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¿Su tiroides lo hace engordar?

Una alteración de la función tiroidea también puede generar cansancio, depresión o ansiedad.


spinner image Doctora revisandole la tiroides a una paciente
Las mujeres mayores de 50 años tienen mayor riesgo de desarrollar hipertiroidismo.
Istockphoto

Algo no andaba bien… y eso es todo lo que Maggie Kruger sabía con certeza.

En apenas seis meses, esta mujer de entonces 40 años, dueña de una galería de arte en Sarasota, Florida, había sumado 40 libras a su estilizada figura, a pesar de que nunca dejó la actividad física diaria ni la alimentación saludable. También se sentía cansada; su cabello parecía más delgado; sus uñas estaban secas y quebradizas; y sentía su garganta más estrecha.

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Sin embargo, cuando le consultó al médico, él le dijo que simplemente estaba deprimida y comiendo demasiado. En consecuencia, le recetó un antidepresivo.

“Tenía todos los síntomas clásicos de un desorden tiroideo, pero él nunca ordenó las pruebas para evaluarlo”, dice Kruger, que hoy tiene 60 años.

La experiencia de Kruger es bastante frecuente, según la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE, Asociación Estadounidense de Endocrinólogos Clínicos), que creó un nuevo sitio web, thyroidawareness.com (en inglés), para instruir a los estadounidenses sobre las alteraciones tiroideas. La asociación estima que unos 30 millones de estadounidenses sufren desórdenes tiroideos, y más de la mitad siguen sin ser diagnosticados.

Además, las mujeres son de siete a diez veces más propensas que los hombres a sufrir hipotiroidismo, una afección en la que la glándula tiroides no produce la cantidad suficiente de hormona tiroidea, lo que resultó ser el problema de Kruger, cuando finalmente fue diagnosticada, luego de cambiar de médico un año más tarde. Como ella misma dijo: “Mi tiroides renunció”.

Desafortunadamente —tal como halló Kruger—, incluso luego del diagnóstico, los problemas de tiroides no son tan fáciles de resolver, tal como muchas revistas y programas de televisión quieren hacer parecer. Y no se puede atribuir la ganancia de peso enteramente a la disfunción tiroidea.

Hiper e hipotiroidismo

A pesar de su pequeño tamaño, la glándula tiroides, con forma de mariposa y ubicada en la porción inferior del cuello, tiene efectos en prácticamente todos los aspectos de nuestra salud, como el peso, el humor, la frecuencia cardíaca y la energía que sentimos tener. Cuando la secreción de las hormonas tiroideas están fuera de los valores normales, aparece una amplia gama de consecuencias y la medicación debe ser precisamente dosificada y controlada regularmente para evitar tomarla en cantidades distintas —ya sea en más o en menos— de las realmente necesarias.

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Si bien los síntomas del hipertiroidismo —la hiperactividad de la glándula tiroides— son muy claros (pérdida de peso a pesar de una alimentación normal, ansiedad y frecuencia cardíaca acelerada o irregular), los del hipotiroidismo —la hipoactividad de la glándula tiroidea— son más imprecisos y de desarrollo más lento, sostiene el Dr. Francesco Celi, especialista en tiroides de los National Institutes of Health (NHI, Institutos Nacionales de Salud).

El riesgo de desarrollar hipotiroidismo es mayor en mujeres de más de 50 años, y va aumentando con la edad. Su forma más frecuente es una enfermedad autoimmune llamada tiroiditis de Hashimoto, en la que el propio sistema inmune ataca la glándula. Es una enfermedad hereditaria que, según la AACE, afecta a más de 10 millones de estadounidenses, en su mayoría mujeres, y puede permanecer sin ser diagnosticada por años.

La gente con hipotiroidismo puede no darse cuenta de que sus niveles de hormonas tiroideas están bajos, debido a que los síntomas pueden confundirse con afecciones asociadas al paso del tiempo, como los cambios en la piel y el cabello, la falta de memoria, constipación, dolor muscular y falta de energía. Puede causar también déficit cognitivo y depresión en personas mayores, explica Celi.

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Difícil de diagnosticar y de tratar

Diagnosticar y tratar el hipotiroidismo puede representar un gran desafío, especialmente en aquellos pacientes en los que los niveles de hormonas tiroideas están en el límite de lo normal. En la mayoría de los casos, un nivel hormonal de entre 4 y 10 es un rango aceptable como para iniciar un tratamiento. Cuando los pacientes presentan sintomatología con niveles hormonales de 3, los médicos se enfrentan al dilema de decidir si tratarlos o no. Y es algo difícil de resolver, porque el tratamiento no pasa por tomar una pequeña píldora que curará de inmediato todos los síntomas. Encontrar la dosis justa de la medicación de reemplazo para mantener los niveles hormonales estables puede ser muy complicado.

