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‘Three Billboards Outside Ebbing Missouri’

Un wéstern por vía de Flannery O´Connor.


DIRECTOR
: Martin McDonagh
GUION: Martin McDonagh
ELENCO: Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell, John Hawkes, Peter Dinklage, Abbie Cornish, Caleb Landry Jones, Kathryn Newton y Lucas Hedges
DURACIÓN: 115 minutos

Aunque el desafortunado y largo título ahuyentará a muchos espectadores, en él se encuentra la clave para entender la película: Ebbing es el verdadero protagonista. En esa locación (ficticia) de Missouri, el director y guionista Martin McDonagh ha creado un sofisticado universo moral poblado por personajes que no caben en las categorías típicas de “buenos” y “malos”. Los extremos en el filme se encuentran en todo caso entre lo absurdo y lo grotesco, la belleza y el horror; no como estaciones fijas, sino como pulsiones que conviven simultáneamente en todo ser humano. De la misma manera, en ese espacio creado por McDonagh, convergen a la vez reflexión, humor, violencia y misterio en una afortunada mezcla que supera incluso a lo mejor de cineastas similares como los hermanos Coen.

En una carretera en las afueras de la población rural de Ebbing aparecen tres espectaculares anuncios con las siguientes frases: “Violada mientras moría”, "¿Ningún arresto todavía?” y “¿Cómo es posible, alguacil Willoughby?”. La autora de los carteles es Mildred Hayes, la madre de la adolescente asesinada. Han pasado siete meses desde que ocurrió el crimen y Mildred llegó al límite de su paciencia. De inmediato corremos a suponer que Mildred es víctima de un sistema omiso o incompetente, pero la primera de muchas vueltas de tuerca que da la trama, se burla de nuestras rápidas conclusiones. El susodicho Bill Willoughby no es villano, sino un hombre sabio y paciente que ha hecho todo lo posible por resolver el crimen. Willoughby es muy querido en el pueblo y aun más: todos saben que está muriendo de cáncer. Aunque se compadece de ella, la mayoría reprueba la agresiva conducta de Mildred hacia un hombre desahuciado. Pero, nada la detiene. Su sed de venganza la lleva a demoler verbal y hasta físicamente a cualquiera que se interponga en su camino. Cuando su propio hijo le ruega que ya supere la muerte de su hermana y deje de hacer las locuras que le están valiendo las burlas de sus compañeros de escuela, Mildred responde dándole una golpiza.

Escena de la película ‘Three Billboards Outside Ebbing Missouri’

Cortesía de Fox Searchlight

Woody Harrelson y Sam Rockwell en una escena de la película ‘Three Billboards Outside Ebbing Missouri’.

Un policía se vuelve el principal centro de la ira de Mildred: el brutal Jason Dixon (Rockwell). Dixon es un patán racista que se ensaña sobre todo con la población negra e hispana del pueblo. Interpretada por la sensacional Frances McDormand, Mildred es el “justiciero”, papel típicamente asignado a un hombre en los wésterns. Más que un personaje realista, Mildred representa una fuerza centrífuga a cuyo paso se van alumbrando las diferentes posturas vitales de los pobladores de Ebbing. Cada vez que parece que el asesino será al fin atrapado, la historia da un nuevo vuelco que sortea nuestras expectativas convencionales y que ilumina el verdadero tema de la película: la tensión entre impulsos contradictorios hacia el bien y el mal tanto en individuos como en sociedades.

Hay un atajo que nos ayuda a ubicar mejor las coordenadas de este complejo paisaje moral: la obra de la genial escritora Flannery O´Connor (Georgia, 1925-1964), y nos lo proporciona el mismo McDonagh cuando muestra a uno de los personajes leyendo el libro A Good Man is Hard to Find. En el cuento titular, el asesino en serie es descrito como “el foráneo”, la implicación siendo que el mal tiene que venir de fuera. La obra completa de O´Connor es un alegato en contra de las simplificaciones que dividen al mundo en blanco y negro y que insisten en demonizar al “otro”. O´Connor escribió sobre la intensa ambigüedad de la conducta humana capaz al mismo tiempo de realizar actos horribles y de una generosidad incomparable. Como Mildred, una mujer que tiene que luchar sola en un mundo de hombres, O´Connor  también era la voz femenina solitaria en el género llamado gótico sureño dominado por escritores como William Faulkner. Otro guiño a O´Connor es la inclusión de un enano (Dinklage) como pretendiente de Mildred. La escritora gustaba de presentar personajes “bizarros” como un hermafrodita para ilustrar nuestra desconfianza hacia lo diferente.

Tree Billboards… es apenas la tercera película de McDonagh (In Bruges, Seven Sycopaths), quien es reconocido sobre todo como dramaturgo y ha sido comparado con Harold Pinter y David Mamet. Como irlandés, McDonagh seguramente comparte esta universalidad del catolicismo existencialista de O´Connor. Lo mejor de Three Billboards… es que nos muestra que el horror y la belleza pueden convivir en un mismo espacio, tanto físico como emocional, y que la redención está al alcance de todos. Por otro lado, la representante de la “causa justa” comienza a parecerse demasiado a aquello que tanto critica.

Como en el cuento de O’Connor, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri demuestra que en efecto “es difícil encontrar a un buen hombre” cuando lo que entendemos por “bueno” ha sido inventado por una sociedad que necesita desprestigiar al otro para legitimarse. La película es una obra maestra que se resiste en cada giro argumental a retratar la realidad en términos simplistas. El discurso de O´Connor era que, para legitimarse, las sociedades enaltecen la norma en oposición a lo diferente. El asesino de la adolescente tiene que ser alguien de “fuera”, no puede ser alguien de Ebbing. ¿O sí?