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Billy Crystal: algo gracioso sucedió...

El actor y comediante recuerda su accidentado encuentro con Walter Cronkite.

Billy Crystal en una escena de la película When Harry Met Sally con Meg Ryan

Mike McGregor/Getty Images

"Créanme, la felicidad no es irritar a Walter Cronkite", dice el comediante Billy Crystal.

In English | Mi espectáculo de Broadway 700 Sundays me hizo recordar lo mucho que me encanta trabajar al frente de una audiencia. Pero he tenido más de unos cuantos momentos incómodos con miembros de la audiencia.

A finales de los años 60 trabajaba de acomodador para la producción teatral de Nueva York de You're a Good Man, Charlie Brown. Una noche vi a Walter Cronkite y a su esposa sentados en primera fila.

¡Walter Cronkite!

Estaba tan emocionado que corrí hasta su asiento, le alumbré la cara con la linterna y le dije: "Sr. Cronkite, si hay algo que yo pueda hacer por usted —lo que sea— por favor, no dude en pedírmelo y yo mismo me voy a encargar de ello".

Me miró por un momento, y luego dijo sin expresión, "Bien, podrías empezar por quitarme esa mal---ta linterna de la cara".

Quedé destrozado; ¡este era el tío Walter de los estadounidenses! Me escabullí a la parte posterior del teatro y me escondí allí por el resto de Charlie Brown. Créanme, la felicidad no es irritar a Walter Cronkite.

Veinte años más tarde, yo estaba asistiendo a algún evento, ¡y allí estaba él! Mi mente acelerada pensaba: ¿Debo decirle algo? ¿Voy a parecer idiota? ¿Estaría todavía enojado conmigo? Finalmente, me armé de valor para ir adonde él estaba y decirle: "Es probable que no recuerde esto, pero... Charlie Brown ... el acomodador con la linterna..."

Cronkite responde, "¿Ese eras tú? ¡Me he sentido mal por eso durante años!"

No tan mal como yo me he sentido, pero de repente, después de todo ese tiempo, todo quedaba resuelto.

Eso no fue tan vergonzoso como un malentendido que me aturdió en medio de una actuación de 700 Sundays.

Yo estaba allí en el escenario haciendo lo mío cuando vi una luz roja intermitente, como de una grabadora de video, que destellaba en la parte trasera del teatro. Así que durante el intermedio busqué al personal del teatro y les dije: "¡Vayan ahí atrás y atrapen a ese pirata!"

Volvieron unos minutos más tarde y me dijeron: "Umm, esa luz roja intermitente es de la silla de ruedas eléctrica de un señor".

Siendo tan humanitario como soy, dije: "¿Pueden al menos poner un poco de cinta sobre la luz? ¡Esa luz intermitente me distrae!"

Un poco más tarde regresaron y dijeron: "No podemos hacerlo; la luz roja está conectada a sus signos vitales, y la intermitencia le indica a su enfermera que su corazón sigue latiendo".

Así que decidí dejarlo así. Estoy esperando mi Premio Nobel en cualquier momento.

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