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Lo que debes saber sobre la vacuna contra la culebrilla o herpes zóster

Vacunarte a los 50 puede protegerte más temprano, pero podría dejarte vulnerable después de los 60.

Médico vacunando un paciente

Getty Images

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que las personas de 60 años o más reciban la vacuna contra la culebrilla, pero los datos actuales muestran que solo 1 de cada 4 lo hacen.

In English | En su consultorio en Wills Eye Hospital de Filadelfia, la oftalmóloga Elisabeth Cohen ha visto bastantes casos espantosos de herpes zóster, también conocido como culebrilla. Tenerla puede ocasionar erupciones cutáneas que causan un dolor atroz y pueden demorar semanas o meses para sanarse. A algunas personas, la culebrilla las lleva a padecer un dolor crónico por años, tan insoportable que aumenta el riesgo de depresión y hasta suicidio. Y cuando la infección viral ataca los ojos, puede causar la pérdida permanente de la visión. Cerca de 1 millón de personas al año en Estados Unidos contraen la culebrilla, y la mayoría son mayores de 50 años.

Cohen conocía muy bien el sufrimiento que puede causar esta infección. Y un día en el 2008, al pasar los dedos por el cabello y sentir un sarpullido, sospechó de inmediato lo que era. “Recibí tratamiento enseguida, y de algunos de los mejores médicos del mundo”, dice Cohen, de 65 años, quien ahora es profesora de oftalmología en la Facultad de Medicina de la New York University. “Con todo y eso, padecí seis semanas de dolor espantoso, un tipo de dolor fulgurante que literalmente te quita el aliento”. Peor aún, el virus le invadió la córnea del ojo derecho y le dañó la percepción de la profundidad. En el espacio de un año, Cohen tuvo que dejar de ejercer la medicina.

Dos años antes de que contrajera la infección, en el 2006, la U.S. Food and Drug Administration (FDA, Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.) aprobó una vacuna que ayuda a proteger contra la enfermedad y a disminuir el riesgo de complicaciones. Los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), que establecen las pautas oficiales sobre la salud pública, recomiendan la vacuna para las personas de 60 años o más; la mayoría de los médicos y planes de seguro siguen esta recomendación. Las empresas de seguros por lo general no cubren la vacuna hasta después de los 60.

Cohen tenía 58 cuando contrajo el virus. Desde entonces, se ha convertido en una franca partidaria de recibir la vacuna contra el herpes zóster o culebrilla a partir de los 50, cuando el riesgo de contraer la culebrilla empieza a aumentar. “Tenemos una vacuna que puede prevenir un sufrimiento espantoso”, dice Cohen, quien ahora dedica la mayoría de sus investigaciones a la culebrilla. “¿Por qué estamos esperando?”.

De hecho, luego de analizar nuevos datos provenientes de un estudio de 22,439 pacientes, en el 2011 la FDA aprobó el uso de la vacuna para personas de entre 50 y 59 años. Sin embargo, luego de realizar revisiones en el 2011 y el 2013, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización, que asesora a los CDC, decidió no cambiar sus recomendaciones, las cuales todavía requieren las vacunas solo después de los 60 años.

Distintas opiniones sobre el momento preciso

¿Cómo desarrollaron recomendaciones distintas dos agencias nacionales de salud? La respuesta está en los mandatos diferentes de las dos agencias. “Para aprobar un nuevo medicamento o vacuna, la FDA solo analiza dos criterios: seguridad y eficacia”, explica el Dr. Michael N. Oxman, profesor de medicina en la University of California en San Diego y médico de plantilla en el VA San Diego Healthcare System, quien ha ayudado a realizar varios estudios de referencia sobre la vacuna.

Los CDC, por lo contrario, consideran además la rentabilidad, los suministros de vacunas y otros criterios, y usan modelos estadísticos para demostrar cuándo un medicamento o vacuna proporcionará el mayor beneficio para grupos poblacionales extensos. Concluyeron que vacunar a los 60 años prevendría la mayoría de los casos.

Seleccionar el momento óptimo para recibir la vacuna es esencial, porque el riesgo de contraer la culebrilla —y de padecer complicaciones debido a un brote— aumenta con la edad, explica el Dr. Kenneth Schmader, jefe de geriatría en Duke University Medical Center. “La mayoría de nosotros poseemos el virus de la varicela zóster, el cual causa la varicela y el herpes zóster, o culebrilla. Nuestro sistema inmunitario lo mantiene a raya. Pero a medida que las personas envejecen, su sistema inmunitario se debilita —un fenómeno conocido como inmunosenescencia— lo que puede hacerlos más vulnerable a un brote del virus.

Esperar hasta los 60 para recibir la vacuna, concluyeron los CDC, prevendría más casos y complicaciones, entre ellos una enfermedad llamada neuralgia posherpética, la cual causa un dolor quemante, crónico y a menudo intenso debido a los nervios dañados por el virus.

No todos están de acuerdo. Después de que Cohen contrajera la infección, ella  y sus colegas analizaron casos de complicaciones oculares relacionadas con el herpes zóster en Wills Eye Hospital y descubrieron que la mitad de los pacientes padecieron la infección antes de los 60. Sus hallazgos sugieren que el riesgo de complicaciones oculares debido a la culebrilla es más o menos el mismo para las personas en sus 50 que para los de 60.

