice que la mañana en sí puede jugar un papel crítico en prepararnos para una actitud más positiva. Específicamente, ella recomienda fijarse una meta de salir temprano y disfrutar del primer sol de la mañana (ya te despertaste de todas maneras, ¿verdad?). “Eso realmente ayuda con la felicidad”, dice ella. Muchos informes de salud la respaldan. La luz del sol, además de estimular el crecimiento óseo y fortalecer el sistema inmunitario, mejora el estado de ánimo y la concentración al elevar los niveles de serotonina en el cuerpo. También se sabe que ayuda a que el organismo produzca la hormona melatonina a un horario que se sincroniza mejor con tu ritmo circadiano natural, lo que ayuda a que te sientas más alerta durante el día y te duermas más fácilmente cuando cae la noche (algo crítico para quienes dormir profundamente se ha convertido en un obstáculo a la felicidad en la etapa madura de la vida). Una excelente manera de absorber algo de luz matutina es ir a caminar un poco; si un perro te acompaña, mucho mejor. Estudios revelan que los amigos caninos disminuyen la depresión y ansiedad, así como la presión sanguínea.

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3. Haz microejercicio

Hablando de caminar, ya todos sabemos que el ejercicio es un impulsor certificado del estado de ánimo. Pero si salir sigue siendo algo difícil para ti, empieza con algo pequeño, muy pequeño. “La diferencia entre no hacer ejercicio y hacer un poco de ejercicio es gigante”, dice Rubin. Prueba a caminar durante cinco minutos, levantar pesas de mano o balancearte sobre un pie y después el otro unas cuantas veces al día (un formidable movimiento para mantener el equilibrio y prevenir caídas). Y sí, si después puedes hacer más, una vez que el ejercicio se sienta menos abrumador, mucho mejor. Investigaciones recientes revelan que hacer ejercicio poco a poco puede terminar presentando beneficios de salud similares al ejercicio constante de la misma duración. Para el estado de ánimo en particular, el movimiento fomenta la producción de endorfinas, una sustancia química que se libera en el cerebro para combatir el estrés. Además, cuando te mueves, liberas una proteína llamada "factor neurotrófico derivado del cerebro", que tiene un elemento protector y reparador y puede actuar como un interruptor de reinicio, lo que nos permite sentirnos relajados y hasta eufóricos después de hacer ejercicio.

4. Limpia solo un cajón

El libro más reciente de Rubin, Outer Order, Inner Calm, describe cómo despojarse del exceso de pertenencias puede producir tranquilidad. Su atajo aquí implica organizar solo un cajón lleno de cosas al día para recibir los beneficios asociados con deshacerse del desorden (estos incluyen dormir mejor, gozar de mejores relaciones ¡y hasta bajar de peso!). Ese tipo de limpieza, comenta ella, causa beneficios especiales para personas de cierta edad que se sienten “atrapadas” en una casa con tres dormitorios, un sótano, ático, cochera y despensa que a menudo están repletos de cosas. Limpiar un cajón a la vez, y continuar hasta uno o dos clósets, a fin de cuentas lleva a eliminar habitaciones de tu lista. Hacer eso, dice Rubin, genera “una tremenda sensación de libertad. La gente se siente más ligera y menos agobiada por el peso de años”.

5. Conéctate con alguien

Actualmente, es conocimiento común que conectarse con otras personas socialmente puede ofrecer una dosis rápida de felicidad. Se ha determinado que la falta de lazos sociales fuertes afecta no solamente la felicidad sino también la salud y la longevidad. Si sientes que no tienes muchas de esas conexiones, a veces mirar hacia el pasado puede darte un camino a seguir. “Busca a alguien en tu vida que haya desaparecido”, sugiere Rubin, “un vecino que se haya mudado a una parte distinta de la ciudad. Quizás siempre tuvieron una relación cordial pero por algún motivo nunca se convirtió en amistad. Tal vez puedas reconectarte con esa persona ahora; ya tienen algo en común, saben que se caen bien. Pueden volver a conectarse, en vez de tratar de forjar una nueva relación”. Programar una fecha y lugar cada año para reunirte con amigos que viven lejos también puede ayudar a reavivar amistades existentes.

6. Únete a un grupo

Unirte a un grupo existente —tal vez en tu iglesia, sinagoga o centro comunitario— también puede ofrecer la conexión y estabilidad que a veces falta en las amistades individuales (donde una persona que se enferme con resfriado puede arruinar los planes para una noche). Y no descartes la idea de empezar tu propio grupo. “Soy una gran fanática de unirme o empezar grupos porque creo que son más estables que muchas relaciones individuales”, dice Rubin. “Si invitas a un amigo, entonces tu amigo invita a otro amigo, ahora ya conoces a alguien nuevo, y eres parte de una red social”. Además, tu grupo no tiene que tener una intención seria. Como comenta Rubin, pueden jugar un juego de barajas, ver el mismo programa cada semana, escuchar podcasts, reunirse en un parque para perros o simplemente tomar café juntos. Cualquiera que sea el enfoque, ser parte de un grupo “es un buen atajo para sentirte menos solo”, dice ella. “Si faltas una semana, sabes que los verás otra vez".

7. Toma un descanso de meditación de cinco minutos

Si la ansiedad o los pensamientos negativos ponen en riesgo tu felicidad diaria, intenta meditar para literalmente despejar tu mente. Se ha demostrado que tan solo unos cuantos minutos de estos ejercicios mentales tienen beneficios considerables para la salud psicológica y física. Puedes encontrar una meditación sencilla que puedes seguir a través de libros, clases, en CD o con una variedad de aplicaciones. Por ejemplo, la popular aplicación Headspace (en inglés) ofrece meditaciones guiadas breves que te piden limitar tu enfoque a algo tan simple como la sensación de tu respiración a medida que exhalas e inhalas, o que observes cómo tu cerebro elimina pensamientos errantes a medida que una voz tranquila te anima a dejarlos atrás. También puedes intentar esta meditación mientras caminas del cofundador de Headspace Andy Puddicombe.

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