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Cuando el estrés lleva a comer demasiado

Cómo prevenir y controlar este impulso mientras cuidas de otros sin descanso.

El estrés relacionado con el cuidado puede conducir a la elección de alimentos poco saludables

Foto: iStock

La comida con altas calorías puede producir un alivio cuando uno tiene estrés, pero ese alivio es temporal, según un estudio.

In English | En tu calidad de ser el que cuida de un adulto mayor, seguro que cada día haces malabarismos para atender a quien se encuentra bajo tus cuidados, además a tu familia y, por supuesto, a ti. Es bien sabido que ocuparse de tantas actividades puede provocar estrés y, como consecuencia, es probable que busques alivio o consuelo en la comida. Lamentablemente, el exceso de estrés puede llevarte a elegir alimentos poco saludables, a comer en exceso, a engordar y a asumir una pésima actitud mental respecto de ti mismo, de tu familia y de la persona que está a tu cuidado. Es importante que comprendas las razones por las que recurres a las comidas de “consuelo” para sentirte mejor, al menos por un tiempo.


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El estrés provoca ataques de hambre

Según estudios, los alimentos con altas calorías que consumimos cuando nos da un ataque de hambre pueden tener, en el organismo, un efecto calmante, pero es simplemente temporal. Un informe recientemente publicado en Physiology & Behavior sugiere que el sistema de respuesta al estrés desempeña una función en la forma en la que ansiamos comer determinados alimentos y almacenamos la energía. Cuando el organismo está sometido al estrés, los neuroquímicos que ayudan a equilibrar nuestro humor no funcionan en forma adecuada y el organismo libera las hormonas del estrés. Estas hormonas del estrés —denominadas glucocorticoides— provocan ansias de ingerir alimentos con alto contenido de azúcar o de grasa. Ingerir excesivamente de este tipo de alimentos puede hacer que se deposite una mayor cantidad de grasa en el abdomen.

La grasa, el azúcar y la sal hacen que la comida tenga un sabor agradable y pueden hacernos sentir mejor en el corto plazo, pero ¡cuidado! Cuando consumes demasiada grasa, azúcar y sal, aumentas de peso y puedes sufrir problemas de salud crónicos, tales como:

  • Presión arterial alta
  • Enfermedades cardíacas
  • Diabetes

Conoce cuáles son tus factores desencadenantes

La mayoría de las personas tienen un punto crítico en lo que al estrés se refiere. En tu calidad de cuidador principal, estás todo el tiempo equilibrando las actividades relacionadas con tu ser querido, con tu familia y contigo. Un único incidente imprevisto puede perturbar el ritmo de tu día y desencadenar un estallido emocional que a menudo te conduce hasta el envase de helado, la barra de chocolate o la bolsa de papas fritas que tengas más cerca en busca de consuelo. 

¿Cómo puedes identificar cuáles son los factores que te llevan a comer en exceso como forma de consuelo emocional y comprender cómo abordar esto de manera saludable? Primero, debes tomar conciencia de las situaciones o los comentarios que te molestan, y analizar los sentimientos que te provocan.  Luego, piensa cómo y por qué lo que comes te hace sentir mejor. Si conoces y comprendes los factores desencadenantes de tu estrés que te llevan a comer demasiado podrás encontrar alternativas para manejarlos.  A continuación, presentamos algunas sugerencias:

  • Habla con un amigo o un familiar de tus sentimientos, como forma de liberar tus emociones, en lugar de comer.
  • Lleva un diario para registrar tus emociones cuando te sientas tentado de comer en exceso.
  • Cuando sientas que no puedes evitar los excesos de comida relacionados con el estrés sin ayuda, busca el consejo de un profesional. 
  • Realiza actividad física con regularidad, como por ejemplo caminar o hacer yoga, a fin de liberar el estrés y evitar la oportunidad de comer.

Seguir cualquiera de estas sugerencias —o elaborar tu propio plan— te ayudará a reconocer situaciones estresantes en el futuro, lo cual te permitirá abordar un problema con una actitud positiva que no necesariamente implique salir corriendo al refrigerador. 

Cuenta con alimentos saludables a mano

Existen algunos alimentos que pueden realmente ayudar a tu cuerpo a repararse a sí mismo del daño causado por el estrés y también reducir las ansias de ingerir refrigerios con alto contenido de azúcar o sal. El truco reside en colocar alimentos saludables en un lugar accesible, listos para consumir. Por ejemplo, pon un bol con manzanas y bananas (u otra fruta que no requiera refrigeración) en la encimera de tu cocina y conserva en el refrigerador verduras cortadas en trozos, frutos secos y semillas. Estas opciones saludables no solo contribuyen a satisfacer tu imperiosa “necesidad de comer”, sino que también aportan nutrientes esenciales. Te presentamos una variedad de frutas, verduras y frutos secos nutritivos para tu elección:

  • Naranjas, fresas, brócoli, espinaca y pimientos (aportan vitamina C)
  • Granos enteros, como el arroz integral, una rodaja de pan integral, hojas de vegetales verdes (aportan vitamina B)
  • Almendras, granos enteros, semillas de girasol (aportan magnesio)
  • Nueces, semillas de lino (aportan aceites Omega 3)

Escucha a tu cuerpo

En tu calidad de cuidador principal de tu ser querido, es importante que reconozcas cómo te sientes física y mentalmente todos los días.  El estrés crónico puede tener un impacto negativo en ti y, a su vez, puede poner en peligro el nivel de cuidado que estás brindando a tu ser querido.  La conclusión es la siguiente: “Cuídate a ti mismo”. Obtén los consejos y el apoyo que necesitas para controlar tu nivel de estrés y optar inteligentemente por alimentos saludables en forma regular, para que tu estado sea óptimo mientras cuidas de tu ser querido.