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Cómo proteger nuestro futuro

3 razones por las cuales podrás contar con el Seguro Social

Futuros beneficiarios del Seguro Social

Istock

In English |  Dado el pesimismo que gira en torno al futuro del Seguro Social, no es de extrañar que tantas personas tengan preguntas sobre lo que sucederá. Solo el 10% de las personas de entre 25 y 69 años en Estados Unidos están “muy seguros” de que recibirán lo mismo que brinda el programa hoy en día, y el 18% creen que no recibirán nada, según los hallazgos de la Encuesta de Confianza en la Jubilación del 2015 realizada por el Employee Benefit Research Institute (EBRI, Instituto de Investigación de Beneficios para Empleados).

Sin embargo, a pesar de los retos del programa, las preocupaciones sobre su viabilidad a largo plazo son exageradas. La mayoría de los expertos concuerdan en que el Seguro Social seguirá siendo la base de la seguridad en la jubilación para la gran mayoría de las personas en el país, y no solo para los boomers sino también para sus hijos, nietos y bisnietos. 

A continuación, explicamos por qué. 

Las personas en Estados Unidos quieren el Seguro Social

Una gran mayoría del público se beneficia del Seguro Social, o se beneficiará algún día, por lo cual prácticamente todos quieren mantener sus protecciones. En una encuesta realizada en el 2014 por la National Academy of Social Insurance (Academia Nacional del Seguro Social), el 84% de los demócratas y el 69% de los republicanos estuvieron de acuerdo en que es “fundamental” conservar los beneficios, incluso si significara aumentar los impuestos. Encuestas realizadas por CBS News, el Pew Research Center (Centro de Investigación Pew) y el National Institute on Retirement Security (Instituto Nacional para la Seguridad Jubilatoria) descubrieron que mayorías significativas del público apoyan el Seguro Social, cerca del 70% o más.

Hasta los adultos jóvenes, los primeros que dicen “no estará disponible para mí”, apoyan el programa. A pesar de que 1 de cada 4 personas de la generación del milenio no esperan recibir ningunos beneficios del Seguro Social, según la encuesta realizada por el EBRI, una encuesta del Pew descubrió el año pasado que el 61% se oponen a los recortes.

Los líderes políticos son conscientes de los resultados de las encuestas, por lo cual este es un tema difícil de abordar para cualquiera. Los expertos afirman que este fuerte apoyo del público es otra razón para creer que nuestros líderes electos a la larga debatirán el tema de cómo fortalecer el programa para el futuro. 

La mayoría de las personas en Estados Unidos necesitan el Seguro Social

De muchas maneras, el programa se está volviendo más importante en la economía actual, a medida que números crecientes de personas se enfrentan a la jubilación sin poder contar con otros recursos financieros.

El Seguro Social proporciona por lo menos la mitad de los ingresos familiares para aproximadamente 1 de cada 2 adultos mayores que viven en Estados Unidos, y proporciona la mayoría de los ingresos para 1 de cada 4. Esto se debe en parte a que otros apoyos financieros para la jubilación han perdido solidez en los últimos años.

¿Cómo ves el futuro del Seguro Social?

¿Cuán seguro estás de que los beneficios del Seguro Social continuarán iguales o mejores que en la actualidad?

  Generación del milenio Generación X Boomers
Muy 6% 5% 16%
Algo 17 24 39
No muy 35 31 26
Para nada 42 41 19

 

Las pensiones privadas costeadas por los empleadores, que pagan una cantidad fija de por vida, se han vuelto poco comunes. Por ejemplo, el número de planes de pensión de un solo empleador y con beneficios definidos que son protegidos por la Pension Benefit Guaranty Corp. (Corporación de Garantía de Beneficios de Pensión) decayó desde un máximo de 112,000 a mediados de los años ochenta a cerca de 23,000 en el 2013.

Y no ha surgido nada que verdaderamente los reemplace. Planes tales como los 401(k) y las cuentas personales de jubilación han resultado inadecuados para la mayoría de las personas. Si se cuentan los empleados a tiempo parcial, solo cerca de la mitad de la fuerza laboral tiene acceso a una pensión o un plan de ahorro para la jubilación a través de un empleador. Entre quienes tienen acceso a planes de ahorro para la jubilación, muchos no participan plenamente o se gastan el dinero antes de la jubilación.

Por estos y otros motivos, no es de sorprender que muchas familias tengan pocos ahorros para la vejez.

