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‘Una noche con Rubén Blades’

El salsero panameño lanza un disco con influencias del jazz.

Rubén Blades en un escenario

Cortesía de Blue Engine Records

A los 70 años, el cantautor panameño Rubén Blades se ha establecido como un hombre renacentista en el mundo de la música. Más allá de su rol fundamental agregándole poesía y contenido social a la salsa durante la década de los 70, Blades ha experimentado con una amplia gama de géneros y estilos. La salsa es el vehículo de sus éxitos emblemáticos, pero su discografía es tan amplia como ecléctica.


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El lanzamiento de Una noche con Rubén Blades nos permite conocer a Rubén el cantante de jazz. El disco se basa en un concierto que presentó a fines del 2014 junto a la Jazz at Lincoln Center Orchestra y el trompetista Wynton Marsalis. Grabado con extraordinaria calidad de sonido, incluye un repertorio que alterna entre números afrocaribeños y clásicos del cancionero estadounidense.

Luego de una breve presentación a cargo del director musical Carlos Henriquez, Blades comienza la fiesta con una suntuosa versión de “Ban ban queré”, tema que grabó en 1975 con la orquesta del conguero Ray Barretto. Luego aparece la primera sorpresa: Rubén, con lujoso acompañamiento de big band, interpretando el tema de 1956 “Too Close For Comfort”, que en el pasado fuera grabado por Eydie Gormé y Frank Sinatra.

Portada del disco Una noche con Rubén Blades

Cortesía de Blue Engine Records

Portada del disco 'Una noche con Rubén Blades'.

Aunque la voz de Blades ya no tiene la energía frenética que caracterizó al disco en vivo Live! de 1990, su madurez actual le agrega un atractivo peso emocional a las versiones remozadas de su cancionero. Los que estén familiarizados con la evolución de la música tropical a partir del mambo sabrán que la salsa tiene mucho de jazz. No sorprende que Blades salga airoso –cantando este tipo de material con un instinto para la improvisación que ya aparecía en “Pedro Navaja”. La dicción en inglés tampoco es un problema, ya sea en una chisporroteante “I Can’t Give You Anything But Love”, o una lectura con clave de la legendaria “Begin The Beguine”.

Escuchar a Blades cantando jazz tradicional es una alegría, especialmente cuando presta su inconfundible voz a “Fever”, a dúo con su esposa, Luba Mason. Pero la virtud más sobresaliente de Blades es la música afrocaribeña, y este disco no es excepción.  Una versión estilo jazz, ralentada y conmovedora de “El cantante” —escrita por Blades, pero inmortalizada por Héctor Lavoe— es quizás el momento más memorable del disco, así como el infaltable “Pedro Navaja” y un contagioso popurrí que repasa las cadencias salsosas de “Ligia Elena”, “El número 6” y “Juan Pachanga”. 

La esencia musical de Rubén Blades sigue siendo la calidez y profundidad que le inyecta a la música tropical, pero los experimentos estilísticos son bienvenidos. Aunque sea con orquesta de jazz.