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9 causas comunes de la pérdida de la audición

Y lo que puedes hacer para evitarlas.


spinner image Caja de palitos de algodón
Getty Images

Más de 48 millones de estadounidenses tienen algún tipo de pérdida de la audición que altera sus vidas de manera severa. “Eso incluye uno de cada seis baby boomers y dos tercios de los mayores de 70 años”, dice el Dr. Frank Lin, profesor adjunto de otorrinolaringología y epidemiología en Johns Hopkins University School of Medicine. Los expertos esperan que el número aumente a medida que envejece el enorme grupo de los boomers.

Existen dos tipos principales de pérdida auditiva. La pérdida de la audición conductiva se desarrolla cuando algo —la congestión causada por un resfriado fuerte, una infección del oído, una perforación del tímpano— impide que las señales sonoras lleguen al cerebro. A veces solo uno de los oídos es el afectado y una vez que se corrige el problema, la audición por lo general regresa a la normalidad.

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La pérdida auditiva neurosensorial es mucho más grave, y por regla general afecta ambos oídos y es causada por ruidos fuertes así como por el envejecimiento. La mayoría de las personas pierden parte de la audición poco a poco a medida que aumentan de edad.

Sin embargo, esto no quiere decir que no hay nada que puedas hacer. A continuación te presentamos nueve causas inesperadas de la pérdida de la audición y los pasos a seguir para revertirlas, disminuirlas o prevenirlas.

La pérdida de la audición conductiva, que a menudo se puede corregir:

1. Acumulación de cerumen en el oído

Esta sustancia cerosa, secretada por glándulas cercanas al canal auditivo, evita que sustancias perjudiciales —gérmenes, polvo y suciedad— lleguen al tímpano. Si tienes muy poco cerumen, tus oídos estarán secos y con comezón, y serán terreno fértil para infecciones. Por el contrario, tener demasiado cerumen puede causar fuertes dolores de oído y pérdida de la audición y, en algunos casos, tinnitus (zumbido en los oídos).

Qué hacer: por lo general, el cerumen tiende a ir naturalmente hacia el principio del canal, donde se puede limpiar de manera segura con un pañito. Si esto no ocurre, tu médico lo puede extraer. No trates de hacerlo tú mismo con un hisopo de algodón, un lápiz o la punta de tus anteojos. Podrías empujarlo más hacia adentro o perforarte el tímpano.

2. Perforación del tímpano

Las infecciones, los ruidos explosivos cerca al oído y los cambios rápidos en la presión de aire, además de hurgar con un hisopo de algodón, pueden perforar el tejido fino que separa el oído externo del medio y causar dolor y pérdida temporal de la audición.

Qué hacer: aunque un tímpano perforado por lo general sana por sí solo en alrededor de dos meses, lo mejor es que te realices un chequeo del oído con un otorrinolaringólogo, un médico especializado en tratar la garganta, la nariz y los oídos. Mientras tanto, mantén los oídos secos y usa compresas tibias y medicamentos de venta libre para aliviar el dolor.

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3. Infección del oído

Aunque son mucho más comunes entre los niños en edad preescolar, las infecciones del oído ocasionadas por bacterias o virus pueden estar relacionadas con las alergias o un resfriado común entre los adultos. Si la trompa de Eustaquio, la cual conecta el oído y la garganta, se bloquea debido a hinchazón e inflamación, la acumulación de líquidos se convierte en terreno fértil para infecciones. El resultado puede ser congestión del oído, presión, dolor, fiebre o pérdida temporal de la audición.

Qué hacer: las infecciones por lo general se mejoran en unos días. Las compresas tibias, los medicamentos de venta libre para el dolor y los descongestionantes pueden ser útiles. Si tienes fiebre o dolores muy fuertes, llama al médico, pues podrías necesitar antibióticos.

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La pérdida auditiva neurosensorial es por regla general permanente pero a menudo evitable

4. Audífonos intrauriculares para escuchar música

Ya que los audífonos intrauriculares no bloquean los sonidos externos, los que los usan a menudo les suben el volumen por un tiempo prolongado. Pero estos dispositivos omnipresentes amplifican los sonidos con tanto éxito que pueden superar los 100 decibeles, lo suficientemente fuerte para causar daño en solo 15 minutos. “Lo que sobrepase los 85 decibeles puede ser perjudicial”, dice el Dr. Michael D. Seidman, director de cirugía otológica y neurotológica del Henry Ford Health System en Detroit.

Qué hacer: muchos de los nuevos audífonos intrauriculares tienen un control de volumen, así que bota los viejos y compra unos nuevos que lo tengan. Si alguien que esté sentado al lado tuyo puede oír tu música, el volumen está demasiado alto. Los audífonos para música son todavía mejores para los oídos, pero no te olvides de mantener bajo el volumen, dijo Seidman, autor de Save Your Hearing Now.