El mejor momento para ti

Ya que los médicos y las empresas de seguros por lo general siguen las pautas de los CDC, la mayoría de los planes no cubrirán el costo de la vacuna —que puede superar $200— hasta los 60. Sin embargo, al saber lo terrible que puede ser la enfermedad, ¿deberías recibir la vacuna antes, incluso si tienes que pagar el precio completo?

El mejor motivo para vacunarte a los 50 es estar protegido cuando llegue el momento en que el riesgo de la culebrilla y sus complicaciones empieza a aumentar. “La vacuna contra la culebrilla funciona al estimular el sistema inmunitario para que proteja contra el herpes zóster”, explica Cohen. “Mientras más fuerte sea tu sistema inmunitario, más protección tendrás”.

Las personas que se vacunan a los cincuenta y tantos años por lo general tienen una reacción más fuerte a la vacuna, y obtienen una mayor protección, que quienes se vacunan a los sesenta y tantos. Un estudio reciente entre personas de 50 a 59 años reveló que la vacuna fue casi un 70% eficaz al prevenir la culebrilla en ese grupo de edad. En personas de 60 a 69 años, según otras investigaciones, la eficacia de la vacuna era aproximadamente del 51%.

Pero existe un motivo igualmente bueno para no vacunarte hasta los 60. Los investigadores no saben todavía exactamente cuánto dura la protección de la vacuna contra la culebrilla. Sin embargo, los últimos hallazgos del Shingles Prevention Study (Estudio de prevención del herpes zóster) sugieren que la vacuna podría proteger contra la culebrilla por cerca de ocho años. La solución obvia sería recibir una vacuna de refuerzo, pero aún no existen pruebas de que una revacunación funcionaría.

Mantente atento

Las pautas vigentes para prevenir la culebrilla y sus complicaciones pueden cambiar si una nueva posible vacuna que se está poniendo a prueba obtiene la aprobación de la FDA. A diferencia de la vacuna aprobada actualmente, la cual usa un virus vivo debilitado para estimular la inmunidad, la vacuna experimental solo usa una parte del virus, conocida como un antígeno, emparejado con una sustancia que estimula la respuesta inmunitaria, llamada un adyuvante.

“La meta de nuestra iniciativa fue estimular y mejorar una respuesta inmunitaria determinada que aumentaría la eficacia de la vacuna”, dice el Dr. Leonard R. Friedland, vicepresidente y director de asuntos científicos y salud pública en GlaxoSmithKline, el fabricante de la nueva vacuna en fase de investigación.

Los resultados preliminares nos permiten ser optimistas. La inyección fue un 97.2% eficaz para prevenir la culebrilla, según los resultados de un estudio publicado en línea en la revista New England Journal of Medicine este año; mucho más eficaz que la vacuna actual. “Y lo que es más alentador es que no importó a qué edad se vacunaron las personas, a los 50, 60 o 70. La vacuna brindó el mismo nivel de protección”, añade Friedland, quien dice que la empresa espera solicitar la aprobación de la FDA en uno o dos años.

Contar con una nueva vacuna contra la culebrilla que sea más eficaz sería una buena noticia. Pero incluso si la hubiera, el mayor reto de salud pública todavía existiría: lograr que las personas se vacunen. En la actualidad, solo 1 de cada 4 personas de 60 años o más se vacunan. “En realidad es una lástima”, dice Schmader. “No sé siquiera cuántos pacientes mayores vemos que sufren de manera espantosa por la culebrilla, un sufrimiento que podría prevenirse o aliviarse si se hubiesen vacunado”.

A qué debes estar atento

Dolor, quemazón, entumecimiento u hormigueo, por lo general en un solo lugar en un lado del cuerpo.  La zona puede ser muy sensible al tacto.

  • Un sarpullido rojo que da lugar a grupos de ampollitas o vesículas. Por lo general, el sarpullido y las vesículas rodean ya sea el lado izquierdo o derecho del tronco, pero también pueden aparecer alrededor de un ojo o en un lado del cuello o la cara.
  • Menos comúnmente, dolor de cabeza, fiebre o sensibilidad a la luz.
  • La primera señal de advertencia es típicamente un dolor quemante u hormigueo poco usual. Si sospechas que tienes la culebrilla, comunícate de inmediato con el médico. El tratamiento rápido con un medicamento antiviral puede limitar los daños.

FDA

En el 2006, la Administración de Alimentos y Medicamentos aprobó la vacuna contra la culebrilla para personas de 60 años o más.

En el 2011, luego de analizar nuevos datos sobre la seguridad y eficacia de la vacuna para el grupo de edad entre 50 y 59, la FDA enmendó su aprobación para incluir a personas de estas edades.

CDC

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que establecen las pautas oficiales sobre la salud pública, concluyeron que vacunarse después de los 60 años previene la mayor parte de los casos de la culebrilla. Medicare y la mayoría de los planes de seguro siguen la recomendación de los CDC.