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¿Diagnóstico médico a través de una cámara web?

Las consultas de telemedicina son rápidas y fáciles, pero aún persisten dudas.

Médico con un tableta en sus manos

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La telemedicina puede incluir cualquier cosa, desde enviarle correos electrónicos a tu propio médico hasta asistir a videocitas con psiquiatras en clínicas rurales.

In English | Durante la boda de su sobrina en Utah, Bill Moore de repente sintió un dolor de cabeza y una inflamación de garganta y senos paranasales que según él, “me estaban matando”. No sabía si su médico en Vermont podía recetarle antibióticos desde varios husos horarios de distancia y le desagradaba la posibilidad de buscar una clínica de atención sin cita previa.

Por eso Moore, quien ahora tiene 67 años, terminó programando una videoconferencia con una médica que trabajaba para American Well, una empresa de telemedicina. De una lista de médicos que estaban de guardia, seleccionó a Ingrid Antall, quien ejerce la medicina general y se comunicó con él vía computadora desde su hogar en Westlake Village, California.

Antall descubrió que su nuevo paciente había tenido un resfriado leve por aproximadamente una semana, el cual de repente se había vuelto mucho más doloroso. Le pidió a él que se palpara los ganglios debajo de la mandíbula y la zona debajo de los ojos para poner a prueba la sensibilidad, y que describiera “el color de lo que me salía de la nariz”.

Los médicos y la tecnología

“Puedes darte cuenta de muchas cosas al mirar a las personas”, dice Antall. Después de descartar algo más grave, le recetó antibióticos para una sinusitis. Luego de tomarse el antibiótico, Moore, un constructor de hogares personalizados, se mejoró en menos de 24 horas. “Eso me sacó de un apuro por el resto del viaje”, dice.

Con ese encuentro, Moore utilizó una alternativa cada día más común pero todavía controversial a las citas tradicionales en consultorios. La telemedicina —la cual puede incluir cualquier cosa, desde enviarle correos electrónicos a tu propio médico hasta asistir a videocitas con psiquiatras en clínicas rurales— ha sido parte de la atención médica por más de cuatro décadas. Pero en los últimos años, la calidad y disponibilidad infinitamente mejorada de los videos ha expandido las oportunidades empresariales para un creciente grupo de empresas que ofrecen a los pacientes una consulta virtual con un médico por teléfono, computadora y tableta desde cualquier lugar; su cama, la silla de su oficina, su hogar vacacional.

Estas empresas tratan a cientos de miles de pacientes al año, quienes optan por la comodidad y la tarifa baja —por lo general cerca de $50— a fin de obtener consejos médicos y a veces una receta para molestias leves tales como alergias, conjuntivitis aguda, sarpullidos y hasta lesiones deportivas.

Los defensores dicen que la telemedicina tiene el potencial de mejorar el acceso al cuidado, disminuir los costos y proporcionar cuidado confiable y especializado a pacientes que lo necesitan. Sin embargo, algunos médicos e investigadores cuestionan hasta qué punto la atención virtual corresponde al tratamiento en persona, y si estos médicos cibernéticos podrían recetar demasiados medicamentos para que los pacientes queden satisfechos, realizar un diagnóstico incorrecto de un malestar o pasar por alto completamente un problema médico más grave. En Texas, el comité médico estatal aprobó un reglamento el año pasado que restringe estas consultas a larga distancia, una medida que ha ocasionado litigios.

Una tendencia creciente

La American Telemedicine Association (Asociación Estadounidense de Telemedicina) calcula que habrán 1.25 millones de consultas en línea con pacientes este año. Cada vez más empleadores y empresas de seguros incluyen estos servicios en los paquetes de beneficios. Una encuesta reciente de 140 empresas grandes realizada por el National Business Group on Health (Grupo Empresarial Nacional sobre la Salud) descubrió que el 74% de los mayores empleadores del país brindan servicios de telemedicina en el 2016, lo cual aumentó del 48% en el 2015. La primavera pasada, UnitedHealthcare se unió a varias empresas de consultas cibernéticas, entre ellas American Well y Doctor on Demand, para ofrecer citas virtuales a algunos pacientes asegurados por sus empleadores; y planea brindar esa opción a un máximo de 20 millones de personas para finales del 2016, según la vocera Lynne High. El acceso a médicos virtuales por video, a un costo de no más de $40 en función del plan que tenga el miembro, mejorará el acceso a “cuidado de salud de calidad y rentable para necesidades médicas de poca gravedad”, en particular en zonas rurales, escribió High en un mensaje de correo electrónico. Walgreens y MDLIVE, una empresa de consultas cibernéticas, ya brindan consultas virtuales por $49 en 25 estados.

Los servicios proporcionan una opción de respaldo para el tratamiento de enfermedades principalmente leves. Los pacientes se conectan con un médico —autorizado para ejercer en el estado del paciente y por lo general con certificado de especialidad— casi de inmediato. Así, evitan gastar tiempo que pasarían en el trabajo u otros compromisos en la sala de espera de un médico, si es que pueden programar una cita en persona.

Mike Koval, un capitán de la policía de 64 años que vive cerca de Sarasota, Florida, dice que a veces puede tomar por lo menos una semana lograr ver a su médico general, mientras que puede hablar con un médico de MeMD, una empresa de telemedicina, desde la computadora de su oficina en cualquier momento en que sus alergias constantes le congestionen de nuevo los senos paranasales. “Cuando estás en el trabajo, en especial en nuestra profesión, no puedes simplemente marcharte”.