5. Ruidosos partidos de fútbol americano y conciertos de rock

El ruido es ruido, ya sea que provenga de un concierto de rock, un soplador de hojas o un estadio lleno de amantes del fútbol americano. “Hasta los secadores de cabello pueden llegar a los 90 decibeles”, comenta Seidman. Mientras que un solo incidente de sonidos explosivos —como los fuegos artificiales o un martillo neumático— puede llevar a la pérdida de la audición, más a menudo esta se debe a la exposición cotidiana durante un período de tiempo prolongado. Si sigues yendo a conciertos, partidos y restaurantes ruidosos, las muy delicadas células ciliadas en el oído interno se desgastarán y causarán problemas auditivos. “La pérdida es acumulativa”, dice Seidman. “Cuando las células ciliadas se dañan, no se pueden reemplazar”.

Qué hacer: lleva tapones para los oídos a todos lados. Los tapones de espuma o cera bloquean más ruido que los tapones moldeados, o puedes conseguir unos hechos a la medida. Nunca te metas bolitas de algodón en los oídos, porque pueden bloquear el cerumen o causar infecciones. Dale un descanso a tus oídos: cuando estés en un lugar ruidoso, busca un rincón callado para descansar los oídos por unos minutos. Invierte en un par de audífonos supresores de ruido para cuando cortes el césped o realices otras tareas domésticas ruidosas. Y tal vez no vayas a tantos conciertos de rock pesado.

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6. Sobrepeso

Tener sobrepeso —sobre todo si las libras de más están en el abdomen— también es un factor de riesgo. Investigadores en Brigham and Women’s Hospital de Boston le hicieron seguimiento a más de 68,000 mujeres en el Harvard Nurses’ Health Study II —un estudio sobre la salud de las enfermeras— y hallaron que quienes tenían más grasa corporal y cinturas más anchas reportaban más problemas auditivos que las que tenían peso normal.

Lo que puedes hacer: muévete. Los investigadores descubrieron que caminar apenas dos horas por semana redujo el riesgo de pérdida auditiva un 15% comparado con quienes caminaban menos de una hora por semana. “Sospechamos que la obesidad afecta el flujo de sangre al oído interno, lo cual pone en peligro la audición, mientras que la actividad física podría mejorar el flujo de sangre y ayudar a proteger el oído”, dice la Dra. Sharon G. Curhan, investigadora principal.

7. Diabetes

Si padeces de diabetes, tienes el doble de probabilidad de desarrollar pérdida de la audición que aquellos con niveles normales de azúcar en sangre. Las personas con prediabetes tienen un riesgo 30% más alto. Los niveles altos de glucosa son factores de riesgo para enfermedades cardíacas, y los investigadores sospechan que la misma acción destructiva afecta los nervios y vasos sanguíneos del oído interno.

Qué hacer: si tienes diabetes, consulta a un otorrinolaringólogo o audiólogo para hacerte un examen de detección. Para combatir el exceso de glucosa, asegúrate de hacer ejercicio con regularidad, reduce las comidas demasiado procesadas y en su lugar escoge pescado, verduras, frutas y cereales integrales.

8. Apnea del sueño

Un estudio de 13,967 personas publicado la primavera pasada por el Albany Medical Center de Nueva York descubrió que las personas con apnea del sueño —un trastorno respiratorio caracterizado por interrupciones— también tenían mayor riesgo de discapacidad auditiva. Aunque ya se conocía la conexión entre la apnea del sueño y las enfermedades cardíacas, esta fue la primera vez que la apnea se relacionó con la pérdida de la audición.

Qué hacer: ¿Sospechas que tienes apnea del sueño? Consulta a tu médico de atención primaria, quien podría enviarte a un especialista en el sueño. Varios cambios en el estilo de vida y dispositivos pueden abrir una vía aérea bloqueada. Asegúrate también de que un profesional te chequee la audición.

9. No usar audífonos cuando es necesario

Aunque no usar audífonos no ocasionará pérdida de la audición, existe evidencia de que usarlos cuando los necesitas podría ayudar a proteger la audición que te queda. Desafortunadamente, solo una de cada cinco personas que podrían beneficiarse con los audífonos los usan. “La mayoría espera varios años antes de aceptar que tienen un problema y hacer algo sobre él”, dice Brad Stach, un audiólogo del Henry Ford Health System. Algunos quizás ni se den cuenta de que tienen un problema. Otros creen que esperar no causará ningún daño, mientras que a otros simplemente les da vergüenza admitir que no pueden oír bien. Pero si no usas audífonos cuando los necesitas, o solo los usas de vez en cuando, puedes perder la capacidad para procesar los sonidos.

Qué hacer: “Tu cerebro dedica muchos recursos a oír bien”, dice Lin. “Cuando las palabras son indescifrables, tiene que trabajar más para oír a costa de otras funciones”. No usar audífonos también tiene que ver con la seguridad, ya que la pérdida de la audición se ha vinculado a caídas, aislamiento social, depresión y hasta demencia. Por eso, recuérdate a ti mismo que necesitar ayuda con la audición no es distinto a necesitar anteojos para leer. Pídele al médico que te chequee la audición con regularidad y si hace falta, que te remita a un otorrinolaringólogo o audiólogo que puede diagnosticar el alcance de tu pérdida de audición y sugerir audífonos o dispositivos de asistencia para la audición que te ayuden.

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