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Dr. Elmer Huerta

 

La prediabetes de Juan, ¿cómo tratarla?

Causas, diagnóstico temprano y complicaciones.

Grafico de una calle que se divide hacia la comida chatarra versus comida saludable

Istock

¿Comida chatarra o comida saludable?

Juan Pérez está sentado en la sala de espera de la clínica de prevención para inmigrantes hispanos en la que trabajo en Washington, D.C. Al pasar por su lado, me topo con su mirada esquiva y, hasta cierto punto, desafiante. Josefa, su esposa, me advierte que Juan está de muy mal humor porque ella lo trajo, casi por la fuerza, al consultorio médico. Me cuenta que Juan no se ha cansado de repetirle durante todo el viaje que él se siente bien y no ve la necesidad de un chequeo médico. Este será el primero que se hace desde que llegó a Estados Unidos, hace 11 años.

Al entrar al consultorio médico, encuentro a Juan sentado, indefenso, solo cubierto por la bata de hospital. Me toma cierto tiempo ganar su confianza y hacerle entender superficialmente la importancia de una consulta médica preventiva. El interrogatorio me revela que Juan es carpintero y sale muy temprano a trabajar. Desayuna un café y dos pasteles dulces en algún lugar en el camino. Almuerza alrededor del mediodía apenas siente hambre y lo hace generalmente en un restaurante de comida rápida. Alterna entre hamburguesas, perros calientes y comida china. En cada sitio, se toma el vaso más grande de gaseosa. Después del trabajo, llega hambriento a la casa, donde Josefa lo espera con la comida: arroz con frijoles, queso, tortillas, carne asada y una gaseosa. Luego del banquete, se sienta frente al televisor a ver un partido de fútbol y se queda dormido.

También descubro que su madre y uno de sus hermanos tienen diabetes. Al examinarlo, Juan está obeso; su índice de masa corporal (IMC) está en 33 (lo normal es menos de 25). La circunferencia de su abdomen es de 51 pulgadas (lo normal es menos de 40). El resto de su examen es normal, excepto que su presión arterial está en 150/90, es decir elevada (lo normal es 120/80).

Al ver los resultados del análisis de sangre, hecho en ayunas, noto que tiene un nivel de glucosa (azúcar) en la sangre de 155 (lo normal es menos de 99). También veo que el nivel de hemoglobina A1c o hemoglobina glicosilada (HbA1c) está en 6.4 (lo normal es menos de 5.6). Esos valores nos dicen que tiene prediabetes. El resto de su análisis dice que su hígado está levemente inflamado—probablemente por la grasa que lo infiltra— una condición llamada precisamente hígado graso. También tiene los triglicéridos (un tipo de grasa de la sangre) altos, y el colesterol bueno o HDL, muy bajo.

Al hacerle a Juan un resumen de las anormalidades que hemos encontrado en la consulta, notamos que por fin logramos obtener su atención; su rostro refleja una mezcla de estupor, culpa y preocupación. Juan no puede creer que presenta un cuadro de síndrome metabólico, es decir, que está en riesgo de padecer diabetes tipo 2, sufrir un infarto cardiaco y derrame cerebral.

Prediabetes

Alrededor de 115 millones de personas padecen prediabetes o diabetes en Estados Unidos. Lo sorprendente es que el 28% de los diabéticos no sabe que sufre la enfermedad, según un reporte del U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF, por sus siglas en inglés). Una guía de esta agencia recomienda hacer el chequeo anual de prediabetes en toda persona obesa mayor de 40 años, o en personas más jóvenes si tienen historia familiar de diabetes (madre, padre o hermanos). El reporte enfatiza que es importante hacer el diagnóstico temprano de la prediabetes porque por cada 1,000 personas con esa condición, de 35 a 70 desarrollarán diabetes cada año.

¿Cómo se diagnostica?

La manera de conseguir un diagnóstico temprano es haciendo un examen de sangre que mida el azúcar (glucosa) en ayunas, una medición de la HbA1c y una prueba de tolerancia a la glucosa si fuera necesario.

Síntomas y diagnóstico temprano

El reporte de USPSTF explica que, debido a que la prediabetes no presenta síntomas, una persona que no la detecta a tiempo retrasa el diagnóstico de su diabetes entre cuatro a ocho años. Los beneficios del diagnóstico temprano son muchos, entre ellos, el disminuir el riesgo de muerte por diabetes. Este hecho fue demostrado en un estudio que siguió durante 23 años a un grupo de diabéticos que cambiaron su estilo de vida por lo menos durante seis años.

USPSTF recomienda que la persona con prediabetes obtenga consejería intensa que lo encamine a adoptar un estilo de vida saludable, con alimentación sana y ejercicios diarios.

¿Qué puede hacer Juan para evitar complicaciones?

Después de explicarle a Juan estos cambios sencillos en su estilo de vida, finalizo pidiéndole que al llegar a la casa, le dé un beso a su esposa por haberle salvado la vida al traerlo, contra su voluntad, a la consulta de medicina preventiva. Juan me mira y percibo en su mirada la incredulidad de saber que es portador de tantos problemas de salud sin sentir un solo síntoma.

Juan regresa seis meses después y es otra persona. Cambió su modo de alimentarse, adoptó un perrito y camina 30 minutos diarios, perdió 15 libras, y se siente mucho mejor. Es prácticamente otra persona.

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