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En el Día de las madres

Consienta a mamá y cocínele desde el amacener. Una reflexión y tres deliciosas recetas

No hay mejor regalo para una madre que demostrarle lo importante que es en nuestras vidas. Es por eso que, en este día tan especial que celebramos cada segundo domingo de mayo, propongo que las relevemos de sus tareas y las hagamos sentir como las reinas que son en nuestras familias.

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Quizás sea la madre la figura más antigua en toda la historia, cuya presencia se remonta hasta el origen mismo de nuestro ser y es venerada como símbolo del amor y del sufrimiento, especialmente en el cristianismo.

Pero si bien nada somos sin nuestra madre, hemos de reconocer que su papel ha sido ignorado y aún sigue siendo subestimado por generaciones enteras. A veces tengo la impresión de que algunas personas dan por sentado el derecho a ser amados, como si ese amor no fuese en sí una entrega que abarca toda la vida.

No importa cuán exitosos seamos en nuestras carreras profesionales, cuánto dinero o bienes poseamos, nuestra madre será siempre el primer vínculo con el mundo. Sentimos su amor cuando éramos nada, su protección cuando más vulnerables nos hemos sentido, sus besos y caricias calmaron nuestros llantos, y todo ello por haber nacido de su vientre, de manera incondicional y sin contrato de devolución.

Este segundo domingo de mayo, nuestras madres han de descansar, al menos de la cocina. Para ello, he preparado estas tres recetas muy sencillas pero deliciosas, que halagarán a mamá desde el despertar. Con los huevos estilo mexicano, le dará un toque divertido al desayuno. Si su madre está familiarizada con las tortillas de maíz quedará encantada. Si no es parte de su dieta, le despertará la curiosidad por saber qué se ha perdido durante estos años, ella que nunca deja escapar nada.

Es difícil convencer a una madre de que, al menos un día al año, no tiene que cocinar. Dirá que es imposible, que si ella no cocina entonces nadie podrá comer, que ya está bien con el desayuno, que gracias, etc. Pero usted insista, dígale que las sorpresas seguirán hasta la tarde y prepare nuestra receta de arroz marinero, tan fácil y deliciosa. Es un plato completo, que podrá acompañar con una ensalada sencilla.

Para culminar, le regalará la tarta de mango, que viene muy bien para limpiar sabores y dejar en nuestro paladar un gusto dulce y agradable. Yo le sugiero que sirva el almuerzo con una copita de vino blanco, un albariño suave le quedaría muy bien.

Recuerde, el Día de las madres es un momento especial para dar gracias a quien nos dio la vida y cuidó de nosotros cuando apenas éramos un nombre. Ningún bien en este mundo supera esa entrega, que es, en definitiva, la definición misma del amor.

¡Felicidades!