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8 enfermedades que pueden confundirse con la enfermedad de Alzheimer

¿Preocupado por la falta de memoria? Podría ser por un problema distinto.


spinner image Enfermedades que pueden confundirse con el Alzheimer
No toda la pérdida de memoria se debe a la enfermedad de Alzheimer o a la demencia, pero no ignores las señales.
Thomas Tolstrup/Getty Images

Cuando los titulares anuncian con bombos y platillos los crecientes índices de diagnósticos de la enfermedad de Alzheimer, es fácil caer en la angustiante sensación de que una taza de café fuera de su lugar o ropa olvidada en la tintorería podrían significar que tú (o tu ser querido) inevitablemente tendrán la enfermedad de Alzheimer. El número de personas que viven con esta enfermedad pasará de los 5 millones actuales a 16 millones para el 2050, según la Alzheimer’s Association.

Pero debes saber que si bien esta enfermedad es la causa más común de la demencia o deterioro cognitivo durante la madurez de la vida, no es la única. 

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Esto aplica en particular si eres menor de 70 años y tienes problemas cognitivos, dice Marc Agronin, un psiquiatra geriátrico en Miami. Según Agronin, quien escribió el libro del 2015 The Dementia Caregiver, “la demencia por lo general no quiere decir que alguien tenga la enfermedad de Alzheimer, sino que refleja una depresión o una drogadicción o efectos de medicamentos”. 

Si te preocupan tus síntomas, Agronin sugiere que consultes a un especialista para realizarte “una evaluación médica meticulosa que incluya una gammagrafía cerebral —preferiblemente una resonancia magnética—, a fin de asegurarte de que no haya factores médicos que estén causando o empeorando las alteraciones neurocognitivas”. 

Agrega que existen muchas ideas equivocadas sobre las causas de la demencia. Por ejemplo, la diabetes es un gran factor de riesgo para la demencia, tanto para la enfermedad de Alzheimer como la demencia vascular, pero no causa de manera directa síntomas de demencia.

Las siguientes son ocho de las razones más comunes para la demencia, después de la enfermedad de Alzheimer, con información sobre lo que puedes hacer al respecto.

1. ¿Podría tratarse de hidrocefalia de presión normal?

Milton Newman tuvo un próspero consultorio odontológico en Peekskill, Nueva York. Pero en el transcurso de unos 15 años, su memoria se volvió borrosa y perdió la capacidad de realizar simples tareas en el hogar. Todos asumieron que tenía los síntomas iniciales de la enfermedad de Alzheimer, hasta que le diagnosticaron una hidrocefalia de presión normal. Sus síntomas eran causados por una acumulación gradual de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. Con el tiempo, la inflamación y presión resultantes pueden dañar el tejido cerebral. 

Después de una operación para colocarle una derivación permanente en el cerebro, Newman empezó a sentirse como antes. “Fue un verdadero milagro”, afirma su esposa, Phyllis. “Supe que lo había recuperado”. 

En los casos de hidrocefalia de presión normal, el síntoma que suele percibirse primero es una alteración característica en el andar. Otras señales: problemas de pensamiento y memoria, falta de concentración e incontinencia urinaria o necesidad de orinar con frecuencia.

Diagnóstico y tratamiento: consulta con un neurólogo acerca de la conveniencia de elaborar un historial físico y médico exhaustivo. Una tomografía computarizada, resonancia magnética o punción lumbar podrían verificar el diagnóstico. Colocar una derivación en el cerebro puede drenar el líquido y suele corregir la situación.

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2. ¿Podría ser tu medicamento?

Debido a que el cuerpo metaboliza y elimina los medicamentos con menos eficiencia a medida que envejecemos, los fármacos pueden acumularse y provocar deficiencias de memoria y otros efectos secundarios que se asemejan mucho a la enfermedad de Alzheimer. Las razones más probables son los analgésicos narcóticos (opiáceos); las benzodiacepinas usadas para el insomnio y la ansiedad; los esteroides; y los relajantes musculares que se recetan después de una lesión.  

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Diagnóstico y tratamiento: dile al médico todos los medicamentos que tomas, incluidos los suplementos. Si desarrollas síntomas molestos al empezar a tomar un medicamento, podría tratarse de una reacción adversa. No solo dejes de tomar tus medicinas; consulta con tu médico acerca de las opciones disponibles. La American Geriatrics Society publica los Criterios de Beers, un listado de medicamentos que los adultos mayores deberían usar con precaución o evitar.

3. ¿Podría ser una depresión?

Resulta complicado saberlo. Agronin afirma: “La depresión grave a veces puede causar un síndrome de deterioro cognitivo conocido como seudodemencia. Cuando se trata la depresión, mejora el deterioro cognitivo. Pero esas personas corren mayor riesgo de padecer una demencia, como la enfermedad de Alzheimer, en los próximos años”.

Y las personas que tienen varios tipos de demencia corren mayor riesgo de depresión, “debido en parte al daño al conjunto de circuitos emocionales en el cerebro más que a las reacciones psicológicas de padecer una demencia”.

Diagnóstico y tratamiento: que un psiquiatra, neurólogo o gerontólogo afiliado a una clínica de trastornos de memoria o un centro médico importante te examine para detectar signos de depresión. La depresión no es algo que puedas “sacarte de encima”. Pero puede ser tratada con éxito con medicamentos, ejercicio habitual, psicoterapia cognitiva y técnicas para reducir el estrés, como la meditación, el yoga o la oración.

4. ¿Podría ser una infección de las vías urinarias?

Las infecciones urinarias son causadas por bacterias que se acumulan en la vejiga, lo cual conduce a infecciones. Estas infecciones a menudo pasan inadvertidas en los adultos mayores, porque ellos rara vez tienen los típicos síntomas de fiebre alta o dolor. Sí pueden presentar, en cambio, problemas repentinos de memoria, confusión, delirio, mareos, agitación y hasta alucinaciones. Pero Agronin observa que quienes ya tienen demencia son más propensos a la confusión causada por una infección urinaria. Las personas sanas casi nunca tienen esta reacción. 

Diagnóstico y tratamiento: la mayoría de las infecciones urinarias fácilmente pueden tratarse con antibióticos, abundante líquido, una dieta saludable y descanso.

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5. ¿Podría tratarse de una demencia vascular?

Existen dos tipos distintos de demencia vascular. El primero es obvio, y es cuando alguien padece un derrame cerebral grave, que ocasiona una pérdida de la funcionalidad en parte del cuerpo o dificultades para hablar. Pero Agronin menciona que es más común que vea pacientes con el segundo tipo de demencia vascular, la demencia vascular subcortical, causada por miniderrames cerebrales. A veces ni siquiera saben que han tenido estos derrames, pero empiezan a mostrar señales de deterioro cognitivo. “Su pensamiento se torna más lento”, dice Agronin. 

Diagnóstico y tratamiento: el tratamiento implica reducir el riesgo de padecer derrames adicionales (lo cual incluye mantenerse activo físicamente, controlar la presión arterial y no fumar) y recibir algún tipo de rehabilitación cognitiva, como ejercicios para mantener activo el cerebro. Ciertos medicamentos que fueron aprobados para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer también pueden ofrecer modestos beneficios para quienes tienen demencia vascular. Consulta con el médico para desarrollar el mejor plan de tratamiento para tus síntomas y circunstancias.

6. ¿Podría ser un tumor cerebral?

Una persona que manifiesta indicios de demencia podría tener un tumor benigno llamado meningioma, que puede presionar sobre ciertas partes del cerebro y causar disfunción cognitiva. 

Diagnóstico y tratamiento: estos tumores se pueden extirpar quirúrgicamente. Pero la evaluación temprana es esencial, según dice Agronin: “En las etapas iniciales, estos tumores se pueden extirpar con mayor facilidad y los cambios cognitivos que causan pueden ser totalmente reversibles. Mientras más esperes, la cirugía puede resultar más difícil y conllevar un mayor riesgo de daño permanente”.

7. ¿Podría ser un hematoma subdural causado por una lesión en la cabeza?

Un hematoma subdural sucede cuando una hemorragia anormal (por lo general causada por una lesión) conduce a que se acumule sangre entre la duramadre (la más externa de las meninges, que son las capas de tejido que rodean el cerebro) y el cerebro. Un aumento en la presión causado por el hematoma puede llevar a tener síntomas semejantes a la demencia. 

Diagnóstico y tratamiento: si el hematoma es lo suficientemente grande, se puede drenar mediante una cirugía. Si es lo suficientemente pequeño o si el paciente no puede someterse a una cirugía, puede desaparecer por sí mismo, pero tomará cierto tiempo.

8. ¿Podría estar relacionado con el alcohol?

El consumo excesivo de alcohol, incluso por borracheras durante un corto período en tu juventud, destruye las células cerebrales en áreas críticas para la memoria, el pensamiento, la toma de decisiones y el equilibrio, dice Majid Fotuhi, director médico del NeuroGrow Brain Fitness Center y de los Neurocore Brain Performance Centers.

Además de destruir las células cerebrales, beber en exceso también puede llevar a lesiones y aumentar el riesgo de otros problemas de salud que pueden perjudicar las funciones cognitivas (como daños al hígado). Y la combinación de ciertos medicamentos con alcohol también puede causar problemas de memoria y otros efectos secundarios. 

Diagnóstico y tratamiento: dependiendo del daño, en ocasiones los efectos de largo plazo del consumo excesivo de alcohol pueden revertirse. Si sospechas que puedes tener problemas de memoria relacionados con el alcohol, busca ayuda para mantenerte sobrio.

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