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Abran paso: La revolución salsera de Ismael Miranda y Larry Harlow

La sociedad artística entre el pianista judío-estadounidense Larry Harlow y el sonero puertorriqueño Ismael Miranda marcó un antes y un después para la salsa. Sin embargo, fueron solamente seis años – entre 1967 y 1972 – en los que trabajaron juntos consistentemente.

Harlow nació en Brooklyn en 1939.  Enamorado de la música cubana e interesado en el rock y los teclados electrónicos, era un candidato ideal para protagonizar la explosión de la salsa que preparaba la Fania. Miranda, con sólo 17 años en 1967, era un cantante explosivo, dotado de una voz idónea para interpretar temas bailables, boleros y hasta algún boogaloo, tan popular a fines de los 60.

Aquí están los dos interpretando "Abran paso", manifiesto estético de un movimiento musical que arrasaba con todo.

En 1973, Miranda continuó grabando para la Fania, pero ya como solista. A Harlow no le gustó nada la decisión de abandonar su orquesta, y hasta hace pocos años sonaba un poco enojado cuando le pregunté sobre el tema.

Es cierto que la química musical entre ambos artistas era muy especial, pero los discos de Miranda – LPs como Así se compone un son (1973), En fa menor (1974) y Éste es Ismael Miranda (1975) son clásicos de la música afrocaribeña. A Harlow tampoco le fue mal, como se puede ver en esta extraordinaria versión de su éxito "La cartera", basado en las elegantes texturas de la charanga cubana.

Afortunadamente, la mala sangre entre los antiguos compañeros no duró demasiado tiempo. En 1976, el disco Con mi viejo amigo los encontró en el estudio de grabación. La letra del tema que le da su nombre al LP es conmovedora.

Desde entonces, tanto Harlow como Miranda han continuado desarrollando sus respectivas carreras. Pero de vez en cuando acceden a la nostalgia de los fanáticos y se presentan juntos en concierto. De este video –una tremenda versión del éxito setentero Arsenio– me gusta especialmente cómo se saludan los dos antes de empezar el tema. Evidentemente, no hay pena que dure demasiado tiempo cuando hay buena música de por medio.

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