Estas consultas cibernéticas pueden reducir los costos de la atención de salud que aumentan vertiginosamente, según sus defensores. Los ahorros para los médicos, hospitales y otros proveedores son “potencialmente enormes”, escribió el Dr. David Asch del Centro para la Innovación del Cuidado de la Salud de la University of Pennsylvania en la edición de septiembre de la revista Annals of Internal Medicine. No solo el tiempo que pasan juntos los médicos y los pacientes es menor, sino que tampoco hay que registrarse en la recepción ni hacen falta las salas de espera costosas.

Tania Elliott, una médica de Doctor on Demand autorizada para ejercer en 14 estados, calcula que solo entre el 5% y el 7% de sus pacientes virtuales a la larga necesitan ayuda de un médico en persona. El paciente puede necesitar pruebas de laboratorio o un examen físico, dice “o si pienso que necesitan un nivel de atención más alto”, envía a los pacientes a su propio médico o a la sala de emergencias.

El año pasado, Elliott instó a una mujer de 60 años a dirigirse directamente a la sala de emergencias, pues le preocupaba que tenía algo más que el agotamiento y los mareos que había descrito al principio. La cara de la mujer en la pantalla del video estaba “muy pálida” y su pulso, una vez que Elliott le mostró como tomarlo, latía con una rapidez anormal. También dijo tener las heces casi negras. Cuando Elliott le hizo un seguimiento, se enteró de que a la paciente le diagnosticaron unas úlceras sangrantes y necesitó transfusiones sanguíneas urgentes.

¿Riesgos virtuales?

Las consultas virtuales tienen sus adversarios. Una dolencia que parece leve, como una tos —que el paciente asume que son alergias estacionales—, podría indicar una enfermedad más grave, tal como la neumonía o las etapas iniciales de la insuficiencia cardiaca, según Russell Thomas, quien ejerce medicina general cerca de Houston. “No puedes diagnosticar eso a menos que le estés auscultando el pecho y notes lo que sucede allí”. Consultar a un médico virtual puede llevar a retrasos en el tratamiento. “Si alguien llama con dolor de pecho, en vez de dirigirse directamente al departamento de emergencias, ese retraso puede tener consecuencias importantes para la seguridad del paciente”, dice Lori Uscher-Pines, investigadora de RAND, una organización sin fines de lucro de investigación. Los pacientes también deberían evitar la atención virtual si tienen algún síntoma neurológico, entre ellos dificultad para hablar o para mover un brazo, dice el Dr. Adams Dudley, de la University of California en San Francisco (UCSF).

En lo que se refiere al riesgo de recetar demasiados medicamentos, los hallazgos de los estudios son variados. Un estudio del 2013 en la revista JAMA Internal Medicine mostró una mayor tasa de recetas de medicamentos para la sinusitis y las infecciones de las vías urinarias, comparado con las citas en consultorios. Sin embargo, un estudio del 2015 en la misma revista que analizó las tasas de recetas de medicamentos para las infecciones respiratorias no descubrió ninguna diferencia significativa en el número de recetas hechas por médicos virtuales y por quienes vieron a los pacientes en sus consultorios.

En Texas, el comité médico estatal enmendó sus reglas en abril para estipular que los médicos no pueden diagnosticar a pacientes nuevos a través de telemedicina a menos que haya disponible un profesional médico que pueda proporcionar “información objetiva de diagnóstico”. Teladoc, basada en Lewisville, Texas, la mayor empresa de telemedicina del país, la cual realizó más de 550,000 consultas virtuales en el 2015, presentó una demanda en la cual sostuvo que el comité limitaba la competencia de manera ilegal. En mayo, un juez emitió una orden judicial que bloquea la aplicación de las reglas hasta el juicio.

Los grupos profesionales opinan

La American Medical Association (Asociación Médica Estadounidense) le ha abierto las puertas a recetar medicamentos por medio de consultas cibernéticas, al decir que una relación médico-paciente se puede establecer ya sea en persona o “de manera virtual a través de tecnología de video y sonido en tiempo real”. En un informe sobre políticas el otoño pasado, el American College of Physicians (Colegio Estadounidense de Médicos) adoptó una postura similar, cuando escribió que un médico y un paciente pueden conocerse por primera vez por medio de la telemedicina, siempre y cuando se sigan normas adecuadas de tratamiento.

A pesar de que 29 estados y Washington D. C. en la actualidad tienen leyes que requieren que los planes de salud privados reembolsen por la telemedicina, varios estados tienen restricciones que limitan los tipos de recetas que los doctores pueden dar o exigen que los pacientes conozcan al médico en persona antes de una videoconferencia. Hasta este momento, la cobertura de la telemedicina por Medicare ha estado muy restringida a centros de salud en zonas rurales.

AARP recomienda que los pacientes mantengan informados a sus médicos de cabecera, pero las consultas electrónicas pueden ser útiles para pacientes que necesiten un médico fuera del horario de atención, según Andrew Scholnick, representante legislativo sénior de la asociación.

Aunque las consultas virtuales brindan una opción para los problemas médicos de poca gravedad, los pacientes deben evitar proponer su propio diagnóstico, pues podría influir en el médico, dice Dudley de UCSF. Un paciente que dice que le falta aire a causa del asma, por ejemplo, puede llevar al médico a no tener en cuenta otras posibilidades, tales como una enfermedad del corazón. Al igual que cualquier cita médica, los pacientes deben asegurarse de que el médico esté al tanto de sus necesidades y síntomas, agrega.

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