Skip to content
 

Yo soy la rumba: Un pionero llamado Machito

Tito Puente lo dijo con absoluta claridad: “el verdadero maestro fue Machito”. No es una exageración. De la misma manera que Rafael Cortijo lo hizo en Puerto Rico, el havanero Machito (Francisco Raúl Gutiérrez Grillo) fue uno de los verdaderos pioneros en conjugar los cimientos de la música que darí­a la vuelta al mundo bajo el nombre de “salsa“. En realidad, no era otra cosa que la fusión de formatos bailables caribeños con el jazz (y el pop) de los Estados Unidos.

Machito era único. Inimitable. Uno de los pocos cantantes tropicales que, además de la voz principal, entonaba los coros de sus canciones. Acompañado por su hermana Graciela, una cantante tan trascendental y versátil como la misma Celia Cruz, capaz de entonar guarachas y boleros con igual convicción.

Y también privilegiado por contar con la presencia de su cuñado Mario Bauzá como director musical de su orquesta. Ese trí­o – Machito, Graciela, Bauzá – aumentado después por la presencia del cantante Marcelino Guerra, creó uno de los grupos más afilados de la música latina.

Todo comenzó en Cuba (donde Graciela era integrante del grupo femenino Orquesta Anacaona), pero la fama llegó en Nueva York, donde empezaron a trabajar juntos en los años 40.

Además de ser un sobresaliente cantante, compositor y director de orquesta, Machito tení­a una simpatí­a natural, la capacidad de contagiar su buen humor al público de sus conciertos… y hasta al dí­a de hoy, a todos los que escuchamos sus discos.  

Junto a la dupla de Dizzy Gillespie y Chano Pozo (con su devastador Manteca), Mario Bauzá fue el primer músico que juntó los ritmos afrocubanos con el jazz de los Estados Unidos para crear el género del Latin Jazz. Entre las décadas del 40 y los 80, Machito grabó docenas de discos, todos de estilos variados. pero excelente calidad. Alternó entre el jazz esotérico de Kenya (1957), la algarabí­a bailable de Tremendo cumbán (1963) y el Latin soul de Machito Goes Memphis (1968). También acompañó a su hermana Graciela en algunos discos solistas, como por ejemplo íntimo y sentimental, esta joya de 1965.

Tristemente, terminó su carrera adaptándose a la realidad de los años 80 con un conjunto más reducido, sin Bauzá ni Graciela (una decisión que Graciela contemplarí­a con amargura hasta el final de sus dí­as, en 2010, a los 94 años).

Machito murió en 1984, en Londres, durante una gira. Su copiosa discografí­a mantiene con vida a una de las voces más cálidas de la música latina.

También te puede interesar: