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Claves para la prevención de heridas

Cómo son las llagas de cama o úlceras por presión y cómo evitarlas.


spinner image Claves para la prevención de heridas - Enfermera atiende a un hombre en el hospital
Getty Images

Tal vez el peor enemigo de nuestro cuerpo sea la inmovilidad. El estar acostado en una cama o sentado en una silla por períodos largos (más de dos horas) y sin cambiar de posición hace que las prominencias óseas, en especial aquellas cubiertas de poco tejido subcutáneo, reciban presión constante. Esto impide la circulación de la sangre en esas áreas. La presión prolongada causará, finalmente, lo que conocemos como llagas de cama, úlceras por decúbito, úlceras por presión o escaras.

Estas úlceras también pueden ser causadas por fricción. Por ejemplo, pueden aparecer cuando movemos a una persona en la cama o la deslizamos; cuando movemos la piel y los tejidos en dirección contraria a la superficie en la que descansa la persona; o cuando elevamos la cabecera de la cama y los tejidos de los glúteos y alrededor del coxis permanecen en el mismo sitio a pesar del movimiento del resto del cuerpo.

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El exceso de presión sobre los pequeños capilares sanguíneos hace que los tejidos no reciban oxígeno adecuadamente, causando enrojecimiento de la piel y en muchos casos dolor. Finalmente, la piel se rompe y aparece una herida que de no tratarse adecuadamente puede agrandarse, infectarse, e incluso desarrollar un cáncer de células escamosas. Las úlceras por presión se extienden a través de la piel, grasa y músculo y pueden llegar a afectar el hueso. En su primera etapa, la piel está aún intacta. Esto no quiere decir que no hay daño en los tejidos por debajo de la piel. Simplemente no podemos verlos.

Algunos factores que ponen en riesgo a tu ser querido de desarrollar úlceras por presión son:

  • La presión prolongada sobre un área del cuerpo que tiene una prominencia ósea.
  • Piel reseca o agrietada.
  • Obesidad.
  • Falta de apetito, anemia, pérdida excesiva de peso.
  • Deshidratación.
  • Disminución o falta del sentido del tacto. Neuropatía.
  • Edad avanzada que conlleva a una piel más delgada y frágil.
  • Incontinencia que lleva a tener la piel con exceso de humedad y bacteria.
  • Enfermedades de la circulación.
  • Uso de productos con tabaco.
  • Parálisis.
  • Sedación, somnolencia, coma.

Te preguntarás cuáles son las áreas del cuerpo con las que hay que tener más cuidado. Eso depende de la posición en la que esté el cuerpo de tu ser querido.

Si está bocarriba, las áreas que hay que vigilar son:

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  • Talones,
  • glúteos y región sacra;
  • codos;
  • omoplatos; y
  • nuca, región occipital.

Si está bocabajo:

  • Dedos de los pies,
  • rodillas;
  • órganos genitales (varones);
  • senos (mujeres);
  • hombros’ y
  • mejilla y oreja del lado que esté abajo.
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Si está de lado:

  • Tobillos,
  • rodillas;
  • caderas;
  • costillas;
  • hombro; y
  • orejas.

Es preferible prevenir las úlceras por presión que hacerles tratamiento. Prevenir, sin embargo, requiere dedicación y esfuerzo; y dependiendo de los factores de riesgo que tenga tu ser querido, puede que no sea suficiente. La clave para la prevención es el cambio de posición. Este cambio debe ser:

  • Frecuente. Esto quiere decir que la persona acostada debe cambiar de posición cada hora y media, a más tardar cada dos horas. Si está sentada, debe levantarse por unos segundos cada hora u hora y media. Si tiene fuerza, debe cambiar de posición en la silla cada 15 minutos.
  • Cuidadoso. Se debe evitar tensión en la piel, especialmente en las áreas vulnerables. El cuerpo no debe arrastrase sobre la cama, o sobre la superficie de una silla. Pide al equipo de profesionales de la salud que atiende a tu ser querido que te enseñen cómo hacerlo.
  • Programado. Ten en cuenta una secuencia de rotación para no regresar a una posición previa demasiado pronto. Algunas personas mantienen una agenda o tablero con el horario y posiciones para recordar sus opciones. Quien cuida del ser querido sería quien lleve la agenda.
  • Completo. Usa la lista de prominencias óseas que debes proteger en cada una de las posiciones. Si solamente te enfocas en proteger las caderas, por ejemplo, podrías olvidar el hombro o la oreja del lado sobre el que está acostado el ser querido.
  • Nutritivo. Acompaña este cuidado con la mejor nutrición e hidratación que sea posible, y si lo deseas, acompaña también con un masaje muy leve y suave alrededor de las zonas de apoyo, nunca sobre la prominencia ósea. Si ves áreas de la piel enrojecidas, no apliques ningún tipo de presión ni masaje por más suave que sea.
  • Creativo. Puedes incluir diferentes grados de inclinaciones laterales, a la derecha o la izquierda con ayuda de almohadas y rollos hechos con cubrecamas o toallas grandes. Si puedes elevar la cabecera de la cama, te aconsejo no elevarla más de 30 grados, ya que sería excesiva la presión sobre el coxis. Puedes usar anillos de espuma, flotadores, y protectores para los talones, codos y rodillas. Cada vez que puedas cambiar de actividad y encontrar una excusa para aumentar el movimiento de la persona que cuidas, hazlo. Por ejemplo, levanta a la persona de la cama y llévala a la mesa a comer, o ponla en un sillón en vez de que coma en la cama.

El movimiento y los cambios de posición son tus mejores aliados en la prevención de úlceras por presión, y si pones en práctica estos consejos regularmente, se convertirán en una especie de hábito fácil de implementar.

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