Casi la mitad de los hogares en edad laboral no tienen nada ahorrado en una cuenta de jubilación, según el Instituto Nacional para la Seguridad Jubilatoria. Una encuesta reciente descubrió que cerca de 4 de cada 10 trabajadores mayores tienen menos de $25,000 en ahorros para la jubilación.

Las mujeres son las que más dependen del Seguro Social. Ellas tienen menos recursos económicos que los hombres en promedio, pero viven por más tiempo.

Es más probable que las mujeres sean solteras, y los adultos solteros a menudo tienen más necesidades económicas que las parejas casadas. Un estudio descubrió que los boomers no casados son casi cinco veces más propensos a ser pobres que los boomers casados. Además, la probabilidad de ser soltero y mayor no es solo un fenómeno de los boomers. Los de la generación del milenio son mucho más propensos a ser solteros de lo que lo fueron los boomers o los de la generación X durante la misma etapa de sus vidas.

En conjunto, estas tendencias forman parte de un relato: la necesidad de ingresos para la jubilación crece, y las personas dependerán más del Seguro Social cada mes y de sus beneficios por más tiempo que nunca.

El Seguro Social se puede fortalecer

Las dudas sobre el futuro del Seguro Social se basan en una suposición de que el reto financiero que enfrenta el programa es abrumador. ¿Qué tan grande es el déficit a largo plazo?

Según el Informe del Consejo de Administración del sistema para el 2014 (se espera tener pronto el informe del 2015), el Seguro Social tiene un superávit de $2.8 billones ($2.8 trillion) y puede pagar beneficios completos por 18 años más. El superávit se terminará en el 2033, según los cálculos de este informe que previó el panorama por 75 años. En ese entonces, si el Congreso no toma medidas, las rentas provenientes de los impuestos sobre la nómina le permitirían al Seguro Social pagar el 77% de los beneficios prometidos.

Si se mira así, durante el resto de este siglo el Seguro Social estará aproximadamente tres cuartas partes estable y una cuarta parte desbalanceado. Y desde un punto de vista financiero, eso no es abrumador. Los expertos de todas las inclinaciones políticas han sugerido decenas de ideas con el pasar de los años para mantener sólido al Seguro Social a largo plazo.

La mayoría de las maneras de arreglarlo tienen que ver ya sea con aumentar los aportes al Seguro Social, modificar los beneficios para algunos o todos los futuros beneficiarios, o combinar ambas opciones. Los líderes tendrán que enfrentar decisiones difíciles, en particular sobre quién soportará la carga de cualquier cambio realizado.

Como un ejemplo muy mencionado, consideremos el límite salarial actual de $118,500, por encima del cual nadie paga impuestos sobre la nómina para el Seguro Social. Aumentar ese límite a aproximadamente $255,000 podría resolver un poco más de una cuarta parte del problema a largo plazo, al tiempo que no afecta a la mayoría de los trabajadores. Quienes defienden esta medida dicen que le permitiría al Seguro Social recuperar la parte de las ganancias que recibió en los ochenta, antes de que una oleada de aumentos de ingresos en el escalón superior redujera su porción. Los críticos dicen que perjudicaría la economía y afectaría a muchos trabajadores que no son adinerados.

Otras opciones que podrían debatirse algún día incluyen disminuir los beneficios en el futuro para los más acomodados, aumentar gradualmente el impuesto sobre la nómina un 1% o un poco más durante un período de muchos años, e incluir en el sistema del Seguro Social a trabajadores no cubiertos de gobiernos estatales y locales. Hay quienes podrían pedir que se aumentara la edad de jubilación para reflejar la mayor longevidad, aunque los opositores resaltan que los aumentos en la expectativa de vida han beneficiado en su mayoría a los adinerados y los instruidos.

Estos son solo ejemplos de una lista más larga, y existen variaciones para cada uno. Además, los cambios en beneficios no necesariamente significan recortes. Cada día hay más voces que piden mejores beneficios, en particular para los trabajadores de bajos ingresos y los jubilados de mayor edad, cuyos pagos del Seguro Social quizá ni siquiera los lleven a superar el umbral de pobreza. 

A medida que se alistan las campañas electorales del 2016, AARP urge a los candidatos presidenciales a presentar sus propios planes para el futuro del Seguro Social y a demostrar liderazgo en este asunto decisivo. A pesar de que el próximo debate sobre el Seguro Social significará preguntas difíciles y compromisos económicos para nuestros líderes políticos, la realidad sigue siendo que mientras más pronto actúen, más moderados podrán ser los cambios.

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