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'45 Years', un pasado imperfecto

No hay peor rival que el recuerdo de un amor pasado que llega 45 años después de matrimonio.

DIRECTOR: Andrew Haigh
GUIÓN: Andrew Haigh y David Constantine (basado en su cuento In Another Country)
ELENCO: Charlotte Rampling (Kate Mercer), Tom Courtenay (Geoff Mercer), Geraldine James (Lena), Dolly Wells (Sally) y David Sibley (George)
DURACIÓN: 95 minutos

Inamovible como un glaciar: así es la fe que Kate y Geoff Mercer tienen el uno en el otro después de décadas viviendo juntos. Y con la fuerza de un glaciar se destruye esa confianza a una semana de festejar 45 años de matrimonio. 45 Years utiliza la metáfora del glaciar en forma literal y es el derretimiento parcial de uno el que revela el cadáver intacto de la novia de juventud de Geoff, probando que por largo que sea el tiempo compartido, nunca será inmune a la destrucción.

Todo está listo para la gran celebración del sábado: las invitaciones, enviadas; los músicos, contratados; el salón de fiestas, decorado; pero unos días antes llega la carta de Suiza que lo cambiará todo. Kate y Geoff viven en Norfolk, en la idílica campiña inglesa. No han tenido hijos y su cercanía es como la de toda pareja de tantos años: prácticamente se adivinan el pensamiento. Una plácida mañana en la que tranquilamente comparten su té, el cartero llega con una notificación del gobierno suizo. La misiva informa a Geoff que han encontrado el cadáver de Katia, su desaparecida novia alemana. Al parecer Katia cayó mientras escalaba en los Alpes y su cuerpo quedó perfectamente preservado por un glaciar. Por 50 años, el paradero de Katia había sido un misterio. Kate le resta importancia al incidente hasta que se da cuenta de cómo ha perturbado a Geoff. Descubre que Geoff ha acudido a una agencia de viajes para inquirir sobre el costo de un boleto a Suiza.

Tom Courtenay y Charlotte Rampling en una escena de 45 Years

Cortesía de IFC Films

Tom Courtenay y Charlotte Rampling en una escena de '45 Years'.

45 Years no es una película de suspenso y por lo tanto el secreto detrás de Katia no es uno que nos revele a Geoff como un sádico asesino, pero sí uno que implica un aspecto de su vida pasada totalmente insospechado para Kate. Pero si la historia importa, el pasado importa. Kate viaja por un barco en el que un guía de turistas habla de los romanos en el norte de Europa, una presencia que sigue viva en Inglaterra. Esto y otros pequeños y grandes secretos que Geoff oculta (como el que ha vuelto a fumar), la remiten irremediablemente a las pequeñas y grandes traiciones. Más que nada, lo que ha resultado tan devastador para Kate es darse cuenta de que una rival muerta puede ser más poderosa que una viva. Geoff conoció a Katia antes que a Kate y la nostalgia por el pasado está ligada ahora a ese recuerdo incólume, congelado, preservado intacto tanto en su memoria como en la realidad. La película hace un sutil paralelo entre la desigual lucha entre la mujer ligada a las inevitables decepciones de una larga vida conyugal y el recuerdo idealizado de un romance que quedó para siempre congelado en esa etapa. Kate trata de competir en la cama, pero la devastadora realidad del paso del tiempo, se impone.

Kate sabe que la lucha es dispareja y sufre calladamente mientras que tiene que lidiar con los detalles triviales de la gran celebración del sábado, como el decorado y el conjunto musical. El director, Andrew Haigh, utiliza la música como trasfondo para anotar la acción y la banda sonora es un “hit parade” de los años 60. De hecho, la elección de Charlotte Rampling y Tom Courtenay juega con la noción de estos actores, quienes fueron iconos de la juventud dorada como la representó el cine de su época. Rampling, de 68 años, ha sido nominada al Oscar por su actuación; Courtenay tiene 77.

45 Years es un sutil melodrama de anécdota mínima que calladamente destruye nuestras nociones de permanencia. Más que nada, la historia nos recuerda que, como en el magistral cuento de James Joyce, Los Muertos, no hay peor rival que el recuerdo de un amor pasado.