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Entrevista a Francis Collins

El director de los NIH responde preguntas sobre una nueva iniciativa denominada BRAIN, entre otros temas.

Entrevista a Francis Collins

Eli Meir Kaplan

Francis Collins - Director del Instituto Nacional de Salud (NIH)

In English l El director de los National Institutes of Health (NIH, Institutos Nacionales de Salud), quien fue distinguido con el Premio Andrus de AARP, conversó con el Bulletin sobre la nueva iniciativa nacional BRAIN y el Proyecto Genoma Humano que él mismo dirigió.

P: En los National Institutes of Health, ¿hay alguna novedad interesante?

R: Uno de nuestros más grandes proyectos es la iniciativa denominada BRAIN, que tuve la oportunidad de presentar en la Casa Blanca la primavera pasada. El acrónimo BRAIN proviene de Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies (investigación sobre el funcionamiento del cerebro a través de la promoción de neurotecnologías innovadoras). Básicamente, hemos convocado a los más brillantes profesionales de diversas disciplinas para que determinen con exactitud, en el curso de los próximos diez años, la forma en la que funciona el cerebro.

P: ¿Cuál es el objetivo?

R: Se podría decir que en la actualidad contamos con una fotografía de baja resolución de cómo funciona el cerebro. Podemos observar qué está haciendo cada célula cerebral, pero dicha observación nada nos dice sobre los circuitos y las redes cerebrales ni sobre su funcionamiento. El objetivo de la iniciativa BRAIN consiste en comprender mejor la forma en la que el cerebro procesa la información, y establece memorias y las recupera. Esto proporcionará la base de nuestro entendimiento sobre la salud cerebral y, en última instancia, sobre cómo prevenir la enfermedad.

P: ¿Por qué centrarse en la salud cerebral en estos momentos?

R: Porque la ciencia lo está haciendo posible. Hace diez años, no creo que hubiésemos podido iniciar este camino, confiados en poder entenderlo. En los últimos tres o cuatro años, se han registrado enormes avances. Pero déjenme afirmar que, a pesar de lo emocionante que resulta, se trata de tan solo una pequeña parte de lo que los NIH están haciendo en materia de neurociencia. También estamos investigando sobre cómo prevenir y tratar enfermedades tales como la enfermedad de Alzheimer, el autismo, el mal de Parkinson, la epilepsia y la esquizofrenia.

P: Han transcurrido diez años desde que el Proyecto Genoma Humano mapeó la primera secuencia completa del ADN humano. ¿Qué repercusión ha tenido este proyecto?

R: Hemos realizado sustanciales progresos en algunas áreas. Pensemos en lo que hemos aprendido sobre el cáncer. Ya hemos observado el genoma de decenas de miles de tipos de cáncer y estamos aprendiendo las formas en las que una célula buena puede malignizarse. Estamos aprendiendo cómo intervenir, no con la quimioterapia que, básicamente, mata cualquier célula en proceso de división celular —lo que implica una serie de efectos secundarios tóxicos— sino mediante terapias más focalizadas que solo ataquen el cáncer. La medicina personalizada es la onda del futuro.

P: ¿Se ha hecho analizar su propio genoma?

R: Sí, he descubierto que mi ADN sugirió que el riesgo que tengo de padecer diabetes es aproximadamente un 50% más elevado que el de una persona promedio. No era la respuesta que quería obtener; esto ocurrió hace poco más de cuatro años.

P: ¿Modificó su estilo de vida en algún sentido?

R: Sí, ello me motivó. Hasta ese momento, mis esfuerzos por mantenerme saludable no eran significativos. No estaba haciendo ninguna actividad física. Lo que acostumbraba hacer era ir una cafetería y comprarme un panecillo de miel. Entonces, me propuse seguir un programa de ejercicios y comencé a cuidar mi alimentación. Bajé 30 libras.

P: ¿Le recomienda usted a la gente que se haga analizar el ADN?

R: Bueno, en la actualidad se puede hacer con un costo de aproximadamente $1,000, lo cual es sorprendente, dado que una década atrás dicho costo ascendía a $400 millones. Sin embargo, a menos que usted esté lidiando con alguna enfermedad en particular, puede ser bastante difícil de interpretar. Algo que todos pueden hacer es conocer su propia historia clínica familiar. Es una prueba genética y no tiene costo alguno.

P: Hablando de dinero, sé que usted está preocupado por el financiamiento de los NIH.

R: Los NIH son los más grandes patrocinadores de la investigación biomédica del mundo, pero se está debilitando nuestra capacidad. Desde el 2003, el apoyo fue disminuyendo en forma constante y llegó a ser un 25% menor, comparado con el que se registraba diez años atrás en términos de capacidad para financiar la investigación. Esto se traduce en una enorme presión para los científicos, quienes tienen grandes ideas, pero se enfrentan con grandes dificultades para conseguir fondos que permitan el funcionamiento de sus laboratorios. De aproximadamente siete propuestas de subsidios que recibimos en los que se han presentado las mejores y más brillantes ideas, solo una termina siendo financiada. Este año, por fin, podemos decir que el financiamiento ha registrado un leve repunte.

P: Ha dedicado su vida a la ciencia, pero ¿se reserva algo de tiempo para usted?

R: Existen pruebas bastante contundentes de que las personas necesitan encontrar alguna actividad para distenderse. La música es una de mis grandes pasiones. Entonces, cuando tengo un día agobiante, lo más probable es que, al llegar a mi casa, me siente frente al piano y vea que surge. O toque un rato mi guitarra o vaya a dar un paseo en mi Harley. Son buenas válvulas de escape. Con toda certeza, son actividades que le hacen bien a mi mente y le hacen bien a mi alma.

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