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Un nuevo estudio del cáncer de próstata compara el tratamiento con la espera

No hay diferencia en la tasa de supervivencia a los 10 años entre los que se monitorean y los que se someten a cirugía o radioterapia.

Paciente consultando su médico

Ariel Skelley/Getty Images

Los hombres de 65 años o más tienen una ligera probabilidad mayor de morir de cáncer de próstata si se monitorean en vez de tratarse.

In English | Según un importante estudio nuevo, después de diez años a los hombres que solo vigilan su cáncer de próstata en etapa inicial les va igual de bien que a los hombres que se tratan con radioterapia o intervenciones quirúrgicas.

El estudio de más de 1,600 hombres, publicado en la revista New England Journal of Medicine, es el primero en asignar a los hombres al azar para el "monitoreo activo" (esperar y vigilar), a la cirugía para extirpar la próstata o a la radioterapia, y luego comparar los resultados. Después de 10 años, cada uno de los tres grupos presentó la misma tasa de supervivencia: un 99%.

 "Ese es un resultado verdaderamente impresionante: los tres grupos gozan de casi el 100% de supervivencia. Eso debe darles a todos los hombres razón para pensarlo bien antes de seguir adelante con tratamientos radicales para los tumores de bajo riesgo o de riesgo intermedio", informa a Stat News.com el doctor Mark Litwin, cátedra de urología en la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA, que no participó en la investigación.

Los investigadores de las universidades de Oxford y Bristol notan que aunque el tratamiento no prolongó la vida durante los primeros diez años, estudios adicionales con un seguimiento más largo (de 15 a 20 años) podrían encontrar que los hombres que se tratan viven por más tiempo.

El estudio también encontró que la cirugía y la radioterapia algunas veces pueden tener efectos secundarios graves, incluidos los problemas urinarios, intestinales e impotencia, que surten un efecto negativo en la calidad de vida de los pacientes. Según informan los científicos, algunos de estos efectos se mejoraron gradualmente.

Los hombres necesitan considerar las ventajas y desventajas entre estos efectos secundarios y el mayor riesgo de que se desarrolle el cáncer, escriben los investigadores.

Según Peter Scardino, cirujano de la próstata y presidente del departamento de cirugía en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York, que no participó en el estudio, dijo que el estudio ayuda a confirmar que el monitoreo activo —hacerse pruebas regularmente y tratarse si la enfermedad avanza— es una estrategia adecuada para muchos hombres.

Pero, como le comentó al New York Times, el paciente se debe monitorear regularmente por el resto de su vida. "Un mensaje importante del estudio es que el cáncer de prostate en etapa inicial no constituye una emergencia y los hombres tienen tiempo para decidir qué hacer al respecto".

Otros hallazgos del estudio:

  • Los que se monitorean tienen el doble de probabilidad de que se propague la enfermedad, aunque las cifras son bajas: de los 545 hombres que se monitorearon, la enfermedad se propagó en 33, en comparación con 13 de los 553 que se sometieron a cirugía para extirpar la próstata y 16 de los 545 que se sometieron a la radioterapia.
  • Según un editorial anexo, los hombres de 65 años o más tienen una ligera probabilidad mayor de morir de cáncer de próstata si se monitorean en vez de tratarse, posiblemente porque su cáncer estaba más avanzado que lo diagnosticado inicialmente.  
  • Casi la mitad (un 46%) de los hombres que se extirparon la próstata padecieron de incontinencia y utilizaron pañales para adultos en los primeros seis meses, aunque seis años después esta cifra había bajado al 17%. Solo el 4% del grupo de monitoreo y el 5% del grupo de radioterapia necesitaron utilizar compresas absorbentes.
  • Solo el 12% de los hombres que se sometieron a la cirugía y el 22% de los que se sometieron a la radioterapia pudieron mantener una erección en los primeros seis meses, en comparación con el 52% de los del grupo de monitoreo. A lo largo del seguimiento, los del grupo de cirugía sufrieron la peor función eréctil, aunque se notó cierto mejoramiento.

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