A Kruger le tomó cerca de 20 años llegar a sentir que había “recuperado su vida”. Durante ese lapso, y a pesar de los medicamentos, sus niveles de hormonas tiroideas siguieron siendo problemáticos. Ella siguió sintiéndose cansada y aumentando de peso; su colesterol subió y comenzó a desarrollar enfermedad cardiovascular, consecuencia de la disfunción tiroidea.


Tengo un nódulo tiroideo. ¿Y ahora qué?

Los diagnósticos de cáncer de tiroides aumentaron de 17.000  en el 2002 a 57.000 en el 2012. Aun así, es relativamente poco frecuente y presenta una tasa de supervivencia alta, del 97 %, luego de cinco años, sostiene el Dr. José C. Dutra, director de la clínica de cirugía de tiroides de Feinberg School of Medicine (Facultad de Medicina Feinberg), de Northwestern University.

Dutra y otros expertos creen que el incremento de los diagnósticos se debe a una mayor utilización de métodos como la resonancia magnética o la tomografía computarizada, los cuales pueden detectar pequeños nódulos que son no palpables. “El noventa por ciento de ellos son no cancerígenos”, señala.

Finalmente, unos seis meses atrás, uno de sus médicos escuchó acerca de un nuevo fármaco para el hipotiroidismo y mandó a Kruger a consultar al Dr. Mark Lupo, especialista en tiroides, de Sarasota. Lupo le prescribió Tirosint —levotiroxina sódica— en cápsulas de gelatina blanda, el reemplazo de hormona tiroidea normalmente usado para tratar el hipotiroidismo. (Tirosint fue aprobado para ser comercializado en el mercado estadounidense en el 2010).

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Si bien los fármacos pueden funcionar de manera diferente en cada persona, la fórmula líquida de Tirosint parece haber sido ideal para Kruger, ya que bajó 20 libras en seis meses. “Y cuando me levanto a la mañana, no me siento como si me hubieran molido a golpes”, dice. Más importante aun es que sus problemas cardíacos han mejorado.

A veces, no se puede culpar a la tiroides

Las mujeres, advierte Lupo, no deberían adelantarse y atribuir su aumento de peso a la tiroides más que a hábitos alimentarios poco saludables o a la falta de actividad física.

“Todos los días me encuentro con gente que me dice que debe tener un problema de tiroides porque está con sobrepeso”, relata Lupo. Pero quienes verdaderamente tienen problemas de tiroides pueden llegar a aumentar de 10 a 20 libras, afirma. “Alguien que viene a verme pesando 300 libras tiene otros problemas”.
Lupo concuerda con Kruger en que debería haber mayor conciencia acerca de las enfermedades tiroideas, tanto en los pacientes como en los médicos. También está convencido de que las mujeres mayores en particular deberían ser controladas para evaluar la función tiroidea, lo que puede hacerse con un simple análisis de sangre.

“Suelo decir que las mujeres deberían ser controladas antes del primer embarazo y a los 35 años; cada cinco años luego de los 35, y cada dos años o anualmente después de los 50”, dice Lupo. Debido a que los desórdenes tiroideos son menos frecuentes en los hombres, pero pueden desarrollarse con la edad, él sugiere que “los hombres sean evaluados a los 65 años o cuando presenten síntomas o factores de riesgo”.

Consejos sobre tiroides

  • Revise su cuello. La aparición de un nódulo o un agrandamiento de la glándula podría ser el primer signo de que hay un problema. El sitio web de AACE, thyroidawareness.com, aconseja una forma simple de hacerlo, al observar el cuello mientras toma un trago de agua.
  • Hágase evaluar la tiroides. Si sospecha de un problema tiroideo, pídale a su médico un análisis de sangre para evaluar la tirotropina u hormona estimulante de tiroides, y anticuerpos antitiroideos, los cuales pueden indicar la presencia de tiroiditis de Hashimoto, la forma más común de hipotiroidismo.
  • Controle sus niveles de colesterol. El colesterol alto que no responde a la dieta, ejercicio ni medicación puede ser un signo de hipofunción tiroidea, así como un colesterol muy bajo puede serlo de la hiperfunción.
  • Tenga en cuenta los cambios cognitivos en los adultos mayores. La American Thyroid Association (Asociación Estadounidense de Tiroides) estima que uno de cada cuatro residentes de hogares para el cuidado de adultos mayores tiene hipotiroidismo sin diagnosticar, lo que puede contribuir a la pérdida de memoria y al deterioro cognitivo. Es importante destacar que un exceso en la administración de hormona tiroidea también puede causar cambios de humor.
  • Recuerde: “la misma/el mismo/la misma”. Para los diagnosticados con hipotiroidismo, es fundamental tomar la misma dosis del mismo medicamento a la misma hora, todos los días. La cafeína, así como el calcio, los antiácidos y los suplementos de hierro, pueden alterar la absorción del medicamento por parte de su organismo. Mayo Clinic recomienda esperar cuatro horas entre la toma de la medicación para la tiroides y la ingesta de cualquier alimento con calcio; un estudio italiano publicado en el 2008 concluyó que el café puede reducir la absorción del fármaco a la mitad.

 

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